Capítulo X: Preludio de una tragedia.

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La desesperación se hizo notar en una terrible pesadilla, era como si cuatro mil millones de almas gritaran en agonía todas a la vez mientras había caos, shinji huía desesperadamente, tras él solo había muerte y desolación, cruces de todos tamaños y muy luminosas nacían de lo muertos mientras que su alma se unía al resto de personas que habían muerto, de entre todo lo que más resaltaba aparte de los incontables ríos de sangre y cráneos era un horrible rugido como si el mismo demonio gritara de dolor y sufrimiento, un brillo que difuminaba todo sin excepciona dejaba resaltar dos grandes ojos escarlata que pertenencia a un colosal ente con doce alas, cada una se elevaba sobre un enorme agujero negro que iba tragando todo a su paso, esa luz terminó por alcanzar a shinji que giró y cayó, pronto se encontraría en una tumba a su medida cubierta de sangre, elevó su brazo completo pero el hueco se hacía más profundo y la sangre se ungía y acumulaba, ambos ojos escarlata y oscuros que no representaban emoción alguna veían fijamente a Shinji ser devorado por el creciente flujo de sangre, mientras él asustado y cubierto en toda su totalidad de rojo y que luchaba por no ser tragado gritaba con gran temor y desespero en su voz:«¡Ayúdenme, Ayúdenme!», sin embargo nadie acudió a su llamado, gritó con gran fuerza tanto como para desgarrarse las cuerdas vocales...

—¡¡Aaahg!!— de golpe y a mitad de la noche se despertó gritando terriblemente y con gran fuerza. Se enderezó tomándose el pecho, completamente helado del cuerpo, sudando y muy pálido, jadeando trataba de recuperar el aire, enfoco su atención a su sus manos y fue testigo de que estaba temblando agitadamente y sin control.— ¿qué diablos fue eso?— se habló con mucho nerviosismos para sacarse de trance.

Las luces de ambas habitación vecinas se encendieron, Misato abrió con cuidado la puerta corrediza de su habitación empuñando su glock apuntando al pequeño pasillo, pensó muchas cosas cuando el grito de Shinji la despertó en seco y de mala manera, lo primero que hizo sin pensar fue alcanzarse el arma y salir a ver que pasaba, parecía estar todo en orden pero no cuadraba con el grito de shinji, Asuka encendido la lampara de su habitación y con mucho cuidado pegó el oído a la puerta para poder entender algo de lo que pasaba, la persona con el arma fue a encender las luces y así comprobar que todo estuviera en perfectas condiciones, Asuka ya luego de sentir que todo iba bien decidió salir, le dio Misato la misma mirada que Misato le dio a ella: de duda y confusión, quedaba un lugar para investigar.

—Shinji... ¿cariño... estás bien?, voy a entrar— habló mientras ella y Asuka se acercaban. Abrió la puerta para mirar a Shinji y su estado.— Dios estás pálido como un muerto, tú, ¿Qué te sucedió?—.

—Estás temblando— dijo Asuka.

—Yo... yo, creo que tuve una pesadilla... Pero se sintió tan real— pasó saliva debido a que tenía los labios y garganta secos.

—Ah, era eso— Misato suspiro muy aliviada.— me diste un susto de muerte—.

—Maldita sea shinji, la maldita sangre se me acumulo en los píes por tu grito, pensé que alguien había entrado al departamento— dijo frotándose desde las mejillas hasta las muñecas en sentido contrario. Comenzó a maldecir en alemán.

—Las pesadillas son comunes shinji, incluso yo las tengo... ¿qué fue lo que recuerdas?— dijo Misato.

—Fue... extraño— se tomó el rostro.— era... una criatura con... con doce alas...—.

—Maldito trastornado— Asuka se tomó el pecho.

—Es muy noche shinji, hablemos de ello cuando todos estemos descansados— Misato le sonrió y poniéndose de pie se despidió de shinji cerrando la puerta corrediza. Apagó las luces y volvió a dormir, Asuka hizo lo mismo.

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