↳ ੈ‧₊ 5 DE MAYO

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El joven humano sintió en sus huesos como la medianoche había llegado en ese extraño plano, pero no desesperó.

Con un brillo en sus ojos castaños que asemejaba el de la luz del sol a través de lagunas de miel o maple, continuó sonriente observando a su superior. Era un rasgo característico suyo ser alegre y jovial, pero sus niveles de emoción superaban las barreras de lo posible.

Pero era natural, ¿cierto? Después de años de ser criado bajo sus enseñanzas, estaba admirando ojo a ojo al hombre al que más admiraba, al que más amó con toda su alma durante su vida terrestre, donde miedo se anidaba en su pecho. Ahora todo era fácil y pleno.

—Dígame, ¿Qué deseas que haga? —Preguntó curioso el de menor altura, entusiasmado de lo que realizaría. No estaba seguro de que conllevaría volverse una entidad como la que tenía al frente suyo, pero no importaba todo el dolor o agonía que implicara, lo haría por devoción.

Esperaba igualmente que a Hinata no le hubiese dolido lo que sea que hubiese hecho para convertido en Izuru. Sabiendo que el azabache era un ser de desesperación pura, le preocupaba un poco que su hermano Hajime hubiese agonizado en cualquier momento.

Y ya que lo contemplaba, ¿él también cambiaría de forma? Según las enseñanzas con las que vivió toda su juventud dentro del convento, la respuesta sería no, ya que solo Nagito necesitaba una fuerza que lo balanceara de aquella forma. Iba a confiar en todo lo que la hermana Enoshima y su gemela, la hermana Ikusaba les habían enseñado a todos.

—Alguien está emocionado —indicó el ojizarco con ironía, observando como el muchacho dentro de la habitación prácticamente vibraba de lo feliz que estaba... en cierta parte, esa era la razón por la que lo había elegido específicamente a él. Era alguien con entusiasmo y positividad que nunca se rendía, justo lo que Togami necesitaba en sus días y noches en aquel plano divino, aunque nunca lo admitiría por mantener su orgullo.

—Así es, estoy dispuesto a pasar por lo que sea —soltó sonriente el castaño, admitiéndole al otro hombre en la bella habitación que haría lo que fuese solamente por el hecho de que era tan fiel. No estaba atenuando la situación cuando decía que era un hombre muy devoto, era sencillo de ver.

—¿Tenías miedo de venir aquí, no es así? —Cuestionó desinteresado el de bellos mechones dorados, sabiendo perfectamente como Naegi había estado actuando antes de llegar a aquella habitación en la que estaban actualmente, aquella habitación a la que los dioses le llamaban cuarto de relajación. Cada uno tenía uno distinto, que se acomodaba a las necesidades y deseos de aquellas entidades—. No intentes mentirme, lo sabré —reclamó con autoridad, ya que esa era una de sus tantas habilidades. Ouma era extremadamente bueno encontrando mentiras en argumentos ajenos, pero Byakuya y Komaeda podían hacerlo también a cierto nivel, eran capaces resonar con los corazones ajenos para escuchar las verdades de alma.

—Un poco... pero ahora estoy aquí y estaré feliz de servirle —suspiró el castaño, volviendo a su estado usual después de unos minutos. Estaba feliz, pero no deseaba fastidiar a aquella entidad con su tremendo entusiasmo en momentos como esos. Mantendría la calma siempre que pudiese frente al otro hombre.

—Eres demasiado feliz... —refunfuñó el ojizarco, escondiendo cualquier rastro de afecto bajo su elegante forma de hablar. No le molestaba del todo que fuese así de alegre, puesto que había elegido a ese joven específicamente por una razón. Aquella razón era que Makoto era capaz de endulzar cualquier amargura, algo que le serviría mucho ahora.

—¿Lo soy? Perdonará esto, mi señor —suspiró el más bajo, intentando calmar su fervor. Antes estaba temeroso, pero ya que estaba ahí podía sentir una eléctrica sensación recorrerlo, una emoción que era complicada de esconder, no importase cuanto lo intentara—. Espero poder serle de ayuda —soltó una vez más, esperando su destino. No sabía lo que pasaría después, pero estaba poniendo su existencia en las manos ajenas, porque a ese nivel llegaba su confianza.

↳ 🌟₊˚. ··· Celestial »-Naegami-«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora