Dom x Ezra. 1827. Canon

10 1 0
                                    

La noche era cálida. Dom había abierto las ventanas de la cabaña para que corriera la brisa de Otoño. Y se sentó al lado de Ezra en el sofá.

El rubio se encontraba leyendo, con las piernas contra el pecho. El Licántropo quiso decir algo, pero esperó a que el otro terminara.

El Vampiro, al notar que el otro le miraba, dejó el tomo sobre la mesita y carraspeó

- Necesitas algo?

- Yo... Solo... - Tragó saliva, un poco nervioso

Ezra se acercó a él, y sonrió

- Venga - Le besó la mano izquierda - Dímelo... Te escucho

- Lo he estado pensando mucho y... Quiero hacerlo contigo.

Ezra parpadeó, un poco confundido

- Hacerlo en...

- Quiero que nos acostemos

El Vampiro era incapaz de sonrojarse, pero seguramente su olor estaba delatado lo que estaba experimentando por dentro.

- Y... Y eso?

- Porque ya estoy harto de fingir que no me vuelvo loco cada vez que te veo desnudo. Y no creo que tampoco toleres cuando te acaricio y tiemblas ligeramente, aunque no puedas sentir frío.

Ezra tragó, pero tenía la garganta seca

- Y-Y es necesario hacerlo? No podemos solo hacer lo de siempre?

- Y de qué tienes miedo? Ya te he visto. Y tú a mí. No quiero quitarme la camisa y fingir que tú no quieres quitarte la ropa. Así que dime, por qué no quieres? Si no te va, lo entenderé, pero jamás me has indicado lo contrario.

- Supongo que sí tengo miedo... - Rió nerviosamente - Tengo miedo de no ser lo que quieres que sea.

- No quiero que seas nada. Solo quiero que seas tú.

- Y si después de eso... No me quieres? Y si solo soy un adorno bonito? Algo exótico que nunca has probado?

- Eres lo único bueno que me ha pasado en la vida. Y ya lo pensaba antes de enamorarme de tí. Quiero darte el tipo de amor que sé que ansías.

Ezra miró a otro lado, un poco incómodo. Dominique frunció el ceño y lo obligó a mirarlo.

- Para. Sé lo que estás pensando. En que no quieres que lo nuestro se resuma en un instinto derivado de nuestra especie. Si he aprendido algo estos años es que al cuerno lo que los Humanos crean que es decente. Quieres más? Toma más. Ignora toda la decencia y el decoro que te ha podido enseñar ese tal Drácula. Por mucho que te cortes hablando, que te cortes bebiendo... Siempre vas a quedarte insatisfecho.

Se levantó y se marchó a la habitación.
Si Ezra respirara, se habría quedado sin aire. Qué podía hacer? Qué debía hacer? Cerró los ojos. Es cierto que Vladimir le había enseñado a cómo ser una persona decente. Pero jamás le había obligado a ser algo que no era. Así que se levantó del sofá, acortó la distancia entre el salón y la habitación, entró y cerró la puerta de un portazo.

Estaban en mitad del bosque. Nadie los vería, pero era más una declaración de intenciones que otra cosa.

Dominique, que se había tumbado en la cama, se sentó de golpe. El rubio dejó que los pantalones cayeran al suelo, seguidos de su ropa interior. Aunque la camisa le tapaba, el Licántropo se sonrojó.

Lo atrajo hacia sí cuando lo tuvo al alcalce y lo hizo tumbarse en la cama.

Se lo veía nervioso. Y sí que parecía tener un poco de miedo. Pero no decía nada, solo se dejaba hacer.

One shots para los amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora