Capítulo 7

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No entendì lo que decìa, pero luego, Sindy tambèn me mirò de la misma forma que ella y luego ambas se lanzaron  miradas de complicidad.

Al llegar al castillo la reina nos pidió a ambas  esperarla en la sala de estar y se fue . Era grande con tres sofàs largos color blanco con decoraciones azules y rosadas en los bordes de los cojìnes y tambièn en los lugares para apoyar los brazos cuyo nombre olvidè.La alfombra era blanca, gruesa y peluda, la mesa de centro era algo pequeña pero elegante,de vidrio y en el centro de ella un pocillo de cristal lleno de diferentes dulces.

Mientras nos devoramos todos los dulces que estaban ahì, la Reina llegò con un conjunto de ropa deportiva blanca entre las manos y me lo entregò diciendo:

-Tu entrenamiento inicia mañana- Tenìa una sonrisa enorme dibujada en su rostro y pude notar emociòn en su voz.

-Bueno... Gracias- No pude ocultar mi nerviosismo.

Tranquila, lo haràs bien-

Al dìa siguiente, mi entrenamiento fue ponerme en forma, correr, saltar, hacer abdominales, etc. Me recordaba a las clases de educaciòn fìsica, estuve todo el dìa haciendo diferentes tipos de ejercicios, en ese momento agradecì siempre salir a dar largas caminatas para llegar a esa casa lo màs tarde posible, podrìa decir que eso hizo que ponerme en forma no fuera tan difìcil.

Una semana despuès, la reina dijo que ya estaba lista para el próximo entrenamiento y  tuve dos dìas enteros para descansar y si que los aprovechè al màximo.

En mi segundo dìa de descanso bajè a la cocina por un poco de agua y como siempre, ella estaba ahì, estoy segura de que si no fuera la Reina de este bosque, serìa una chef profesional, de las que tienen restaurantes de cinco estrella y participa como jueza en competencias de cocina.

Apenas me viò me saludò con una sonrisa diciendo:

¿Disfrutas tu día de descanso?-

-Sì, muchas gracias-

-¿Todavía sufres de insomnio estos dìas?-

Su pregunta me tomò por sorpresa y creo que lo notò porque me observò y antes de que pudiera pronunciar alguna palabra dijo:

-Te vi muy temprano en la mañana merodeando por el jardìn antes del entrenamiento intenso de esta semana-

-Ah... eso... si, supongo que hacer ejercicio todo el dìa ayuda a descansar mejor-

-Entonces, mi entrenamiento funcionò-

-¿Que?- estaba algo confundida

-Bueno- se riò- sabìa que no iba a ser necesario que entrenaras de manera tan intensa esta semana, solo debìa ser para prepararte para el siguiente entrenamiento y saber si estabas lista, pero pensè que si te hacìa practicar màs horas estarìas más cansada y dormirìas mejor-

-Bueno, su plan funcionò su majestad-

-Tu amiga llevaba una pulsera igual? Lo digo porque nunca te la quitas- dijo cuidadosamente cada una de las palabras, señalando mi muñeca izquierda.

-No es por la pulsera, es por el color- Respondì amablemente, mientras miraba con una sonrisa nostálgica aquella pulsera.

-¿El color?- Por primera vez era ella la que no entendìa

-A mi amiga Marta le encantaba el rosado, era su color favorito, es su color favorito- me corregì de inmediato al darme cuenta de mi error, siempre creì que si hablaba de ella en pasado era como asumir que estaba muerta y yo me negaba a esa posibilidad- antes usaba alguna prenda de ropa de ese color como calcetines, una bufanda o una chaqueta, a veces también pulseras hechas de elàstico hasta que un dìa fui de compras con mi mamà y vi esta pulsera en una tienda, pensè que si ella la hubiera visto, le gustarìa- Me puse triste, pero al mismo tiempo venìan a mi mente los buenos recuerdos que pasamos juntas.

La reina tomò mi mano y me dijo :

-Ven conmigo-

-¿A dònde vamos, su majestad?-

-Creo que ya es hora de mostrarte algo-

En el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora