7. Con mi hijo en mis piernas y mi alfa acariciando mi cabello

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El camino a la sanación es complicado, porque en el trayecto te encuentras muchos obstáculos que tienes que pasar. Es como escalar una montaña, tienes que esquivar las brechas, seguir adelante y llegar a la cima para disfrutar de una gran vista o para simplemente sentirte orgullosx de ti mismx por cumplir esa gran hazaña. Esa es una buena metáfora para describir el camino a la sanación.

Desde que nuestros lobos tuvieron esa conversación las cosas han cambiado favorablemente, pero nada fue de la noche a la mañana. Tuvieron que pasar días, semanas y meses para que mi omega aceptara a Arnold como nuestro cachorro, para que su olor a menta, que ahora disfrutamos, no nos causara nauseas. Meses enteros para poder cargar a mi Arnold sin que a mi cerebro llegaran flashback de aquella noche.

Pero no fue solo, en mi camino estuvo siempre Louis, mi madre y mi hermana. Estuvieron conmigo y me ayudaron a superar esas piedras que nos encontrábamos en el trayecto, me tomaron de los brazos cuando pensé que no podía más y me dieron ganas de salir adelante recordándome que al final tendría la mejor vista de todas y el orgullo no entraría en mi pecho. Gracias a ellos por nunca dejarme solo, hoy mi omega y yo podemos decir que amamos más que nunca a nuestro cachorrito.

-Está listo todo?- pregunté por milésima vez, obteniendo la misma respuesta que desde hace una hora. Un simple "sí" confirmando lo que ya mis ojos pueden ver.

Siempre me caractericé por ser cariñoso y agradecido con las personas a mi alrededor, ahora que ha vuelto la esencia a mi he decidido preparar un detalle para agradecerle su apoyo a las personas que siempre estuvieron conmigo, las que nunca me dejaron caer y que gracias a ellas ahora estoy aquí.

-Espero a papá le guste, pequeño- dije para Arnold, entrando en su espacio de juego acariciando sus, ahora, largos rizos color chocolates. Parecidos a los míos.

Luego de un momento de mimos, lo cargué entre mis brazos y lo llevo a su habitación para alistarlo para esta gran fiesta. Lo limpio un poco y le coloco un lindo overol de short color blanco con una t-shir azul cielo y sus converse negras

-Muy guapo señorito, todo un galán- lo alagué haciéndole cosquillas para sacar esas risas que llenan mi pecho de felicidad. -ahora es mi turno- lo coloqué en el piso y con su manito en la mía nos encaminamos a mi habitación.

Ver las estrellas y contarle mi historia se ha vuelto una rutina, además porque estar en el jardín sentado en el césped a mitad de la noche, me trae muy buenos recuerdos. Una madrugada como cualquier otra me puse a pensar en ¿qué sería de mi vida ahora si no hubiese sanado? no llegué a una respuesta concreta pero si a una conclusión de que sería el omega más infeliz del universo. Ver los ojos verdes de Arnold me transportan al país de las maravillas, tomarlo entre mis brazos, amamantarlo y acariciar su cabeza hasta dormir es como estar en el paraíso. Me imagino mi vida sin disfrutar de esos lindos placeres y es como si estuviera viendo una pesadilla.

-Gracias omega- suspiré mientras recordaba todo lo que pasamos en familia hasta llegar a este punto de éxtasis. Y solo me queda agradecerle a mi omega por poner de su parte, colaborar y aceptar a mi cachorro como nuestro.

Vi la hora en mi reloj de mano y haciendo cuentas, si no me fallan los cálculos, Louis, mi madre y Gemma estarían en casa en unos 30 minutos. Con Arnold en brazos decidí bajar y verificar que todo estuviese en su lugar. Las señoritas que contraté para la organización terminaban de alistar las cosas en el jardín mientras la comida estaba ya lista y la mesa organizada para nuestra pequeña cena.

-Papá- escuché a Arnold gritar y ese fue mi señal de que ya los homenajeados estaban en casa. Me acerqué a ellos con una sonrisa de emoción en mi rostro para encontrarme con las lágrimas de mi madre y hermana arruinando su maquillaje. Reí y luego me enfoqué en Louis, mi alfa y el amor de mi vida. Me acerqué para darle un pequeño beso en los labios y abrazarlo a petición de mi omega.

-Gracias alfa- ese era mi omega comunicándose con nuestro alfa

-Gracias a ti mi omega, me diste el regalo de ser padre y la oportunidad de ser tuyo- sonreímos y poco a poco nos fuimos separando.

-Sorpresa- hablé para todos demostrando mi felicidad en mis palabras

-Que es esto? estás embarazado?- y esa era mi hermana siendo ocurrente como siempre

-Aún no- Louis rió -este es una pequeña fiesta para ustedes. Me ayudaron en mi peor momento y así que esta es mi manera de agradecerles.

Mi madre se abalanzó a abrazarme, Gemma igual y Louis no se quedó atrás. Con estos pequeños momentos mi corazón late con fuerza haciéndome sentir extremadamente vivo.

Con toda esta experiencia llegué a la conclusión de que muchas veces se necesita entrar en una tormenta para poder luego ver la luz. Y solo así disfrutamos más de aquellos pequeños momentos. Le agradezco a la luna por todo, por lo bueno y lo malo, por darme una maravillosa familia y por ahora estar disfrutando de la felicidad plena junto a ellos.

Arnold es el angelito que la madre luna me envió para enseñarme que las mejores cosas llegan después de un mal momento. Aunque no todo siempre fue color de rosas con su llegada, ahora estoy disfrutando por completo de mi cachorro, me tardé un poco pero no me arrepiento de nada. Si me preguntan que cambiaría de mi historia, probablemente contestaría nada, porque todo aquello que tuve que vivir y experimentar me trajeron hasta aquí. Con mi familia sentados en el jardín de mi hogar observando las estrellas, con mi hijo en mis piernas y mi alfa acariciando mi cabello llenándonos de su olor.





Que les pareció, si estuvo grotesca?

arnold ; larry omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora