min ⁚⁚⁚⁚ ━━ Para una mujer es complicado vivir con siete hombres, especialmente si el ojo público siempre estará presente como en el mundo de los idols.
Min aprendió a vivir con eso, porque la opinión de los otros no tenía importancia en cómo...
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2010
— Me estás pidiendo algo demasiado grande, NamJoon.— la azabache se cruzó de brazos mirando al muchacho frente a ella.
Desde que lo miró en la puerta de su apartamento supo que algo le pasaba, se notaba realmente pálido y preocupado, ¿Cómo podía no notar eso?
— Por favor.— el chico debía estar realmente desesperado para recurrir a ella. Suspiró, acomodó sus lentes y abrió de nuevo la puerta tras suyo, para luego entrar. El muchacho tragó saliva, decepcionado de sí mismo, las lágrimas de frustración e impotencia estaban a punto de salir.
— Entra, debes tener frío.— levantó la cabeza confundido, la mayor le dedicaba una bella sonrisa que lo tranquilizó. Procedió a pasar al apartamento, que era del mismo tamaño que el de ellos, JaeMin le sirvió una taza de té de manzanilla humeante, pues ella lo estaba preparando cuando él tocó su puerta hace 3 minutos; la muchacha tomó asiento frente a él en la mesa de cuatro de la sala.— Ahora...— tomó un sorbo.— Cuéntame. ¿Quién es ésta persona que te está atormentando?
Al morocho le hizo gracia el tono en que la mayor habló, Bang lo miró atenta.
— J..Jung HoSeok, es uno de los posibles bailarines de mi grupo.
— Ah, cierto, ahora tienes esa responsabilidad en tus manos. No descuides tus estudios.— lo señaló acusativa.— Prosigue.
— Al parecer no se considera lo suficientemente bueno. Se fue... regresó a su ciudad natal.
— ¿Intentaste detenerlo?
— Sí, pero no quiso escuchar.— un pesado suspiro se escapó de la fémina.
— Te seré sincera, porque no me gustaría mentirte.— se inclinó al frente y apoyó su cara en su mano derecha.— Si tú no pudiste hacerlo entrar en razón, ¿Crees que me escuche a mi?— le miró con una ceja alzada en son de cuestionamiento, al varón se le cortó la respiración ante el tono cortante que usó.— Seamos realistas, soy un desconocido para él, no me escuchará jamás. Posiblemente ni siquiera me tome en cuenta.— el morocho se había quedado viendo la taza de Ryan en sus manos, repasando sus palabras minuciosamente.
— ¿Entonces...?
— ¿Dónde vive el inepto? Nadie hace llorar a mi pobre dongsaeng y se marcha sin que le diga nada.
— Noona, no le digas así.— regañó, mientras una risa de alivio salía de su garganta. JaeMin se puso de pie mientras rodaba los ojos.
— Eres un llorón.
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