Egipto... (Año 3000 a. C.)

En Egipto siempre era la misma rutina de siempre, construcciones, esclavitud, ordenes de un faraón tirano que solo pensaba en sí mismo pero hubo algo en particular que destaco en ese tiempo a Egipto por ser tan diferente en cuanto a la forma en que gobernó una chica quien tuvo una vida muy humilde pero que al mismo tiempo era la heredera del trono de Egipto sin haberlo sabido.

Esa chica se llamaba Naunet, en honor a la diosa egipcia del océano, sus padres murieron hace muchos años dejando le como recuerdo a su pequeña hija una especie de talismán de la suerte que ella lo podía usar cuando le plazca o cuando sea necesario. Ese talismán había sido el legado que le dejo su abuela a su madre y ahora su madre a ella. Naunet era una niña de 15 años, que siempre se la pasaba visitando a varios amigos de sus padres para arreglar cuentas que ellos dejaron pendientes, Naunet, con el talismán en su poder, podía hacer que esos amigos de sus padres se les borrara la memoria por el tiempo que ella quisiera para evitar tantos inconvenientes, era algo impresionante, ya que ni en su familia existía la posibilidad de que los esclavos obtuvieran joyas mágicas.

Mientras tanto, en el castillo del Faraón, gobernaba el rey Naret, uno de los faraones más canallas que se hubiera visto en el Antiguo Egipto, pero vamos a hablar un poco de el para que entiendan de lo que estoy hablando. Antes de que Naret subiera al trono, su abuelo Net fue unos de los faraones más horribles que se hubiera visto en el Antiguo Egipto, este mataba a niños y a mujeres por sus pecados y por deshonrar a su rey, el mato a una de sus hijas por haber quedado embarazada de un esclavo, y ella era la hermana del padre de su nieto Naret. Los padres de Naret habían muerto por culpa de su abuelo, solo que él nunca se lo dijo a su nieto. Naret nunca estuvo de acuerdo con su abuelo cuando era niño sobre la forma en que gobernaba al pueblo y al reino de Egipto:

-Abuelo, por favor... Ya basta.- le ruega a su abuelo

-Es mi deber como Faraón, que los habitantes de Egipto hagan lo que les pido.

-Abuelo... No es justo.- interrumpido por su prima

-No seas ingenuo, primo.- dice con un tono burlón.- el abuelo tiene mucha razón en decir eso, son esclavos que deshonran al faraón en todos los aspectos, y deshonran a la raza.

-Entonces ahora, ¿las mujeres no pueden tener un heredero con cualquier otro hombre?- le pregunta a su abuelo

-Esta conversación acabo, tu solo tienes que saber que eres el príncipe y no se hable más...- le dice el faraón

Naret se inclina ante su abuelo con muestra de respeto por su incompetencia aunque él lo perdona, todavía hace falta que Naret entienda el significado de las palabras "Lealtad hacia su Rey".

Luego de que les haya explicado sobre el rey, déjenme decirles que él tuvo un hijo con su prima, para conservar el linaje de su familia.

Naunet, sin embargo, estaba en el rio Nilo, viendo su reflejo como siempre, y preguntándose, quien es, de donde viene y si tiene familia. Solo con su reflejo se podía responder esas preguntas ella sola. A veces cuando iba al rio, se le presentaba el espíritu de la diosa Anuket, diosa del agua y la lujuria. Naunet y Anuket hablaban de vez en cuando para responder esas dudas que tenía Naunet, eran muy complejas esas preguntas, y nadie se las podía responder por esa razón. Anuket siempre le respondía de una manera todavía más compleja:

-Naunet... Te haces muchas preguntas... Y esas preguntas te atormentan desde que murieron tus padres- le dice

-Solo... Quiero entender, y saber, de donde soy, y quienes son mis verdaderos padres- le responde triste

-¿Quieres saber por qué te di el talismán?- le pregunta

-...- sin palabras

-Sabía que... El talismán estaría a salvo contigo. Antes... Todo el mundo quería el poder del talismán, pero naciste tu...- le dice- Tus padres me invocaron para que te protegiera.

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