Que Nuestros Corazones Ardan

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Recuerdo la primera ves en que decidimos vivir juntos, en lo maravilloso que seria poder dormir junto a ti, en no tener que esperarte todos los días en la despiadada casa del terror donde mi malvada madre me tenia como la pobre cenicienta. admito que no tenia las agallas en dejarla sola ya que estaba embarazada de gemelos pero su humor y en como me trataba no era el mejor ejemplo para quedarme. 

contaba los días ya que aveses mi madre estaba de buenas y la mayoría siempre andaba de malas era complicado al pensar que debería de quedarme a a cuidarla o simplemente irme ya que no era culpa mía que estuviera embarazada. 

Me preguntabas que si todo iba bien en mi casa, en que si aun mi madre me trataba como lo ah echo estos 3 meses y lo mas importante en que si aun estaba pensando en irme a vivir con el, no sabia como responderle mi madre me trataba de lo peor, nuestra economía no era la mejor eh intentaba buscar trabajo pero no encontraba ya que aun no sabia en que trabajar y me sentía aterrada en saber que ya era una adulta de 18 sin experiencia de ningún trabajo pero aun así quería irme lejos de mi madre. 

fue un día por la tarde, un día como los de siempre llenos de odio y desesperación pero a pesar de todo lo malo solo encontraba un lado positivo y era que podría verte eh incluso estar contigo pero el destino siempre estará presente ya que mágicamente se desaparecieron 4 dólares y la única sospechosa era yo así que ya se imaginaran la discusión. 

no termino bien ya que fui humillada cruelmente así que simplemente decidí irme ya que no quería llegar al punto de estar soportando la humillación de mi madre. 

al estar en tu casa me sentí por primera ves libre sin que nadie me criticara, sin que nadie me estuviera gritando ni tampoco humillando 

tu casa se sentía tan cómoda que solo sentí el deseo de abrazarte y llorar pero tu llegaste en el momento exacto, sentí tu presencia detrás de mi, tus brazos rodearon mi abdomen y tu respiración se escuchaba tranquila, con tu voz algo grave hablaste suavemente a mi oído 

ya estarás bien te lo prometo, no dejare que nadie te vuelva agredir y no dejare que te sientas sola.. Te amo 

Y en menos de 3 meses ya nada era como lo imagine ni tampoco a como el me lo describió.