; Hoy no tienes una cita

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Título extraño, eh?

¿Alguna vez se han sentido color de rosa? Así me hace sentir Anima_Letters y su ayuda con este y otro cacho de escrito. Le debo las gracias y un gansito. <3 <3

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— Pudo ser peor — Dices cansado pero no angustiado.

De alguna forma, no te sorprende su rechazo, en cambio, te encuentras absteniéndote de mirar la salida que atravesó Perry el Ornitorrinco; prefieres clavar la vista en las puntas de tus zapatos.

Hoy no tienes una cita, te queda suponer, había sido tonto lanzar la pregunta al aire sin atrapar sus tobillos de antemano con una trampa. Ahora, sin una respuesta, lo sabes.

Te quedas quieto, sin saber dónde poner tu incomodidad; no podrás dar la cara otra vez frente a él, o tal vez si, cuando un impulso te haga pegar ojo hasta tarde por crear un “rechazainador” con este momento como trasfondo y la O.S.B.A. lo envíe a detenerte.

Por ahora, tu resentimiento está en fase inicial: sensible.

Suspiras, colocando una mano en tu frente para detener todos los pensamientos que te atiborran: él es un agente secreto adiestrado para combatir contra el mal, tú un científico malvado que intenta tomar el control del Área Limítrofe, ¿qué esperabas? Por supuesto, te niegas a creer que no significas nada para él, sin embargo, no es parejo al valor que él tiene para ti. Tú eres su némesis de confianza, un compañero, parte de su vida, ¡disfruta de luchar contigo! mas no de tu existencia a secas.

En otras palabras, le gusta su trabajo, no tú.

Tu mano se desliza, ahora cubre tus ojos; reprimes un gruñido atorado en la laringe.

Él no lo dirá en voz alta, literal y figuradamente, pero tomas por seguro que te viste ridículo y por suerte la vergüenza te ahorca más que la desilusión, lo cual es tolerable.

¿Se estará burlando de ti en estos momentos? No, es demasiado profesional para eso, talvez ni siquiera le importe. La extremidad que ciega tú realidad baja un poco más, cubriendo tu boca con la diestra.

Debiste mantener la boca cerrada, pero tu lengua siempre está en modo automático.

Siempre.

Cierras los ojos, adolorido, frustrado, ¿por qué habías hecho todo eso?

Te atreves a mirar, te atreves a enfrentarte a la soledad, al dolor, a todos esos sentimientos que pasan a segundo plano cuando Perry el Ornitorrinco está frente a ti, cuando lo ves existiendo en el mismo lugar donde estaba cinco minutos atrás.

De no ser por la ausencia de la mochila cohete y que viste un corbatín negro al rededor del cuello que no combina con su sombrero, pudiste pensar que en realidad nunca se marchó. Sin saber qué decir, cuelgas las manos y te mantienes en silencio.

No está sonriendo, pero tampoco tiene ese semblante serio que siempre carga consigo. Es inesperado, y por inesperado te refieres a que es completamente no esperado.

En el momento en que Perry el Ornitorrinco mira a otro lado y patea el polvo con la pata, entiendes que está nervioso, por extraño que parezca. Es decir, esto va sincero, y eso te da un impulso que levanta tu postura y dibuja una extraña mueca de emoción en tu rostro.

— Espera aquí, Perry el Ornitorrinco — Dices, y te das la vuelta para huir a tu habitación y buscar un atuendo decente.

Porque hoy tienes una cita.

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¡Gracias por su lectura!

⚡ ;; Perryshmirtz「 one-shot's 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora