Prólogo

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"Yo debería tener un infierno para mi cólera, un infierno para mi orgullo, y el infierno de las caricias; un concierto de infiernos"
-Arthur Rimbaud

Graham

Solo pocas cosas me hacían sentir viva, para ser un vejestorio debería tener dominado el arte de encontrar la felicidad, pero mi alma estaba tan podrida como cualquier otra. Ahora mismo, era feliz, sintiendo como el líquido espeso acariciaba mi garganta y me hacía sentir mariposas en el estómago, era casi tan bueno como comer una vagina. Seguí bebiendo hasta que sentí como el corazón del hombre dejaba de hacer ruido y sus ojos se tornaban negros, al mismo tiempo que su alma comenzaba a bailar con la muerte.

-Veo que tienes una noche larga por delante- Escuché la voz y rápidamente me di la vuelta, encontrándome unos preciosos ojos turquesa, asentí en forma de saludo hacia la chica que se encontraba viendo como comenzaba a arrancar los dientes del hombre.

-Sabes que no demoro demasiado, ¿Por qué, querías coger o algo?

-No siempre quiero coger.

-Bueno yo si-Dije y esta soltó una leve carcajada, Camille podría definirse como mi mejor amiga, aunque no creo que esa sea la definición para la única persona que me soporta y solo porque le gustaba mi lengua y dedos.

-Hace mucho que no hacemos algo como amigas-Soltó mientras se apoyaba contra la pared y observé cómo cargaba un folder consigo.

-Pues nunca te veo quejándote mientras te chupo hasta donde no sabías que tenías pelos-Dije mientras terminaba de guardar los dientes del hombre y le tiraba la bolsa a Camille, quien los usaba para identificar al hombre y borrar todo registro de este.

-¿Podemos ver una película sin terminar cogiendo?

-La última vez que vimos Tinker Bell terminé enojada.

-Pues yo no decidí escribir al personaje más hetero del mundo, aparte no fue tan mala, los demás daban gay vibes.

-¿Puedo elegir la película?

-Siempre vemos la misma si la eliges tú, deberíamos coger- Dijo finalmente Camille y asentí, permaneció callada por unos segundos antes de hablar de nuevo.

-Tengo un nuevo caso.

-Siempre hay casos, no me sorprende.

-La chica es bastante interesante.

-Sabes que no me involucro con mujeres para las que hago esto.

-Ella no está casada por su voluntad, y su familia pertenece a la mafia rusa.

-Mi primer orgasmo me lo dio una rusa.

-Lo sé, ¿tengo tu atención?

-Habla- Me di la vuelta para mirarla de frente y sonreí al ver cómo me tendía el folder con los datos de mi siguiente víctima.

-¿Qué debo hacer? Ya tengo hambre.

♦️♦️♦️

Mis dedos entraban y salían de la chica mientras mi lengua estimulaba su clítoris, haciéndola gemir mi nombre una y otra vez, comenzó a arquear su espalda pero coloqué mi mano libre sobre su estómago desnudo para mantenerla postrada sobre la cama, conocía el cuerpo de Camille, sabía cómo hacer su orgasmo más prolongado e indeleble. Levanté el rostro para lamer las pequeñas gotas de sudor que se formaban en sus pechos y mordí uno de sus pezones con suavidad provocando que soltara un gemido.

-Quiero más-Gemía mientras mordía su brazo para evitar gritar, sonreí al ver cómo le gustaba.

-¿Te pone que esté dentro de ti?-Susurré y ella no tuvo tiempo de responder antes de que introdujera un tercer dedo que moví dentro de ella con violencia, Camille no era mucho de sexo vainilla, y realmente no tenía quejas, mantuve mis dedos dentro de ella mientras comenzaba a ahorcarla, sabiendo que de esa manera llegaría más pronto al orgasmo, movió sus caderas para sentir mis dedos por completo dentro de sí y en poco tiempo se corrió dentro de mi boca, bebí todos los fluidos que liberó su lindo cuerpo y cuando ese líquido espeso y lechoso dejó de salir, la observe con satisfacción mientras se retorcía entre las sábanas, me recosté a un lado de ella y al poco tiempo sentí su mano estimulando mi zona g, no necesite mucho tiempo para llegar también al orgasmo y correrme.

-Podría tener otro- Me dijo mientras se daba la vuelta para quedar frente a mí.

-Nunca tienes suficiente- Susurré mientras me ponía de pie y comenzaba a vestirme.

-¿Por qué nunca te quedas? Somos amigas, después de todo.

-No me gustan las mierdas románticas, lo sabes-Dije mientras sentía los ojos de Camille sobre mí.

-Ni siquiera me besas cuando tenemos sexo.

-Sabes que no busco una relación, si empezamos a besarnos te meterás en la cabeza que somos los personajes de "El stand de los besos", me niego a ser esa pareja hetero que ni siquiera sabe limpiarse las nalgas.

-Dijiste que no mencionarías otra vez que me gustaba esa película.

-Realmente no puedes soltar que esa es tu película favorita y que nadie se burle de ti, Camille.

-¿Jamás amaras a nadie, verdad?-Susurró tan bajo que un ser humano no sería capaz de escucharla.

-Hace mucho que deje de soñar.

-Esa no es una respuesta a mi pregunta.

-Lo es, deje de soñar que tengo un corazón que le pueda pertenecer a alguien- Dije y salí del cuarto antes de que pudiera tener la oportunidad de hablar conmigo, salté por su ventana hacia la azotea de su vecina y comencé a correr, me gustaba la sensación de las estrellas acariciando mi cuerpo mientras el viento gritaba mis pecados, eventualmente me detuve cuando recordé a Katerina, la chica de la que Camille me había hablado hace unas horas. Realmente necesitaba una distracción y matar al marido de esa mujer parecía una bastante buena, corrí hasta mi departamento en donde había guardado la dirección de aquel pedazo de mierda y me dispuse a arrebatar un alma más.

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Nota: Perdón por los guiones cortos, Wattpad los pone así

Where do broken hearts go?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora