Ángel de la Muerte. | Jenlisa G!P

001

QUIERO ACLARAR QUE ESTA HISTORIA NO ME PERTENECE.

Historia original de: nea1010

Esta historia originalmente fue subida por @JennieLoverK, mi antigua cuenta pero fue dada de baja.

¡Si no les gusta, no lean la historia! Por favor, les pido que no me denuncien la historia.

Hagan algo más productivo, por favor.

Portada hecha por: LittleCat11

Una delicada chica, de cabello castaño largo. Es hermosa, y nadie lo duda. Jennie Kim es su nombre. Lindo, ¿No?

Lamentablemente sufre de una enfermedad, la cual ha ido acabando con su fuerza, y sabe que tan solo es cuestión de tiempo.

— ¿Cómo te encuentras, Jen?.– Preguntaba su mejor amiga. Era una buena chica, Kim Jisoo. Es como su hermana.

— ¿Cómo podría encontrarme? – Bromeó. La sonrisa triste de su amiga no tardó en aparecer.– ¿Roseanne sigue estudiando?.– Preguntó, cambiando el tema.

— Si, ha estado estudiando para los parciales. Sabes cómo es.– Rió, mientras tomaba la mano de Jennie entre las suyas.

— Tienes una novia muy aplicada, ¿No? – Soltó una pequeña carcajada.

— Y muy hermosa – Sonrió con ternura.

— Hubiese dado lo que sea por haberlas visto casarse.– Sonrió pícara.

— ¿Por qué siempre te adelantas a los hechos?.– Rió, pero su corazón dolía de solo pensar en que un día, no muy lejano, su amiga ya no estaría.

— Vamos...Llevas un tiempo queriendo pedirle matrimonio.– Le recordó.

— Si, pero en el momento indicado. Ella aún quiere terminar la universidad, y para eso solo falta éste año.– Aclaró.

— No pierdas el tiempo, Jisoo – Aconsejó.

— Lo mismo te digo, Jennie. ¡Mírate!, Estás moribunda y aún así no te declaras a Michel.

— ¡Él no tiene por qué saberlo, Jisoo!.– Exclamó sonrojada.

— Si tiene...Jennie, eres la única que no se da cuenta de cuanto le gustas.– Confesó suspirando.

— ¿Cómo lo sabes tú?.– Sospechó.

— ¡Se lo ha dicho a todo el mundo!.– Suspiró resignada.– No importa, Jennie, no importa...

Se quedaron en silencio, y luego se escuchó la puerta abrirse, revelando a una rubia de mejillas regordetas.

— Hola, chicas.– Saludó con una gran sonrisa.– He terminado de estudiar bastante temprano, y decidí venir a verlas.– Se acercó a la cama para darle un beso a Rosé en la mejilla.– Te ves tan hermosa como la última vez que te ví, Jennie.

— Me viste ayer.– Rió enternecida.

— Por eso.– Rió igualmente, y luego le dió un casto beso a Jisoo en los labios.— ¿Decidiste declararte a Michel?.

— ¡¿Por qué todos dicen lo mismo?!. No lo haré jamás. El secreto se irá hasta la tumba, y ustedes se irán a ella si lo revelan.– Amenazó.

— Bueno, bueno...– Ambas levantaron las manos en señal de rendición.– Hablando de tumbas...¿Has oído de que falleció la señora Harper?.

— No puede ser.– Se sorprendió.– Pobrecita...– Reflejó una mirada triste.

— Si, bueno, ya tenía su edad.– Se encogió de hombros Jisoo, recibiendo un codazo por parte de Roseanne.

— Si, pero era una señora muy buena, y amable.– Sonrió Jennie con tristeza.– Y la siguiente seré yo, probablemente...

— No pienses en eso, Jennie.– Dijo Chaeyoung, intentando animarla.– Aún tienes tiempo. No te dejes caer tan fácil, y has todo lo que quieras hacer.– Le acarició la mejilla.

— ¿Y si digo que quiero un beso tuyo?.– La miró con ojitos de cachorro, mientras recibía una mirada fulminante de Jisoo, y un sonrojo por parte de Roseanne – Es broma.– Rió.

— Mas te vale, porque o si no ya mismo se te acaba el tiempo.– La miró Jisoo con el ceño fruncido, haciendo reír a ambas chicas.– ¡Ni siquiera sé porqué te sonrojaste, Rosie!.

— Es que rechazar una oferta así de Jennie...– Se encogió de hombros, mientras recibía un nalgazo de parte de Jisoo.

— Bueno...Ya es tarde, Jennie – Sonrió Jisoo – Mañana vendremos de nuevo.– Le informó.– Tengo un regalo para tí. No te diré qué es, porque sé que amas las sorpresas.– Besó su frente.– Nos vemos.– Se despidió.

— Adiós, chicas.– Dijo con una sonrisa, mientras recibía un beso en la frente por parte de Chaeyoung

Observó como ambas se iban, dejándola a solas consigo misma. Decidió dibujar un poco, mientras esperaba a que su madre subiera para darle su medicina.

— Que buenas chicas, ¿No?.– Una voz extraña la sorprendió, y al mirar se encontró con unos ojos oscuros, provinientes de una hermosa chica pelinegra, blanca, alta y lo más extraño de todo...Poseía unas alas negras.