Will x Narand

12 1 0
                                    

Un poquito de soft después de los relatos anteriores

-------------------

El Príncipe estaba sentado junto a la ventana, leyendo un libro. La nieve cayendo al otro lado del cristal.

Se había quitado su capa y las defensas, para estar más cómodo. Llevaba una camisa con puños estrechos y cuello alto. Sus pantalones eran de tiro alto, lo que marcaban su cintura, al contrario de las pieles que solía llevar.

Cuando Will entró en la habitación dio un respingo. Simplemente no se acostumbraba a verlo con ropa que resaltara su figura. La capa tapaba sus formas, pero las piernas seguían demasiado expuestas, tanto que el rubio a veces se forzaba a no ponerle su propia capa encima.

No podía sentir el frío, pero no quería tentar la suerte y enfermar.

Se acercó con cautela, sin interrumpir al chico. Rara vez lo veía leyendo, pero extrañamente sabía leer perfectamente.

Will intentó pasar desapercibido, pero el otro lo miró

- Perdona... Te he distraído? - Intentó disculparse el rubio

- Qué haces?

- Estamos haciendo unas cosas abajo y estoy buscando una antigua colección de figuritas que tengo en mi viejo arcón.

- Tienes un minuto?

- Para tí? - Sonrió el rubio - Toda la eternidad

Narand se levantó y se acercó a él. Le colocó las manos en los hombros y le retiró algún rizo rebelde del rostro.

Lo besó suavemente, como no se habían besado desde la primera vez. Fue tan gentil que Will instintivamente le rodeó la cintura con los brazos y se olvidó de lo que había venido a buscar.

Narand no acostumbraba a ser cercano ni cariñoso si no se le invitaba. Estaba claro que se sentía un poco desatendido.

Will fue a formular la pregunta de hasta dónde quería llegar el chico, pero ni siquiera pudo empezar

- Solo bésame... Sostenme entre tus brazos y bésame... - Respondió el moreno a la pregunta no formulada.

Will lo atrajo hacia sí, hasta la cama. Se tumbaron juntos y se siguieron besando un rato más.

A Will ya ni siquiera le importaba que lo estuvieran esperando abajo. Prefería este momento a nada en este mundo.

Cuando las manos de Narand rozaron la piel de Will, este se estremeció. Era prácticamente lo único que podía hacerle sentir el frío: el tacto de un Caminante.

Aunque Narand no solía ser dañino. Era el frío de la madera a la intemperie o el metal. Pero cuando realmente se sentía solo es cuando parecía marchitarse y perder temperatura.

Will le desabrochó los botones del cuello de la camisa.

- Q-Qué haces? - Preguntó el chico, alarmado. Will no acostumbraba a sobrepasar su zona de comfort.

- Estás helado...

Asintió. No necesitaba explicaciones del otro. Pero aprovechó esta pequeña excepción para darle un poco de amor al rubio.

Le besó el mentón donde comenzaba una de las cicatrices. Will se sorprendió, pero se dejó. El moreno trazó las líneas irregulares con sus labios, ahora templados. Will se mordía el labio, demasiado sensible como para articular palabra.

Will le sacó la camisa de dentro del pantalón para acceder mejor a su piel. Posando sus manos calientes, el otro se estremecía también.

La temperatura del chico parecía equilibrarse, aunque Will sabía que jamás volvería a ser tan cálido como una persona normal. Se preguntaba si él mismo también estaría frío al tacto.

Se despidieron de los zapatos y Will aprovechó para echar una manta sobre ambos.

Will le besó las manos, y aprovechó que el otro estaba distraído para robarle un beso. Sus mejillas se encendieron, y el rubio sonrió, orgulloso de su logro.

- Eres un ladrón, William Rowan...

- No pienso devolverlo

- Pues tú eliges, o te corto la mano, o vistes el Negro. - Lo amenazó el Salvaje

- Creo que es un poco tarde para eso

- Pues te robaré yo a tí

- Ya me has robado el corazón. Dudo que quede algo más de este cuerpo maltrecho y lleno de cicatrices.

- No te amaría si fuera de otra forma - Susurró

- Pero ya no soy el joven radiante de antes...

- Dejaste de serlo cuando me llevaste a la terma... - Le recordó el moreno

- Basta ya, que me pongo rojo!

- Pero así estás más calentito... - Se abrazó a él, contento.

- Eres de lo que no hay, Nar... Eres precioso.

Narand le miró a los ojos. Esta vez brillaban, azules

- Aún si soy--- - Pero no pudo continuar, porque Will lo volvió a besar

- Perdona, qué decías? Estaba demasiado ocupado dándote el amor que mereces

- un Monstruo... - Terminó Narand, susurrando

Will negó, sin creérselo

- Ya te gustaría poder deshacerte de mí

- Pero no puedo - Se lamentó el Príncipe - Amo cuando me rozas la piel. Aunque sea solo un contacto leve, dedo con dedo en una mesa de reuniones llena de Nobles intimidantes. Amo cuando me acaricias y me besas con ternura...

- No creo que a un Monstruo le puedan gustar todas esas cosas - Concluyó el rubio

- Es... Cierto - Sonrió Narand

Estuvieron un rato así, acurrucados. Narand no quería soltarlo, y Will estaba dispuesto a cumplir cada uno de los deseos y caprichos de su novio. Porque verlo contento y relajado era todo lo que necesitaba. Sintió un suave calor en el pecho y sonrió. Se sentía Humano. Y esa era toda recompensa que necesitaba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 09, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

One shots para los amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora