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Tus respuestas parecen un sueño, tan así que temo despertar y descubrir que era simplemente producto de mi imaginación.
Lamento no haber escrito cartas estos últimos días, me esguincé un tobillo y no me permitieron ir al colegio.
No quería faltar, la idea de no poder verte me parecía horrenda.
Hasta pensé que tal vez, si iba con mis muletas, ibas a acercarte a mi y preguntarme como estoy, tal vez hasta ayudarme.
Claro que el médico me lo prohibió rotundamente, aún cuando intenté persuadirlo múltiples veces.
Si alguien más pregunta, deseaba asistir para no atacarme en mis clases, pero tú y yo sabemos que lo único que deseaba era que me mires tu.
En fin, me obligaron a quedarme en mi casa, como habrás notado, pero no quería perder la oportunidad de hablar una vez más con vos.
A.S.
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Claro que había escuchado rumores sobre ello en el colegio, pero partió mi corazón que los confirmaras.
Aún no comprendo muy bien lo que me haz hecho, me hechizaste en cuerpo y en alma, y la simple idea de que tu estés en dolor basta para arruinar mi tranquilidad.
No te preocupes por mi, ahora mismo necesitas descansar y reposar, podrás volver al colegio cuando te sientas mejor.
Creo que no hace falta aclarar que te extraño horrores y que mis pensamientos se han quedado abrochado a vos, esperando tu regreso.
Espero tu recuperación.
sinceramente, J.H.
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