; Mampara

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Entre Perry el Ornitorrinco y Heinz Doofenshmirtz se formó una mampara.

No realmente, pero Doof casi podía tocarla.

Se trataba de un día escolar común y corriente a mitad de octubre, donde los chicos asistían a clases y Perry al trabajo, con la excepción de ser “Martes de películas” en Doofenshmirtz Malvados y Asociados; la idea llegó durante el verano, producto de una  “conversación” incómoda sobre su relación, llena de divagaciones y silencio intermedio. Doofenshmirtz en una ocasión utilizó “cita” como etiqueta, junto a una sonrisa nerviosa que enterró todo y jamás volvieron a tocar el tema.

Ninguno admitía lo que estaba ocurriendo entre ellos, pero tampoco lo negaban; estaban bien así, o al menos eso pretendían cada martes, donde se encontraban salpicados por la luz del televisor, con 40 centímetros exactos separándolos.

Esa tarde, Perry, en contraste con su persona, se veía entretenido, incluso cautivado por la película de su propia elección. Al fin había logrado conseguir un turno para escoger.

Heinz no entendía, estaba perdido desde 4 escenas antes; las películas de suspenso y detectives no iban con él, demasiado complicadas y serias para su gusto inclinado por la exposición teatral de emociones. Si, el drama le venía mejor, no obstante, fingía prestar atención desde que Perry puso un dedo frente a su pico con el ceño fruncido, indicando que guardara sus preguntas y observara.

Intentó obedecer, manteniendo los ojos fijos en la pantalla con dos ideas en mente apartando el procesamiento de imagen: necesitaba levantarse e ir al baño y en verdad quería tomar la pata de Perry.

Ansiaba hacerlo. Podía hacerlo. Iba a hacerlo.

Estaba a punto de lograrlo.

Su mano, acechando, se encontraba cerca de apresar su objetivo y finalmente...

No lo hizo.

Lo único que logró fue un vistazo de Perry, breve e indiferente.

Bien, ahora se sentía tímido, como un adolescente en su primera cita. — La portada prometía más acción. Solo he visto a un hombre triste hablándole a la nada. ¡Ni siquiera entiendo qué está pasando con todos esos cortes de escena innecesarios! — Intentó distraerse a sí mismo.

Sin embargo, Perry no daba la impresión de estar de acuerdo o en desacuerdo, solo guardó silencio y continuó atento. Ojalá tuviera la misma actitud durante los monólogos de Doof. ¿Alguna vez se percató de lo bien ensayados que estaban?

Tomar su pata quizá era demasiado íntimo y directo, debía dar pasos pequeños e ir por acciones familiares, como aquellas ocasiones donde había rodeado sus hombros, ¿verdad? Ese era un buen inicio.

El científico estiró su brazo con cautela hasta alcanzar el extremo opuesto, pero su némesis se adelantó con un giro de cabeza que esfumó la limitada confianza que logró reunir.

Lo único que pudo lograr es fingir un bostezo y estirar el cuerpo, creando una salida creíble pero cobarde.

Perry se inclinó sobre la orilla, atento a la escena en el televisor: la detective protagónica se encontraba en medio de una arboleda, agazapada detrás de un enorme árbol con su arma al costado de su cabellera rubia. Seguro estaban en la acción ascendente de la historia, lo cual traducido, indicaba que el propio tiempo de Doofenshmirtz para actuar se estaba desvaneciendo.

La posición de Perry dejaba libre su angosta pero adorable cintura de ornitorrinco, se trataba de una extraña oportunidad, la cual resultaba ser una mejor opción que el intentar alcanzar sus hombros de nuevo; diligente, el castaño arrastró la palma de su mano sobre la superficie, avanzando hacia su objetivo.

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2021 ⏰

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