Recuerdo cuando escribí mi primer relato...
Quedó espantoso, de verdad que sí. Pero, de alguna forma, esa fea mezcla de palabras, e incoherencia de ideas, abrió paso para lo que ahora es una de mis actividades favoritas.
Más que una actividad, se convirtió en un ancla; una que se encarga de sujetarme cuando las emociones parecen estar arrasando con todo. Empezó como un método de escape o desahogo hasta que con el tiempo tomó forma de sueño.
Un pensamiento constante en mi cabeza, muchas historias diferentes narrándome entre susurros constantemente y un teclado que conoce cada uno de mis dedos, como mis sufrimientos, son un grito desesperado para dejar volar la imaginación y emociones.
Me encantan los relatos. Una breve historia que podría ponerte a pensar en tan solo dos mil palabras. Un final que deja al descubierto una llaga que creíamos había sanado. Un personaje más parecido a nosotros de lo que creemos. Y un corazón confortándose a través de las letras.
Muchos relatos parecen hasta mágicos.
Llevó rato escribiendo. Y de una vez advierto que puede que no sea la mejor escritora que vayas a encontrar. Pero sí que encontraste a una verdadera apasionada de las historias y amante de las letras.
No puedo seguir escribiendo sin hacer público alguno de mis proyectos. De esa forma no se mejora. Necesito saber si alguien más ahí afuera quisiera leerme. Y si es así, planeo quedarme.
Espero mi forma de escribir sea de su agrado, a quien quiera que lea.
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Relatos bajo la luna de sangre
RandomRelatos cortos para una tarde silenciosa Portada ilustrada por @Unic_Majo