Capítulo 5

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La pelea quedó en el olvido rápido, la verdad no fue trascendental, han habido peores. Los meses pasan y el tiempo se encarga de enterrar muchas cosas, incluso las que parecen más a la luz. Dahyun simplemente escapa de las situaciones que puedan acabar mal, y por la noche busca desesperada algo de afecto con su esposa, todo se traduce en ella simplemente reposando sobre el pecho ajeno, sientiendo su calmado corazón.

Recuerda como ella antes con sólo un toque ponía el latir de Sana frenético.

Quiere pensar que su abrazo calma a Sana, que juntas es como deben estar, que ese es el lugar correcto, pero su parte pesimista inunda sus pensamientos y la llena de inseguridad. Su condición no la ayuda. Simplemente suelta a Sana y le da la espalda, dejando a la mayor confundida al no saber qué hizo mal esta vez.

Dahyun necesita algo de aire, así que avisa desde temprano que irá a hacer las compras, aunque su itinerario incluye el centro comercial, un salón de belleza y el parque. Desea de corazón que algo de esto la haga sentir mejor, aunque pagar con la tarjeta de Sana lo hace frustrante, perdió algo más que solo el trabajo.

Al ser fin de semana, Sana, Mina y Tzuyu se quedaron en casa sin nada que hacer, y la menor estaba bastante aburrida. No era divertado estar en silencio mientras Sana ve el noticiero, Mina no lo sabe aún, pero Tzuyu ya conoce la estricta regla. Igualmente, la mujer de lunares estaba algo cansada, era su único día libre del trabajo y el ir de allí para acá era agotador. Pero eso no frenaría a su hija, quien la miraba con el seño fruncido.

— ¿Qué?

— Estoy aburrida — Susurró Tzuyu.

Mina suspiró, la verdad no salen mucho juntas a menos que sea para comprar algo, Sana aún lo consideraba peligroso y los ojos desesperados de Tzuyu por ir a jugar no la convencían, menos aún cuando luego la miraba enojada. Pero Mina pensó que quizás ella podría persuadirla.

— Oye, ¿Podemos ir al-

— Shh

— No me hagas call-

— Shh

— ¡Basta con el-

— ¡Shh!

Mina se puso en pie y caminó hasta el televisor para apagarlo, Tzuyu había formado una visible mueca de sorpresa en su rostro y corrió a las piernas de su madre, posicionandose delante, en un intento de defenderla de la ira de Sana, que ya estaba en pie y con sus manos hechas puños.

— Estaba viendo eso

— Te estaba hablando, es de mala educación no responder — Se escuchó un bufido — Y también bufar — Se escuchó otro nuevamente — ¿Qué tiene de interesante un noticiero trágico?

— No lo entiendes

— Pues te explicas horrible — Sana se dejó caer en el sofá molesta — Iremos al parque

— No creo qu-

— Perdiste tu beneficio de decisión por ser una maleducada, así que ponte algo cómodo y nos vamos, voy a vestir a Tzuyu, ¿Está bien? — Otro bufido — Eso pensé

Sana no entiende qué tipo de argumento o maleficio efectuó Mina sobre ella, pero se encuentra obedeciendo sus ordenes como un pequeño cachorro malcriado. Ahora van caminando por la acerca, Tzuyu tomando la mano de ambas mientras sus curiosos ojos escanean la cuidad, Sana no recuerda haber dado un paseo así antes.

Y llegaron al parque, al comienzo, la tímida Tzuyu necesitó ayuda de Mina para desenvolverse y divertirse con los juegos del lugar, pero de a poco entraba en confianza y la presencia de más niños y niñas la motivaron a disfrutar. Mina se alejó hasta ubicarse junto a Sana, aún sus ojos siguiendo a su hija, pero podrían relajarse ambas allí.

Hurts: It still hurts! - Saida/2naDonde viven las historias. Descúbrelo ahora