Capítulo IV

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Katerina

Parecía un poste con los tacones que estaba utilizando y el dolor que me daban al caminar me estaba comenzando a irritar, pagaría para que un camión en este mismo instante me atropellará, pero estaba segura de que me vería a cinco kilómetros de distancia. Seguí caminando hacia la pista de baile pero me detuve al ver que se estaba volviendo un harem, podía jurar que vi un pene por ahí pero no indague mucho tiempo, posé mis ojos sobre una linda chica que encontré cerca de donde estaba y me apresuré a colocarme a su lado porque realmente me vendría bien atención de una pelirroja, si por mi fuera, vaginas podían llover del cielo y no diría ni una sola palabra de desaprobación.

— ¿Quieres bailar conmigo?—Pregunté y la chica me miró con interés, no sabía si era hetero pero sí lo era, que desperdicio de una cara tan bonita.

— ¿Yo?

—No, hablaba con el espíritu que está detrás de ti—Realmente traté de no soltar ningún comentario sarcástico pero no logré callarme a tiempo, la chica simplemente río y al ver su boca formar una sonrisa estuve tentada a besarla en ese mismo instante pero siempre preguntaría primero por su consentimiento.

—Lo siento, no mucha gente invita a gente gorda a bailar—

—Eres hermosa, entre todos estos culos solo me interese por el tuyo, puedes ser deseada y atractiva siendo gorda. Mi hermana solía sentirse como tú pero ahora es narcisista.

— ¿Está soltera?

—Es hetero.

—Tal vez solo deba conocer a la chica indicada.

—Pensé que tú y yo teníamos algo, ¿sabes qué? ve a buscarla, está en el tercer piso, es la de cabello plateado y sus ojos se parecen a los míos, dile que ya llegó su despertar homosexual.

—Realmente no me van las altas, lo siento—Dijo y solté una carcajada.

—Te deseo suerte con mi hermana—Dije y me despedí de la chica, me arrodillé para quitarme los tacones y cuando estuve libre comencé a buscar a alguien más para divertirme un rato, encontré una chica en medio de la pista y me rodeó con sus brazos, era de mi altura así que podía verla fijamente a los ojos, las dos sonreímos y me aseguré de oler su aliento para verificar que no estuviera borracha. Cuando me besó tomé las riendas rápidamente y ahora era mi lengua la que jugaba con la suya, se inclinó para comenzar a succionar mi cuello y dejar un chupetón, la mezcla de dolor y placer estaba haciendo que mi cuerpo comenzará a vibrar y le permití que su lengua indagara por los pliegues de mi escote. La gente no podía enlazar la idea de que una mujer pudiera merecer respeto mientras al mismo tiempo deseaba tener metida una lengua todo el tiempo, pero la gente era una mierda y yo realmente quería tener una lengua adentro.

Cuando volvió a mis labios todo fue más intenso pero me detuve al momento en que empezó a apestar a marihuana, Camille estaba al lado de nosotras fumando tranquilamente un porro de marihuana y lucía relajada, sin una gota de tensión en su pequeño cuerpo.

—Camille eso huele hasta Canadá, guarda eso antes de que nos saquen de aquí.

—Le acabo de vender drogas hasta al perro, no me van a sacar de este antro de quinta sí quieren tener más diversión—Dijo y siguió fumando, la chica con la que estaba bailando encontró a sus amigas y me abandonó con Camille.

—Te estaba comiendo con la boca.

—Camille no creo que con Graham solo hagas pulseras de la amistad. Estaba pensando en cómo mi padre seguramente te hubiera amado, eres chiquita y engañas a la gente con la idea de que eres inofensiva pero en realidad podrías matar a todos en este lugar.

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⏰ Última actualización: Apr 22, 2021 ⏰

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