Relato: perdí mi virginidad con mi compañero de clases gordito (Hetero)

1º Contexto.

Hola a todos, me llamo Carla y hoy les voy a contar como perdí mi virginidad.

Cuando tenía 14 años yo ya estaba más o menos bien desarrollada. Tenía un cuerpo de infarto que atraía la mirada de todos los chicos del colegio. Las chicas me envidiaban porque yo ya tenía pechos más o menos grandes y ellas aún estaban pequeñas. También tenía unas bonitas y redonditas nalgas.

El caso es que no quiero que me confundan. Yo no iba con ropa provocativa ni nada de eso para parecer una cualquiera. Siempre trataba de que se vea mis atributos lo menos posible pero no lo conseguía. A esa edad las hormonas se vuelven locas y los chicos me pedían ser su novia siempre, sin embargo, rechacé a toditos ellos, incluso a los más guapos del colegio, de esos que tienen 30 admiradoras al salir de clases. No es que no me gustasen los chicos, era solamente que me educaron del modo "primero los estudios y luego los novios". Además que a mí no me atraían porque eran de estos brabucones, vagos con malas notas y encima de los que les gustaba molestar a los demás.

Resumiendo, ningún chico me atraía, es más, me estaba empezando a cansar ya que solo se dirigían a mí para decirme cosas, para intentar fardar con sus amigos de que había hablado conmigo y cosas así... y yo no aguantaba más. Ningún chico valía la pena. Hasta que apareció él.

Recuerdo que en el mes de octubre vino un chico nuevo. Se llamaba Carlos (casi como ni nombre). Él era un chico de 14 años algo altito, vestía el uniforme de jersey azul, camisa blanca y pantalón negro. Su piel era blanca como la mía. En mi colegio casi todos eran ligeramente morenitos. Llevaba el típico pelo de los jóvenes, de estos con los pelo parados raros pero le quedaba bien. Y por último, y lo que obviamente resaltaba más, era gordito. No tanto como una foca pero sí de estos que se le marca un poco el uniforme. Tenía tetillas vamos.

Estaba sonriendo y se le marcaban hoyuelitos en las mejillas sonrosadas que tenía. He de admitir que Carlos me pareció lindo. No guapo como los otros que me pidieron salir, pero tampoco feo. Para mí, a primera vista le puse un 8/10 (de pequeña acostumbraba a poner nota de guapura a la gente que conocía jajaj)

Me di cuenta de algo.

Mientras le profesora nos hablaba de él enfrente de todos, me percaté que me miraba mucho. Al principio simplemente lo tomé como el típico que se asombra al verme porque soy bonita (no es por hacerme la engreída enserio) pero siempre se quedaban embobados viéndome y yo me acostumbré a ello así que simplemente pasé de él y no le miré a los ojos, que por cierto eran azules. Sus ojos eran muy bonitos.

Al terminar la presentación, me di cuenta de que él era de Guayaquil, de la misma ciudad que yo (en ese momento estábamos cursando en la amazonía, en Macas para ser más exactos.) Lógicamente no se hicieron esperar los comentarios como "ya tenemos dos guayacos en la clase" "Puro costeño nomás" y cosas así para molestar.

Él se sentó al fondo, junto a mí ya que tenía un espacio libre a mi derecha.

Pasaron las horas y por suerte, mis compañeros eran buena onda y no le querían dejar solito a Carlos, así que empezaron a hablar con él, ji ji, jaja y varias cosas más y al cabo de un rato Carlos ya se había ganado a la clase con su carisma. Pero cuando estaba solo, se le veía como serio, no hablaba y tenía un rostro sin emociones.

Eso sí, me seguía mirando mucho, pero no me importó porque ya estaba acostumbrada. (Enserio lo digo, no es por hacerme la engreída jajaj)

El caso es que tocó la última campanada y ya cada uno se fue para su casa. Yo vivía adentrándome por un camino de tierra de varios minutos de caminata. Mientras iba por ahí me di cuenta de que Carlos estaba más adelante que yo, yendo a la misma dirección. Nunca le había visto por ahí así que me picó la curiosidad y decidí alcanzarle para hablar un poco con él (no hablé con él durante clases porque estaba muy ocupada haciendo tareas que se me olvidó hacer 😊)