La promesa: Todo de mi es tuyo.

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Cada vez que se recostaba en su cama arropándose con esas limpias y blancas sábanas mientras cerraba sus ojos con tranquilidad, podía ver claramente su figura.
Podía visualizar la amplia espalda de un hombre alto de cabellos rubios, unos cabellos que resaltaba con la luz del sol brillante, con una presencia llena de elegancia y autoridad. Cada paso que daba era firme y decidido, y a pesar de ser tan sublime y hermoso, que lo hacía parecer totalmente inalcanzable, podía caminar a su lado con orgullo. Sentía que su vida, su ser y su existencia misma le pertenecían.

Sin embargo, ese sueño era molesto.

Cada noche estaba a su lado en diferentes escenarios, en diversas situaciones, sintiendo muchas emociones.

Pero, su rostro...

[ ¿Por qué no puedo ver tu rostro? ]

La frustración inundaba su corazón cada vez que despertaba de ese sueño tan placentero. Quería saber quién era, por lo menos saber su nombre, pero cada vez que parecía que él mismo lo decía con fuerza…. No podía escuchar absolutamente nada.

Solo podía seguir viviendo mientras rogaba internamente por volver a verlo.

-¿Otra vez ese sueño? – cuestiono decepcionada una castaña de lentes mientras bebía algo de alcohol junto al azabache – ni una sola vez puedes ver su rostro o escuchar su nombre.

- No digas lo obvio, anteojos de mierda – que lo repitiera solo lo hacía molestar aún más.

- Lo siento, lo siento – bebió lo que quedaba de líquido en su vaso de un solo trago poniéndose algo seria – Nos hemos encontrado con todos los demás del escuadrón del reconocimiento, como tú me has mencionado, pero justo como yo… no recordamos nuestra vida pasada ni un poco – eso le intrigaba, pero a la vez la hacía temer del pasado.

- Quizás nunca vuelva a encontrarlo… ha pasado tanto tiempo que estoy comenzando a dudar sobre si realmente reencarno en esta vida – a pesar de estar bebiendo con su típico rostro neutro y mirada distante, sus propias palabras le hacían estar devastado.

[ ¿Jamás… podré verte de nuevo? ]

- Oye no seas pesimista – golpeo su espalda con fuerza de manera amistosa mostrando una reluciente sonrisa – Tal vez el destino está esperando el momento y lugar indicado para que ustedes tengan un reencuentro único.

- Eres alguien que cree en esas fantasías como el destino… - y tontamente él también quería confiar en eso, en que el destino uniría nuevamente sus caminos.

Sus días eran así de monótonos, pero eso no le molestaba e incluso estaba aliviado. Aliviado de volver a ser hijo de Kuchel Ackerman y esta vez tener la oportunidad de cuidar de ella como se debía, aliviado de ser el único con recuerdos de ese amargo pasado… era mejor si era el único que sufría si eso significaba que los demás pudieran tener la vida que merecían desde hace mucho tiempo, una vida sencilla y llena de felicidad.

Eruri Fanfics 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora