- Me voy a volver loco
La voz de su mente hablaba para si mismo. Se decía eso mientras paseaba por lo que habia al otro lado de la puerta que se le apareció minutos atrás. Un pasillo lleno de jaleo, papeleo, teléfonos... Y criaturas. Humanos también, pero habia un repertorio tenebroso de criaturas, lagartos con cuernos que caminaban a dos patas, cual persona. Otros, humanos con orejas de gato y de perro, como si de un anime se tratara. No sabia si estar contento por vivir algo asi como friki que era, amaba el manga y el anime. Pero a la vez sentia que tendría que ir a un psiquiatra.
- Bueno, es la reacción que esperábamos. Después de todo no sabías nada de nosotros los demonios.
La voz de Lucifer resonaba por los pasillos, de mármol azul claro y columnas estilo renacentista.
Ryuji frunció el ceño. No pegaba nada tener ordenadores y que el edificio pareciera de la Edad Media.Después de caminar diez minutos, llegaron a una puerta grande y roja. Al empujar hacia dentro, un gran despacho se abrió ante ellos. Los "demonios" que había dentro formaron dos solemnes filas e hicieron una reverencia.
- Bienvenido, Su Excelencia.
A coro. Como en una película o anime, todos dijeron lo mismo al unísono. Pero realmente era un principe, se dijo Ryuji, mirandole de reojo.
Después de saludos cordiales y respuestas de Lucifer, éste se sentó en la mesa del despacho, roja sangre con bordes decorados de oro. Alzó una mano hacia el asiento de enfrente, mirando a Ryuji.
Se sentó despacio, aún intentando no volverse loco. Lucifer carraspeó.
- Bien, Ryuji. Hablemos sobre lo primero que seguramente quieras tratar. El hecho de tu muerte.
- Bueno, el hecho lo sé, me tiré enfrente de un camión con un par de narices, y me hizo papilla. Lo que quiero saber es... lo que dijiste de "volver".
Ryuji apoyó su espalda en la silla, así mismo lo hizo Lucifer.
- Tu muerte... Ha sido inesperada. Aquí, en estas oficinas del mundo de los demonios, llevamos registros de todo sobre la zona donde vives. Gente, nacimientos, y sobre todo muertes. Es más que nada para preparar la liberación del alma.
Ryuji suspiró.
- No entiendo nada de lo que has dicho. En resumen, ¿hay demonios aqui que han llevado registro de mi vida?
-Exactamente. Y tu muerte se suponia que era muy lejana aún. Pero, como has dicho, te tiraste enfrente de un camión. Aunque dicho mejor, salvaste otra vida. Por eso te traje aquí. Aunque en la mayoria de casos quedarías muerto, decidí que no era tu momento, además de la anomalía de tu alma.
- Mmm... -Suspiró- ¿Que le pasa a mi alma?
- Cuando se muere y es tu hora, normalmente ves una luz, que suele ser la puerta abriéndose, la que has pasado tu a pie. Y ahí se acaba todo. Pero tu alma se separó de tu cuerpo y deambulaste por ahí. No tienes un alma común.
- Aaah... ¿Pero entonces? Ya he muerto. No puedo volver asi como así. ¿Y si ya me han enterrado...?
Lucifer sonrió.
- Tranquilo, de tu vuelta y demás, nos ocupamos nosotros. Si logras volver, claro...
La cara de Ryuji se ensombreció. Pero en el fondo, algo se esperaba.
- Bien... ¿Que debo hacer?
-Para que tu alma vuelva a tu cuerpo, debe fortalecerse. Ahora mismo tu poder espiritual es como un grifo roto, se gasta solo, sin más. Y, si le haces un favor al príncipe de los demonios, supongo que nadie del Mundo Espiritual verá mal que vuelvas.
Ryuji sonrió. Asi que no era el único. Puede que almas anteriores sigan en el Mundo Espiritual sin poder volver, aparte de la jerarquía de los demonios.
-Bien. Dime que debo hacer.
Lucifer abrió los ojos de par en par, sorprendido.
- Pero... Bueno, mi intención era que aceptaras, pero no sabia que ibas a hacerlo tan rápido. Y menos sin saber nada de la misión.
Ryuji le miró fijamente.
-Tengo un montón de cosas por las que vivir aún. Y si se necesita esfuerzo para ello, aún mejor. Sentiré que no se me ha resucitado por mi cara bonita. Ademas...
Lucifer le miró aún sorprendido.
- ¿Además?
Ryuji esbozó una medio sonrisa.
- Mi vida estaba siendo demasiado cotidiana.
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Seiryu
Science FictionRyuji, un chico normal. Una vida normal. En un mundo normal. Hasta el dia en el que murió. Hasta el dia en el que se le fue entregada una nueva vida, llena de aventuras, romance, poderes espirituales, revelaciones, acción y dolor. La muerte no es el...