1. la mudanza

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Capítulo 1.

10:45 am.

—Buenos días, Severus. ¿Qué crees que nos prepara el mundo hoy? — Severus es mi perro desde que tengo 10 años, es un perro de la calle, mamá y yo lo adoptamos en la perrera. — Hoy es el último día de vacaciones y debería sacarle provecho, pero sólo haré la misma rutina de siempre.

Me levanto, voy al baño, cepillo mis dientes, me dirijo a la cocina y enciendo la cafetera. —Nada como empezar el día con una buena taza de café. — mientras preparo tostadas y llamo a Severus a comer.

—¡Severus, ven! Baja a comer. — le gritó muy fuerte, a veces por la vejez no me escucha bien.

10:59 AM

Enciendo la televisión de la sala mientras desayuno viendo Futurama. — Su programa favorito...— no pude evitar pensar y lo había dicho en vos alta sin darme cuenta.

Severus está acostado con la panza llena en la alfombra— ¡Severus! Sabes que dejas pelos en la alfombra y son difíciles de quitar— me quejo, pero el parece estar muy cómodo como para quitarse.

—¡tock!¡tock! — escucho que tocan la puerta y me precipito a abrirla. La verdad no esperaba visitas; por lo que me sorprende ver a la persona parada del otro lado del umbral.

—¡Jaz! —Digo en tono sorprendida. —Jaz es mi mejor amiga desde el preescolar y hemos hecho todo juntas desde entonces. —¿Qué haces aquí? Pensaba que llegarías la semana que viene.

—¿Qué crees que soy? ¿Un holograma? ven y dame un abrazo— dice con un tono de ofensa falsa— te extrañe demasiado.

Le doy un fuerte abrazo. —yo también te extrañe. Pasa vamos a la cocina debo hacer el almuerzo, papá está por llegar.

—¿Por qué llegaste antes? — me entra la curiosidad.

—Bueno, mi padre tenía un asunto de la empresa a último momento y tuvimos que volver con anticipación—dice restándole importancia.

—oh, que mal. Pero me alegra que hallas venido antes, así no estaré sola el primer día de clase. — digo con toda la sinceridad del mundo, estar sola en el primer día de clases no se siente bien.

Estoy picando las papas, mientras que Jaz juega con un tomate. Ella es pésima cocinando, es capaz de quemar el agua y no exagero, la primera vez que intento hacer pasta, se le olvidó que el agua estaba hirviendo y quemó la olla y se dio cuenta por el humo que vio al bajar las escaleras.

Corto las papas con cuidado de no cortarme, Mientras escucho a Jaz hablar sobre sus romances de verano mientras estaba en Cancún.

—Había un chico, súper Guapo. Fue el que más me gustó, la verdad. Incluso fue uno de los mejores sexos de verano que he tenido— dijo con cara de estar recordando.

—¡Jaz! Que asco. Deberías estar viendo tu cara. — le dije en broma.

—Ay sí, señora castidad te dicen. —dice con vos de sarcasmo.

Coloqué las papas en la freidora. Y al regresar la mirada a Jaz la noto observando por la ventana. Y creo que lo nota porque se vuelve hacía mí.

—Oye Aless, creo que tienes un nuevo y GUAPO vecino— dice haciendo énfasis en guapo.

— ¿Nuevo vecino? — sabía que mis vecinos los Watson tenían en venta su casa, pero no que ya la habían vendido.

Miro por la ventana y logro ver a un chico entrar dentro de la casa, pero no consigo distinguirlo bien por el suéter que lleva puesto. Observo alrededor y noto un carro de mudanzas y a una mujer de cabello negro, se nota que es una mujer elegante y hermosa, pero veo en su rostro que está un poco cansada, el viaje Seguro fue agotador.

—sí, vecino. ¿a casó no me prestas atención a lo que digo? — dice un tanto irritada sacándome así de mis propios pensamientos. — Pero pudiste ver que era guapo ¿No?

—no lo pude ver, solo veía su suéter y su cabello. — digo sin importancia.

Jaz sube la escalera y va a mi cuarto. Al bajar veo que trae entre manos los binoculares. ¿Qué estará pensando esa mente macabra?

—No puedes quedarte sin ver a nuestro hermoso vecino— dice jugando con los binoculares en las manos.

Los tomo y observo por la ventana, veo que está sacando unas cajas del camión. Y en serio que Jaz tenía razón, es jodidamente hermoso y sexy.

—¿Qué interesante tienen los nuevos vecinos, para acosarlos tan temprano a su llegada? — dice mi padre que al parecer acababa de llegar y no lo sentimos.

Jaz y yo saltamos sorprendidas a ver a mi padre, parado justo detrás de nosotras.

—ve-vecinos ¿Qué vecinos? Nosotras estamos, eh-eh mirando al sol. —Que estúpida ¿en qué estaba pensando? El sol ¿en serio?

—creo que te vas a quemar la retinas, así como las papas se quemaron en el aceite. —Dice exagerando, pero las papas si estaban carbonizadas.

—¡Oh no! Las papas.

Hola, ¿Quién será ese nuevo y guapo vecino? Bueno pronto los descubriremos. ;)
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Bueno escribo las notas porque sé que alguien las leerá algún día. No pierdo las esperanzas. Besos con chocolate muack :*)

El vacío que dejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora