El chico en la fotografía [HUNHAN]

Capítulo 1.

La idea de dejar Seúl atrás y mudarse a Daegu había empezado como una broma entre dos buenos amigos, pero ahora estaba decidido, acomodando en varias cajas lo que se llevaría con él a su nuevo hogar y apartando las cosas que podría donar o vender.

A sus veintiséis años, lo único que Se Hun quería era obedecer a sus impulsos. ¿Para qué sentarse a pensar en un plan si podía ir armando uno según como fuera avanzando todo con cada paso que diera? Si en su pecho lo golpeaba una voz pidiéndole que se olvidara de esa ciudad, no veía por qué no empacar sus maletas, vender su apartamento y hacerlo lo más pronto posible.

—¡Oh, por todos los cielos! ¡Tienes que ver esto, Se Hun! —Un sonriente chico de piel pálida, 174 centímetros de alto y alaciado cabello café muy oscuro se acercó al que todavía era dueño de aquel apartamento, cargando con un objeto rectangular entre sus manos—. ¡Encontré tu vieja cámara instantánea y un montón de fotografías que tomaste con ella!

—¡¿Qué?! ¿En serio?

—Te lo juro. ¡Te estoy diciendo que debes verla!

Cuando su amigo extendió una vieja caja de zapatos un tanto gastada hacia él, Se Hun no dudó ni un segundo en agarrarla y ver su contenido. Lo primero que sacó fue la cámara; era pequeña y de color plateado, muy bonita. Sonrió al sostenerla entre sus manos y recordar que había pasado momentos increíbles y divertidos con ella, mismos a los que había capturado en una imagen que duraría para siempre.

—Tantos recuerdos están pasando por mi cabeza ahora mismo, como si fueran una película acerca de mi vida.

—Esa cámara... No vas a venderla ni a donarla, ¿verdad?

—Por supuesto que no, Baek Hyun —aseguró mientras dejaba aquel aparato a un lado para comenzar a echarle un vistazo a las fotografías, escuchando al mismo tiempo el suspiro de alivio que escapó de los labios del contrario—. Es cierto que no la he usado en años, pero tiene mucho valor para mí. Igual que todo lo que hay dentro de esta caja.

Cielos nublados, flores preciosas, gatos callejeros, lagos enormes, platillos deliciosos, rostros con sonrisas sinceras, selfies, gotas de lluvia pegadas a una ventana, pies descalzos, decoraciones navideñas... El joven pelinegro en verdad le había tomado fotografías a muchas cosas.

—¿No sientes que encontraste un tesoro de tu pasado o algo así?

—Podríamos decir que sí —admitió con una risa suave.

—Hablo en serio, Se Hun, amabas este pasatiempo. ¿En qué momento lo dejaste? —Preguntó Baek Hyun con curiosidad, mirando a su amigo en espera de una respuesta que lo dejara satisfecho, pero recibiendo todo lo contrario.

—No lo sé.

Se encogió de hombros, restándole importancia al asunto. Luego levantó una de las fotografías y se quedó observándola como si quisiera recordar el momento exacto en el cual la había tomado. Sólo era posible apreciar el perfil de un chico delgado con la mano cerrada, pero con su pulgar tocando su barbilla. Parecía que su mirada estaba perdida en algo más allá de lo que la cámara alcanzaba a capturar.

Estaba seguro de una cosa: él había tomado esa fotografía. Sin embargo, no tenía ni idea de quién era ese chico que aparecía en ella. Su primer pensamiento fue que se veía atractivo posando de esa manera, pero por más que luchó por conectar un nombre a aquel rostro, no pudo lograrlo.

—Seguiré sacando cosas de tu armario, ¿está bien? —La voz de Baek Hyun lo trajo de regreso a la realidad—. Veré si encuentro algo tan interesante como esto.

—Ah... Claro, gracias —sonrió débilmente antes de devolverle toda su atención a aquella fotografía.

Nunca había experimentado la necesidad de tener una respuesta, no al nivel que sintió en esos momentos. Cerró la caja llena de fotografías, pero conservó en su mano la de aquel chico, mirándola sólo un poco más.

Continuará.

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"Deberías dedicarte a actualizar los fanfics que no están terminados".
¡Silencio! Es el HunHan month. (?)

Este fanfic tendrá capítulos cortos, desde ya les aviso. ~ Y sí, claro que sí voy a terminar los fanfics pendientes. Pido paciencia.