Día 3: Confesiones

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¿Qué se supone que se hacía en las confesiones? Yuuji no tenía ni idea, y menos en lo que respecta en los asuntos relacionados al romance.

Ya había consultado con Nobara y Gojō.

¿Había sido buena idea? Probablemente... No.

Pues lo que casi le habían recomendado era invitar a esa persona a una cita romántica, llevarle flores o escribirle una carta o poesía.

Bueno, Gojō tenía más experiencia –por ser un mujeriego–... Aunque siendo sincero, ¿Cómo vas a pedirle consejos de cómo confesarte a un playboy?

Se había pasado de idiota, fue lo que pensó mientras suspiraba exhausto.

- ¿Sucedió algo, Itadori?

Yuuji volteó, encontrándose con Yuko, quien lo miraba preocupada. Él le sonrió con tal de tranquilizarla... Pero pensándolo mejor...

- Ozawa, por favor ayúdame.

La chica se sobresaltó al ver cómo Yuuji literalmente, hacía una dogeza repentinamente. Avergonzándola de inmediato al notar las miradas de los demás sobre ellos.

- ¡Te lo ruego!

- ¡E-Está bien pero por favor, Itadori, levántate!

...

- ¿Confesarte? – preguntó con sorpresa, parpadeando unas dos veces. Yuuji asintió con firmeza y seriedad.

Se llevó una mano al mentón, pensando en su respuesta. Después de todo, confesarte a una persona era un asunto importante y no algo que podías hacer a la ligera.

Pues los sentimientos, no eran para tomarlos a juego. Eran sumamente preciados.

-... No creo que deba ser algo muy elaborado... Pienso que con sólo decirle cómo te sientes, es más que suficiente – sonrió suavemente.

- Entonces... ¿No debo llevarle flores o invitarlo a salir?

- Oh, eso es si tú quieres... Aunque, yo creo que sí sólo le dices Me gustas, es más que suficiente.

- Entiendo... Muchas gracias, Ozawa. Y también, disculpa las molestias – reverenció. Pues ella alguna vez, también le había confesado sus sentimientos en el pasado.

Yuko negó con una sonrisa.

- No hay nada que agradecer o perdonar, Itadori. Mientras tú seas feliz, yo estoy bien – le aseguró, con una sonrisa llena de sinceridad.

...

No halló una oportunidad para poder decírselo a Fushiguro, y aunque lo háyase abrazado, no es como si Megumi le hubiese dado un significado o le hubiese buscado una razón; y Yuuji se lamentó profundamente por eso.

Y esa era su razón por la cual no podía dormir, y mañana tendría problemas para prestar atención a la clase. Tomó su celular y miró la hora: 3 AM.

Tal vez era por el sueño que ahora comenzaba a hacer de las suyas, o posiblemente porque todos nos llegamos a poner sentimentales a altas horas de la noche; pero cuando se dio cuenta de lo que había hecho –es decir, del mensaje que le había enviado hace sólo 5 minutos–.

Supo que era muy tarde (no sólo por la hora) cuando el mensaje estaba marcado como leído.

...Ese sería un problema para el Yuuji del futuro.

Fue lo que pensó sin darle mucha importancia, apagando el celular para cargarlo y dormir finalmente.

(Sin saber lo que sus palabras había ocasionado en Megumi, esa noche).

-Traumada Taisho

Un sol que no quema  [Itadori/Fushiguro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora