BUCLE

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Había vuelto al principio. Bastian se despertó, se bañó, su madre en la puerta, bajó a comer, pero esta vez Robert no apartó su mirada del periódico grande que sostenía frente a él, por lo que Bastian no le vio la cara. El mismo desayuno de siempre, su madre diciendo lo mismo de siempre. Pero sintió algo diferente.

-¿Qué te pasó en la cara? -preguntó su madre.

Se llevó las manos al rostro y al bajarlas para verlas, estas tenían sangre. Se levantó de golpe y salió de la casa. Se sentó en la vereda y respiró profundo. Marco apareció al frente de él y le preguntó qué ocurría.

Cuando Bastian levantó su rostro para ver a Marco, logró ver que ya no era la mañana, ya estaba atardeciendo.

-Ven, vamos. -Tomó a Marco del brazo y lo hizo seguirle.Se aproximaron al instituto y en eso Marco se zafó.

-¿Qué ocurre? -preguntó con seriedad.

-Vas a ayudarme. No preguntes.

-¿A qué?

Bastian no contestó. Continuó su camino hacia el edificio y como cada vez que iniciaba el bucle, Alan lo esperaba con sus amigos. Pero esta vez, Bastian no lo dejó empezar a hablar. Solo lo tomó del cuello y estrelló la cabeza del chico contra la pared, y este se defendió echando a Bastian para atrás. Sus cinco amigos lo tomaron de los brazos dejándolo frente a Alan para que este lo golpeara.

-¿Qué te pasa hoy, psicópata? -Agarró a Bastian del cabello y tiró de él hacia atrás para que lo viera a los ojos y le escupió la cara.

Le propinó un puñetazo en el abdomen y Bastian comenzó a reír. Alan se sorprendió, pero eso no le impidió golpearle la cara una y otra vez.

Marco se lanzó sobre Alan para detenerlo, pero Alan lo agarró y lo tiró a un lado. Bastian tomó ventaja de la distracción y se soltó del agarré de los chicos.

Empezaron a salir profesores y estudiantes por el escándalo, y vieron a un magullado Bastian y a un muy enojado Alan. El primero se abrió pasó entre la gente para llegar a la cafetería y el segundo lo persiguió. Marco fue tras ellos.

Bastian al llegar siguió su camino hasta la cocina y tomó un cuchillo y se agachó para esconderse detrás del mostrador.

Alan se puso a buscar por la cafetería y a soltar amenazas.

-Sal de allí, o te irá peor, Reece -dijo golpeando una mesa.

Bastian desde donde estaba veía el momento indicado para salir y sorprender a Alan. Cuando este se acercó lo suficiente, Bastian corrió y enterró el cuchillo al nivel del estómago de Alan y este estupefacto bajó la mirada hacia el cuchillo enterrado. Subió el rostro para ver a Bastian, quien se veía calmado.

El chico cayó de rodillas sin saber qué hacer. Bastian retorció el cuchillo dentro de el otro mientras disfrutó los estruendosos alaridos que resonaban por todo el lugar.

Marco entró y horrorizado se fue acercando cuidadosamente.

-¿Qué hiciste?

Bastian no dijo nada. Se mantuvo frío.

Una chica curiosa se asomó y al ver a Alan con el cuchillo enterrado y la mano de Bastian sosteniendo el objeto echó a correr mientras gritaba aterrorizada.

Bastian la persiguió hasta un salón al que rápidamente la chica se metió. Allí la tomó del cuello y lo apretó. Estaba por caer inconsciente, cuando la soltó y esta cayó al suelo. Intentó respirar mientras se arrastraba en un inútil intento de escapar.

Con el cuchillo aún en su mano, agarró el brazo izquierdo de la chica y la fue cortando lentamente y esta hacía el intento de gritar, pero su garganta aún no se recuperaba. Luego sostuvo en alto el cuchillo y lo enterró de golpe en el brazo derecho y se escuchó el traqueteo de el hueso y el choque del metal contra el concreto.

Se levantó mientras veía a la chica retorcerse. Le pisó la espalda y al escucharse un crujido la chica murió.

Bastian se recostó contra la pared y vio a el cuerpo inconsciente.


Marco entró y vio el cadáver. Dirigió la vista hacia donde estaba Bastian y sin saber qué decir iba a salir del lugar.

-¿A dónde vas, Marco? -preguntó tranquilo.

-No seré parte de esto. Este no eres tú, Tian.

Bastian alzó la vista y vio a Marco al escucharlo llamarlo de esa manera.

-Dijiste que me amabas. -Subió la cabeza con los ojos cerrados y rio por lo bajo-. ¿Ya no me amas?

Hubo silencio. Bastian abrió los ojos y ya no vio más a Marco.

-¿Marco?

Sintió ser halado por su torso. Bajó la mirada y vio dos manos sosteniéndolo por el pecho y arrastrándolo hacia atrás.

Con el cuchillo intentó apuñalar a las manos que lo sostenían, pero solo lograba hacerse daño a sí mismo.

Entonces despertó.

BeastianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora