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Y ahí estaba yo de nuevo... sentado en una esquina de la gran habitación, en que momento paso todo esto, en que momento dejó de amarme, ¿Yo hice algo mal? ¿Fuí yo? ¿Soy yo?... muchas preguntas... cero respuestas... mis sollozos eran tan bajitos que no se escuchaban, o al menos eso creía, la puerta principal fue abierta, me puse de pie rápidamente limpiando mis lágrimas.

—Dónde estás? -pregunto un hombre fuerte, apuesto, sexy...pero no inteligente, no, en definitiva no lo era.

—Estoy aquí Jungkookie -el pequeño se acercó a sus labios para darle un beso, pero lo que recibió fue un fuerte golpe en su mejilla, algo...con lo que ya estaba acostumbrado.

—No me toques perra -se acercó a el menor y lo empujó contra el gran sofá, el menor quedó abajo de el enorme cuerpo de el pelinegro, por más que trataba de salir le era imposible no tenía la fuerza suficiente -desnúdate, te daré un castigo -y ahí vamos de nuevo.

El menor despertó con un poco de dolor en su parte baja de la espalda, otra noche así y terminaría en silla de ruedas, destapó su pequeño y frágil cuerpo, colocó unos pequeños shorts y una playera, sobó un poco su espalda y salió de la habitación ...

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El menor despertó con un poco de dolor en su parte baja de la espalda, otra noche así y terminaría en silla de ruedas, destapó su pequeño y frágil cuerpo, colocó unos pequeños shorts y una playera, sobó un poco su espalda y salió de la habitación dejando a el pelinegro solo.

El menor despertó con un poco de dolor en su parte baja de la espalda, otra noche así y terminaría en silla de ruedas, destapó su pequeño y frágil cuerpo, colocó unos pequeños shorts y una playera, sobó un poco su espalda y salió de la habitación ...

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El menor sintió dos grandes manos en su cintura, no hizo nada, solo... se quedó quieto y siguió en lo suyo... como siempre lo hacía, no hacer nada.

—Huele bien -su nariz se posicionó en el cuello de el pelirubio este solo soltó un leve jadeó al sentir la lengua de su esposo en su cuello -me dejaste solo.

—Si, lo siento, no quería despertarte, ayer llegaste muy tarde y después -guardó silencio por unos minutos -Caiste rendido que no quise despertarte.

—Oh está bien -tomó con delicadeza el mentón de el pelirubio y dejó un beso tierno en sus labios -te dije que te amo?

—Me lo dices siempre -una lágrima quería salir, como es posible que no se acuerde de lo que le hizo el día anterior, claro... causas de el alcohol.

 causas de el alcohol

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La Mejor Versión De Mí | K.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora