Capítulo Dos: Su Sonrisa

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-N

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-N. O.-

La tarde para Horacio había pasado bastante aburrida después de la visita de aquel cliente.
Horacio estaba más interesado en ver la cajita aún cerrada en donde estaba el postre que el peligris le había regalado.

Gustabo.- ¿Te lo vas a comer o lo vas a guardar en una caja fuerte?
Horacio.- Lo comeré más tarde en casa...
Gustabo.- Espero que tengas dinero para la cena que vas a pagar
Horacio.- ¿Por qué estás tan seguro de que volverá?
Gustabo.- Simple.- Dice, mientras toma una de las galletas que tienen en el mostrador- Si yo como cliente, entro a un local, me reciben bien, dan un buen servicio, los precios son bastante accesibles y el cajero me gusta y le doy algo como recompensa... Yo volvería.- Termina, dando una mordida a la galleta
Horacio.- Vas a pagar eso ¿Verdad?
Gustabo.- No me cambies el tema, el punto de todo esto es que ese hombre volverá seguramente
Horacio.- Bueno, eso espero... No me importaría perder en esta ocasión... Aunque no sé qué espero con esto, sólo es un cliente, no más
Gustabo.- Por ahora es un cliente.- Responde, mientras toma otra de las galletas
Xx.- Espero que hayas pagado eso, o lo descontaré de tu salario
Gustabo.- ¡Ah! C- Conway, ahora mismo lo pago...
Horacio.- Te lo dije antes...
Gustabo.- Calla, mejor céntrate otra vez en tu bocadillo ese...- Dice, mientras se come la galleta
Horacio.- Recuerda pagar eso
Gustabo.- Sí, sí

El chico se retiró, y Horacio nuevamente miró la caja del postre. Sonrió inconscientemente, deseando poder ver nuevamente a aquel cliente...

Horacio llegó a su hogar y lo primero que hizo fue abrir la pequeña cajita con su postre favorito dentro

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Horacio llegó a su hogar y lo primero que hizo fue abrir la pequeña cajita con su postre favorito dentro.

Sonrió al abrirlo y preparó un poco de café para acompañar.

Pese a que siempre le había gustado, por alguna razón le había tomado un mejor sabor ese día, y además, lo había puesto de un mejor humor.

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