COPA

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—El amor es efímero —gesticulaba el hombre que bebía de la copa de plata.


Gojo vislumbró la galaxia pulsar en los ojos cromáticos de Suguru; el idealismo volátil que engullían jubilosas sus entrañas y el llanto indómito de los que no tenían lengua ni voz, crujieron en la madera bajo sus propios pies. Los zapatos gritaron en alto cuando la pesadez haló de sus huesos y lo arrojó al suelo.

Los dedos que enmarcaban verdades entrelazadas le extendieron una salida, y el hombre de cabello blanco bebió dudoso del bálsamo ácido que su otrora amigo y más, le ofrecía. Porque cuando la copa fría saludó a sus labios, los sentires más profundos que arraigaban en su ser se desprendieron de cuajo, en un único aliento perenne.

—El amor es efímero —escupió una vez más Geto con el odio abrazándole las facciones—, y la vida también. Ahora ¡a tu salud!

El de cabello negro y su concomitante aliado bebieron de las copas envenenadas.

Serotonina | JJK DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora