The Chaotic Life of a Magician.

U n o

Si, soy yo de nuevo diario, el queridísimo Billy Maximoff.... bueno ojalá fuera querido.

Nada mas empezar el día de hoy fue absurdo, mi padre ni siquiera aviso cuando se iba y mi madre lo hizo, pero con tan temprano que aún seguía en cama. Ni siquiera recuerdo que me dijo, solo que debo ir a la bendita escuela, que fastidio.
Como siempre, Tommy ya estaba abajo desayunando y casi listo, comía de sus cereales favoritos, de aquellos que tenían bombones. Y es que si sabían riquísimos, bueno quizá solo es un gusto más de gemelos que tenemos.

— ¿Se te hizo tarde? —Pronunció el mayor, desde la silla de el comedor mientras terminaba su desayuno.

— Mas bien a ti se te hizo temprano, falta como 1 hora aún para que inicien mis clases —La mayoría de veces Billy decía todo de una manera desinteresada, y más si se trataba de su hermano, que siempre estaba ahí para fastidiar.

— Tengo que ir a correr para tener buena condición en los partidos —El hechicero río a carcajadas, no podía creer que estaba entrenando para mejor "su condición", cuando tenia el poder de ser tan rápido como quisiera.

— Bueno si, ni siquiera debí de habértelo dicho, no me interesa que te rías —Después de tomar un pan tostado, leche y chocolate, el pelinegro paro de reír y le miro.

— Es que tu puedes correr más rápido que un leopardo y quieres mejorar tu condición?, es extraño —Unto después el pan con el chocolate, y se sirvió un vaso de leche mientras el otro ya estaba en su teléfono.

— Ajá lo que digas, yo estaré preparado para cualquier cosa —En seco término esta frase dejando su plato en el lavabo y cruzo la puerta de la salida del hogar.

Billy no volvió a abrir su boca más que para comer, y no lo iba a hacer ya que se encontraba solo. Después de desayunar fue a cambiarse y como le sobraba tiempo, se echó en el sofá. Ya estaban sus cosas preparadas desde hacía un día e incluso ya se había bañado. Decidió ver sus redes sociales, en concreto Instagram.

Entre su feed, pudo observar al chico que le robaba suspiros. Noh-Varr. Estaba presumiendo su marcado y bien ejercitado cuerpo delante de la cancha de la escuela, no podía mirarlo más, le gustaba mucho esa escena tan atractiva a los ojos, le dio un corazón. Deseaba comentarle algo pero no tenía el valor, una sensación de que si llegaba a tomárselo mal le invadió, y mejor no lo hizo. Pero lo que si hizo fue entrar a su perfil, ver absolutamente todas las fotos y su historia, sus cosas y.... oh no, ya eran cinco minutos para que sus clases comenzaran. ¿En que jodido momento pasaron 35 minutos?, se preguntaba saliendo de la casa con una carrera muy veloz, y podía volar pero no sabía dominar bien sus poderes y esto se le dificultaba tanto que temía caerse y hacerse daño.

Entro tan rápido como pudo y localizo su salón, ya enfrente ni siquiera tocó, empujó la puerta y se pasó así como así. Afortunadamente no había ningún profesor más que sus compañeros que hablaban y hacían cualquier tontería.

— ¡William!, que tardanza —Exclamó la morocha desde su asiento, el chico no tardó ni dos segundos y ya estaba con ella.

— Estaba haciendo algo importante... y no vi la hora, es todo —Ella río, se encontraba con el chico musculado y rubio, que estaba tirado en el suelo y con otro chico nuevo, un joven de mechones color negro y con una pinta un tanto extraña, de ojos verdes y también con varias prendas verdes, a el gemelo le pareció raro pero se sentó a un lado.

— Eres afortunado, maximoff. La profesora Hattie no vendrá hoy —Dijo el mismo chico en el suelo jugueteando con un lápiz.

— Ya veo porque todos están en sus cosas, se me hacía un tanto inusual incluso estando a algunos minutos de que empezara la clase —El de abajo solo dio una risilla pequeña, aunque dejo de hablar con Billy por qué este puesto lo tomó al instante el rubio.