Era la tarde de un sábado, mi madre pasaba de una habitación a otra llamando la atención a mi hermano y a mí, apresurándonos pues, los sábados acostumbrábamos a reunirnos con mi familia materna y no era una idea muy agradable para mí, y no era porque no me cayeran bien, si no porque nunca tenia con quien hablar, ninguno de mis primos tenia mi edad o gustos compartidos, así que solo me aburría.
- Hija, ya vámonos, se nos hace tarde.
- Si mama, ahí voy, estoy terminando una tarea.
- También dile a tu hermano que se dé prisa – agrego mi madre.
Cerré la laptop, tome una de mis chamarras de mezclilla, me puse unos tenis converse blancos, mis favoritos, fui a tocar la puerta de la habitación de mi hermano.
- ¡toc, toc!, ya vámonos Kevin, ya es tarde y sabes cuánto le desagrada a mamá ir tarde – grite frente a su puerta
- Ya estoy listo, solo me estaba preparando – Sale de su cuarto muy bien vestido, hasta yo lo desconozco.
- ¿y a que se debe tu vestimenta y peinado de hoy? – pregunto con un poco de gracia.
- No sabes en qué momento se aparecerá el posible amor de tu vida, así que no quieres que te conozca con en pijama, tienes que dar una buena primera impresión.
- Niños, ya es muy tarde, ya muévanse – grito mama desde la puerta principal.
Tomo a mi hermano del brazo y nos vamos corriendo al auto. ¿Cuándo dejara de decirnos niños? Mi hermano ya tiene 23 y yo 22 años, tal vez nunca, es algo raro, pero supongo así son las madres.
Nos subimos al auto, mama lo encendió y empezó a conducir a casa de la abuela, siempre se reúnen ahí, tenia mucha prisa y conducía rápido, a pesar de eso, siempre lo hace con cuidado, nunca ha chocado. En poco tiempo entro a las avenidas mas grandes que conectan toda la ciudad mientras yo veía el trafico por la ventana del copiloto.
- Por cierto, Kevin, lo que me respondiste hace rato sobre como te ves hoy, ¿es una broma, cierto?
- No, para nada, yo pienso eso. – respondió muy confiado de si mismo
- ¿Pero no es demasiado lucir extremadamente bien todos los días solo para eso? Al fin y al cabo, no sabes qué día conocerás a esa persona especial, ni donde, ni como, ni a que hora, tampoco si es que exista esa persona para ti.
- Eres muy pesimista en cuanto al amor, por eso me caes mal – Frunce el ceño
- Pues mis experiencias me dan bases a pensar así
- Que tengas malas experiencias, no quiere decir que el amor no es para ti o que no exista, solo es cuestión de esperar a que llegue esa persona que te hará olvidar todo lo malo.
- Pues no pienso que llegue y el día que pase, te avisare – voltee de nuevo a la ventana del auto, con el ceño fruncido.
Justo en ese momento, el auto se detuvo en un semáforo en rojo, y un motociclista se coloco justo en mi ventana, no sabia mucho sobre motos, pero esa se veía muy bien, era de color negro, ya se veía vieja, pero aun así era muy bonita, el que la conducía era un chico, vestía jeens y una camisa de manga corta de color gris, junto con unos tenis vans negros, su casco también era negro y no permitía ver su rostro, también note un poco de aceite en sus manos, el semáforo cambio a verde y acelero primero que nosotros, solo lo vi alejarse zigzagueando a los autos.
- Hey, ¿hola?, tierra llamando a Diane, ¿me copias? – Kevin me tomó de los hombros y me sacudió
- He, a, ¿Qué pasa? – le respondí algo desorientada
- Tu dímelo a mí, de un momento a otro te perdiste mirando la ventana del auto
- Oh, perdón, no me di cuenta
- Mmm, está bien ¿supongo?
La verdad no sabía que me había pasado, pero estaba tan concentrada viendo a ese motociclista, que ni me di cuenta de que Kevin me seguía hablando, pero no sabía el porqué, no tengo amigos motociclistas, es más, nunca me he subido a una, entonces no lo conocía, ¿o sí?, solo se que al verlo sentí una inmensa curiosidad de quien era.
Una pregunta retumbo en mi mente; ¿Quién Sera El?
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Caminos Conectados
Teen FictionThiago solo piensa en su futuro y el de su familia, por lo que no se permite disfrutar mucho de su juventud, pero una chica vendrá a poner todo de cabeza. ¿Estaba todo escrito para que pasara o es mera casualidad?