3º Quiero más.

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Hubo unos segundos de silencio. Yo puse mi cabeza en su pecho y empecé a jugar con sus tetillas y a lamer sus pezones. Al cabo de unos segundos dice, mientras me pasaba la mano por el pelo:

--¿Te gustó?

--Me encantó... me hiciste sentir tan bien...

Me subí un poco para tenerlo cara a cara frente a mí y le di un beso en la mejilla.

--Perdona por haber sido tan patosa... es que... fue mi primera vez...

--Y el mío también... jajaja.

--Mentiroso si se veía que ya tenías experiencia por la manera en la que me tratabas...--me di cuenta de que me estaba poniendo celosa al imaginarme a mi gordito con otra chica en la cama.

--Eso se aprende viendo porno pues mi amor jajaja.

"Mi amor" ni mis padres me llamaban así. Era la primera vez que me decían eso... y me encantaba. El caso es que decidí confiar en Carlos y pensar que él también era virgen. Entonces... nuestra primera vez fue juntos...

Además que yo también ya sabía qué hacer más o menos ya que yo también vi porno.

Me coloqué de tal manera que mi boca quedaba en su oído.

--Te quiero mi gordito.

--Y yo a ti cariño, quiero casarme contigo y que seas la mamá de mis hijos.

--Jajajaja ¿a qué viene eso ahora, te estás adelantando mucho no?

--Bueno para asegurarme jajaja.

--Pero me parece bien, Carlos. Quiero que seas el único hombre de mi vida. Y el papá de mis hijos.

--Hablando de hijos, será mejor que te tomes la pastilla del día después por que lo de hijos lo dejamos para más adelante jajaja.

--Tranquilo, ya les pido a mis amigas una pastilla, ellas ya saben donde conseguir sin la necesidad de un adulto jejeje—le dije mientras le volvía a besar en la mejilla.

Nos quedamos un buen rato ahí acostados, desnudos. Era una sensación maravillosa. Estábamos tan alejados de la ciudad que era imposible que alguien nos encontrase. Solitos él y yo, hablando, besándonos, sintiendo nuestros cuerpos... que bello momento.

--Hagámoslo más venga—me dijo Carlos, y en un abrir y cerrar de ojos, ya la tenía parada de nuevo.

Era una verga muy rica la verdad. No era pequeña a pesar de que Carlos estaba pasado de kilos, y además de eso era gruesita. No tenía vello púbico pero por lo que vi, él se depiló.

Su verga me llamaba tanto que no quería meterla en mi vagina tan rápido, sino que quería jugar con él. Puse mi cuerpo a lado derecho de Carlos y yo... empecé a masturbarle... lento... arriba abajo y... ay no sé pero me encantaba...

--¿Te gusta?—le pregunte tímida.

--Me encanta... al final si has sido una pervertida Carlita... jejeje...

--No... no me digas así por favor... -- sin embargo a mi me ponía que me dijera eso. Me sentía sucia y puta...

Después de tanto ver pornografía, a mí se me ocurrió, no sé por qué, de hacerle el sexo oral. Me bajé rápidamente, quería darle placer a mi novio y también quería sentir su virilidad en mi boca... quería lamerle toda como una piruleta...

Con mis labios apretados, primero metí la cabeza a lo que Carlos dijo:

--Ohhhhhh, asiiiiiiii, ohhhhhh...

Sus gemidos me calentaban tanto que seguí llevándomelo hasta el fondo pero no me cabía. Era demasiado grande. Pero me encantaba mamárselo, entregarme a él. Saborear cada centímetro de su miembro y sentirme sumisa por ello... o por favor... me estaba mojando de nuevo. Carlos lo notó y llevó sus dedos a mi vagina que ya estaba lubricadita para un nuevo ataque.

Relato: perdí mi virginidad con mi compañero de clases gordito (Hetero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora