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III

El príncipe Nisk no tuvo más remedio que respetar la decisión de su padre y quedarse sin decir una sola palabra. La fiesta tuvo que terminar pero para concluir la velada, había llegado Gale-el príncipe de roma- a entrar encubierto, a hacerse pasar por el arquitecto real del faraón. Después del último show de la noche, Gale, se estaba dirigiendo al faraón pero mientras seguía su camino se topó con Naunet, él pensó que había visto a la chica más hermosa de Egipto, y al mismo tiempo vio algo en su cuello que le llamo mucho la atención, era su talismán, y si, le habló:

-¿Cómo te llamas?- le pregunto

-Naunet... y ¿usted?.- pregunto curiosa

-Fille, soy el arquitecto real- respondio asombrado por su belleza

Los dos hablaron y hablaron, y... hablaron, hasta que Gale le propuso algo a Naunet; le dijo que se verían al día siguiente antes de que el sol se ocultara, en el rio Nilo, a lo que Naunet respondió que sí.

Al día siguiente, en el palacio, el príncipe se encontraba en su habitación, tratando de descifrar la historia y la profecía que se ocultaba entre los jeroglíficos que estaban escritos en las paredes de su habitación, claro esta, que el príncipe le pregunto a la persona mas indicada para descifrarlo, y ese era el sacerdote real, quien por todos sus años estando en el castillo sabe cual seria el destino de Egipto. A final de cuentas, el prinipe se dirigio a la habitación del sacerdote y le pregunto la profesia:

-Sacerdote...?

-Alteza, ¿con que razones ha venido usted a mi habitación?- le pregunta extrañado y confundido

-Vine a preguntarle sobre la profecía- le dice con un tono de misterio

-Alteza, las profecías no son un juego- le dice- son muy peligrosos para aquellos que traten de cambiarlo.

-Eso lo sé, Sacerdote

-Algún día, la princesa desaparecida, recordara su pasado, luego la diosa Anuket, con toda su furia hacia el faraón, hará que surja un un gran tsunami, desde la profundidades del rio Nilo, habrá una inundación, que hará que Egipto se pierda, pero una semidiosa, junto con el talismán sagrado nos salvara la perdición y de nuestra muerte, y luego de eso será la faraón de Egipto por derecho. Pero ese tsunami solo ocurriría si alguien le arrebata de su cuello el talismán y sufrirá la ira de la salvadora y de Anuket.

El príncipe se alejó lentamente del sacerdote, y se fue corriendo a ver a su padre quien estaba enfermo en su habitación. El príncipe no tuvo más opción que evitar tocar el tema, pero su padre ya había recibido la noticia de que su hijo había preguntado por la profecía. El faraón tuvo que advertirle lo que podía pasar si el trono quedaba en manos de la salvadora, a lo que el príncipe se negó a tener que subir al trono cuando en realidad el trono es de la salvadora por derecho.

-Padre, con todo respeto, no puedo negarle a mi hermana la corona, le pertenece por derecho- le dice con un tono triste

-Si no lo haces, me veré obligado a tener que sacrificar a tu campesina sucia- lo amenaza

Nisk discutió con su padre sobre Naunet,tratando de convencerlo pero a veces la mente le puede ganar al corazón. Nisk no tuvo más opción que subir al trono cuando sea mayor de edad y tener que negarle la corona a su hermana perdida.

Nisk tuvo que irse deprisa a las orillas del rio Nilo para verse con Naunet. Sin embargo, Naunet se encontraba sola en la orilla, viendo y observando con majestuosidad al sol ocultándose, y viendo como el color del mar combinaba perfectamente con el reflejo del sol que tenía un color rojizo en ese momento. Despues llega Nisk y se sienta al lado de Naunet, contemplando el atardecer.

-Perdon por llegar tarde-le dice disculpándose

-Sshhh. Escucha- le dice y cierra los ojos- la voz del mar cuando anochece, esa es la voz de Anuket, esa es su voz cuando sueña dormida.

-¿Cómo lo sabes?- le pregunta

-Cualquiera que sepa de ella, sabe que es asi- le dice irónicamente y extrañada

Anochece y ambos se dirigen a una fogata que tenían los del pueblo esa noche para conmemorar la noche de Anuket. Dice la leyenda que cuando se oía la voz del mar era porque Anuket soñaba dormida, y cuando eso ocurría significaba que era la hora de el día de una gran profecía se tenía que cumplir, y ese el momento que todo el mundo esperaba ya las profecías para ellos eran, técnicamente, como un milagro y su salvación del faraón tirano que gobernaba en Egipto. Volviendo a Naunet y Nisk, ambos se dirigieron a la fogata y Nisk tuvo que decirle a Naunet sobre lo sucedido con su padre pero Naunet, al oír la historia, no quiso tener que involucrarse mas con el príncipe ya que eso le traería consecuencias en el futuro a ambos pero eso la perjudicaría más a ella de lo que parecía. Nisk le prometió con su palabra de honor de que jamás dejaría que algo le pasara a ella, y Naunet no se pudo contener para decirle que lo amaba, a pesar de conocerse poco, los dos sentían algo mutuo, solo que todavía no se habían dado cuenta de ello pero ninguno podía admitirlo hasta estar seguros de que existía eso en ambos. Al terminar la fogata, Naunet se tenía que ir a casa pero, por supuesto que Nisk no se quedaría atrás, pues él la acompaño y ya se imaginaran que paso-besos, más besos y cada vez más intensos, y luego sucedió algo más que se llama Sexo-. Era de noche y Nisk tuvo que irse antes de que los guardias del palacio se dieran cuenta de que el príncipe no había llegado a su habitación, por lo tanto el tenia que irse lo mas rápido posible.

Mientras tanto, Gale estaba en su habitación para hacer unos mapas del trabajo que le encargó el faraón. De repente oye un ruido, se fue a investigar y descubre que era el príncipe ocultándose de los guardias, y Gale tuvo que ayudarlo. Gale abrió la puerta de su habitación y le susurro al príncipe para indicarle que entrara; el príncipe entra lo mas rápido que puede, luego Gale le enseña un pasadizo secreto al príncipe pero nota algo muy extraño en su comportamiento:

-Alteza, perdón mi incompetencia pero ¿Por qué esta tan exaltado?-le pregunta curioso

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