𝓔𝓼𝓹𝓲𝓻𝓲𝓽𝓾 #3

40 5 0
                                    

|| : Time Skip.

[ ] : Recuerdos.

- : Diálogos.

♠♠ : Cambio de lugar.

/: Hablar al mismo tiempo.

♪♫♪♫♪♫

El tiempo que estuvieron platicando, la de cabello dorado se había quedado dormida apoyada cálidamente en el hombro de su espíritu: Loke, la puerta del león. A su lado lo acompañaba la doncella: Virgo, ella vigilaba que nadie se acercara a la pequeña habitación. Esta se usaba para las personas que recorrían largas distancias y necesitaban un lugar para dormir, así como su privacidad para algunas cosas.

Lucy se dirigía hacia la capital donde se asentaban el rey y la princesa, para llegar eran como unas tres o cuatro horas de recorrido. Se levanto muy temprano para así encontrarse en la otra estación a mediodía. No sabía con autenticidad lo que realizaría en su nueva vida, eso sí, no entraría a ningún gremio y suspendería un tiempo su sueño de ser maga. Necesitaba un tiempo para pensar y olvidar lo sucedido.

Solo quisiera que hubiera sido un mal sueño, pero lo más doloroso es que esta es su realidad, no sabía cómo lo afrontaría, ¿qué haría?

Por una parte, mucha gente lo toma como algo innecesario o sin importancia, pero para ella era una cosa complicada, triste y frustrante al confiar plenamente en esas personas. Toda la noche se culpa al no tener precaución con diminutas rupturas que se formaban en su pequeño y bondadoso corazón.

Por el contrario, no le gustaba el camino que se retorció por culpa de esas personas, los odiaba, los aborrecía, se repetía en su interior una y otra y otra vez, no obstante, no lograba disipar el cariño que todavía les tenía. 

Dentro de su sueño, el dolor era constante, una y otra vez le obligaban a recordar lo que sufrió y lo que realizó mal desde un principio. Ya no lo soportaba, su cabeza dolía a horrores aun cuando pensaba en esos momentos que gozo con ellos. Estacas aparecían por su cuerpo sin que se diera cuenta. Despertó agitada y con su corazón a mil por hora, estaba llena de sudor y sus pupilas contraídas eran una señal del miedo que presenció, sus ahora únicos amigos se asustaron por el repentino movimiento que hubo, solo para voltear y ver a la de ojos chocolatosos apretando sus manos en donde se suponía estaba el órgano que la mantenía con vida.

—Princesa, ¿se encuentra bien? —preguntó Loke abrazando a la de cabellos solares. 

—N-no, y-ya n-no p-puedo c-con e-esto— contestó con pequeños hipidos, así mismo trataba de mantenerse a flote en el mar de su tristeza, pero cada vez una fuerza la arrastraba hasta el fondo.

Seguía extrañando a cada uno de ellos, su corazón se aferró a personas equivocadas y sus apariencias la terminaron engañando.

—Ya, ya, todo está bien—dijo Loke acariciando su cabeza mientras la consolaba con palabras lindas.

Virgo se hallaba en la ventanilla de la puerta, hasta que diviso una silueta que se acercaba a su posición, por ello se dio la vuelta para verlos.

—Hime-sama, alguien se acerca— aviso la doncella a los presentes. Ella levanto la cabeza ante el llamado y se limpió el resto de las lágrimas que estaban impregnadas en su dulce y blanca piel.

—Virgo, Loke pueden irse—

—Pero...—iban a rechistar, pero fueron interrumpidos por su propietaria.

—Yo estaré bien, no se preocupen—dijo con su mejor sonrisa, los dos se voltearon a ver y decidieron confiar en ella. Se despidieron de su amiga y partieron al mundo celestial.

Ella no quería preocuparlos más, ellos deben de tener asuntos importantes que atender en su propio mundo, incluso toda la noche se quedaron haciéndole compañía. Presentía que era una carga para ellos y no deseaba eso.

—Lucy, ¿qué haces aquí? —una voz un poco grave la hizo aterrizar en la tierra, dirigió la mirada hacia la puerta y unos escalofríos le recorrieron el cuerpo.

—M-minerva, h-hola—saluda levantando su mano que temblaba, apartaba sus ojos del abismo negro sin fin para no hacer contacto.

A paso lento la pelinegra se fue acercando, la chica de piel como la nieve de igual manera fue retrocediendo, quedando así atrapada entre la pared y la señorita.

—P-por f-favor n-no m-me h-hagas n-nada—dijo como pudo, su voz parecía un terremoto. La de cabellos negruzcos se encontraba de cuclillas enfrente de ella.

Minerva Orland, miembro de Sabertooth y la maga más poderosa del gremio. Se conocieron de una forma no muy amable, la de ojos cafés junto con aquella miembro terminaron participando en Los Grandes Juegos Mágicos. Se enfrentaron en batalla (dentro de una bola de agua) y siendo muy cruel con ella, quedó con algunas heridas graves.

—Calma, no hare nada— contestó con una diminuta sonrisa, así dándole una mano para ayudarla a levantarse. La rubia acepta con gusto, sin embargo, sus palabras como acciones estaban a la defensiva y atenta a los riesgos.

En un intento de calmarse, se abrazó a sí misma, buscando refugio. Con seguridad y precaución formuló la siguiente pregunta:

—¿Por qué estás aquí? —su voz era temblorosa aun, la señorita que estaba presente no podía formular ninguna palabra. Trataba decir algo y nada salía. Solo atinó a revisar todo el pequeño cuarto al que había entrado.

La mente de la Heartfilia maquinaba múltiples ideas de alguna emboscada por parte de ellos o que se encontraran escondidos para hallar información sobre ella.

—Y-yo, bueno...—empezó de forma nerviosa y precavida para no alterarla. — Voy hacia Crocus para hacer una misión—

—¿Y tú equipo? — pregunto asomando de a poco la cabeza.

—Vine yo sola—contesto simple levantando sus hombros, dándole ninguna importancia.

Se sorprendió de sobre manera, según ella después que su padre renunció al cargo de maestro siempre iba acompañada de su equipo que consistía en: Rogue Cheney, el dragón de las sombras, Sting Eucliffe, dragón de la luz y sus exceeds Lector y Frosh. En ese tiempo tuvo un cambio radical, quitándose todo el maquillaje que usaba y se veía bastante linda.

—¿Y tú que haces aquí sola? Siempre te encuentro con tu grupo de amigas y más apegada a Natsu— comento un tanto intrigada y más por la actitud que tomo la maga espiritual a su persona.

—Y-yo...me voy a cambiar de apartamento— dijo un tanto insegura de la duda que podría tener la maga de espacio.

¿Será de fiar? ¿Podría contar con ella?, pensaba Lucy.

Editado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Editado. (2024).

Ordinaria (Editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora