𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐

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𝑶𝒋𝒐𝒔 𝒆𝒔𝒎𝒆𝒓𝒂𝒍𝒅𝒂𝒔

La luz solar que recaía en el rostro dormido de Katsuki, hizo que se despierte, de mala gana, ya que odiaba despertarse de aquella manera, pero, según él, era mejor levantarse de esa manera, a que su madre viniese y le diera uno que otro tortazo en la cara o hasta incluso lo despertase tirándole un balde de agua fría

La relación que traían estos dos, no era como la de cualquiera otra, era una relación única de madre e hijo, y esto a Katsuki le agradaba, ya que a pesar de que en público se solían tratar con todo respeto, dentro del castillo, solían jugar, bromear, de vez en cuando tenían una que otra tonta discusión, pero al fin y al cabo era una familia llena de cariño

En su rostro apareció una notable y sincera sonrisa, pero fue borrada al instante, al recordar que su madre quería juntarlo con una chica desconocida. Eso era muy común en esas épocas, puesto que, siempre, solían juntar a los hijos de una reconocida familia de clase alta, para conseguir, aún más riquezas, Katsuki amaba ser reconocido y tener bastante poder, pero odiaba, en verdad, odiaba, que alguien decidiera en su vida

Por eso se había enojado el día de ayer, aceptaba de mala gana tener que hablar muy formal cuando alguien más estaba presente, pero hasta ahí, ya que anteriormente, había hablado con su madre, que si llegaba hacer caballero del rey, él, por cuenta propia, formaría una familia con quién quisiese, dado el caso que fuese aceptado

Katsuki se levantó y a pasos lentos se dirigió hasta la puerta para sacarle el seguro, al abrir la puerta, se encontró con su madre que lo veía con una cara no tan amigable, este quiso ignorar su presencia para pasar por un costado de ella, pero al querer avanzar siquiera un paso, su madre, se interpuso en el camino

— Vieja, es temprano para estar molestando — dijo de mala gana, su madre simplemente le agarro de la oreja para que la viese a la cara

— Primero que nada, hay que saludar amablemente, segundo, ¿Dónde fue que te metiste ayer? Mande a casi todos los sirvientes para que te buscasen, pero apareciste a la hora que te vino en gana, y tercero, le hiciste pasar demasiada vergüenza a la jovencita Uraraka-san, agradece que la invite a quedarse porque si no le hubiese dicho a sus padre la terrible escena que hiciste ayer — él simplemente rodo los ojos y como pudo se fue hasta la sala, seguido de su madre

— Mira madre, no es de tu incumbencia saber dónde fui a parar ayer, así que no tengo que por qué contestar esa pregunta, y sobre lo de la chica esa, yo en ningún momento le pedí que viniera hasta aquí, tu por cuenta propia, decidiste hacer esa propuesta de mierda con su familia. Así que si te importa le pediré a los sirvientes que preparen mi bañera — se fue hasta la cocina escuchando los reclamos de su madre

— ¡Por el amor a dios! Ten más respeto que soy tu madre, está bien, no me importa a dónde carajos te fuiste, pero más te vale que vengas para el desayuno, así te despides de Uraraka-san — ella enojada se fue hasta la sala

— ¡Buenos días joven amo! ¿Que desea que hagamos hoy por usted? — una de las sirvientas se acercó hasta el con la mirada clavada en el suelo

— Quiero que preparen la bañera para mí, si es posible, yo iré a preparar a mi caballo —

— ¡Claro que sí joven amo! ¿Quiere que alguien más le ayude a preparar su caballo? — estaba por mandar a una de las jovencitas que está detrás de ella a qué lo acompañe

— No será necesario, yo solo puedo, es más, anteriormente ya les había informado que me encargaría yo de Angus, me parece raro que se les haya olvidado ese pequeño detalle -

— ¡P-Por supuesto que no joven amo!... Con su permiso iré a preparar la bañera — hizo una reverencia y se marchó con rapidez a la segunda planta

𝑻𝒐𝒖𝒓𝒏𝒆𝒓 𝑫𝒂𝒏𝒔 𝑳𝒆 𝑽𝒊𝒅𝒆 / 𝑲𝒂𝒕𝒔𝒖𝒅𝒆𝒌𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora