Luego de que Irina vuelva de regreso a Estados Unidos, se encontrará que todo ha cambiado demasiado... Pero eso no es lo más preocupante, pronto descubrirá nuevos misterios a resolver y cosas que no le van a hacer de su agrado, entre ellas a su peor...
Luego de vengarnos de Maggie aproveché el fin de semana de alquiler junto a los López, la pasamos de maravilla los tres para ser sincera. Hoy era martes, realice negocios, me duche y era ya de noche, decidí ir a caminar ya que necesitaba despejarme y no pude hacer ejercicio en el día, necesitaba moverme.
—¿Te vas baby? —me dice Ondreaz saliendo de la habitación de la mansión—.
—Si, voy a caminar un rato, serán unos 20 minutos nada más—sonrió.
—Esta bien, ten cuidado—sonríe—.
—Claro, adiós—beso a Ondreaz y en el aire saludo a Tony que bajaba las escaleras—.
Narra Irina:
Camine por unos minutos y luego trote con la brisa del viento en mi rostro, se sentía bien. Iba muy tranquila y había silencio lo cual me hacía sentir incomoda pero no preocupada. Miraba como la brisa seguía moviendo las ramas de los árboles, había luna llena, todo estaba tranquilo hasta que sentí una voz y cuatro chicos salir de un callejón.
—¿A dónde vas tan solita? —se me acerca un encapuchado—.
—¿Acaso te importa? —sonrió—.
—Chiquita, muestra más respeto, no sabes con quien hablas—rie—.
—¿Con quien hablo? —sonrió—.
—No te interesa eso ahora, Irina—me responde otro encapuchado—.
—¿Cómo saben mi nombre par de idiotas? —los miro sería y subo la voz enojada—.
—Hey, hey, baja el tono bonita.—toca mi brazo y me alejo—No hay necesidad de que seas grosera con nosotros, solo queremos divertirnos...
—Váyanse al carajo, estoy ocupada—intento pasar por delante y seguir pero me lo impiden con sus brazos—.
—No tan rápido, te vas a quedar aquí y estarás quieta—dice y me pega a la pared con fuerza mientras besa mi cuello—.
—¡Salgan malditos enfermos!—grito para ser auxiliada—.
Narra Ondreaz:
Irina no volvía, hace rato que debía de haberlo hecho y aún nada... Decidí llamarla y no contestaba, entonces me comencé a preocupar de verdad.
—¿Qué haces?—le pregunta Tony a Ondreaz qué estaba cargando dos armas—.
—Toma, necesitarás esto—le entrega una a Tony—Irina debió de haber vuelto y no regresa, esta en peligro.
—¡Vamos! —dice Tony abriendo la puerta—.
Narra Irina:
Los depravados comenzaron a acariciarme la cintura y seguían besando mi cuello mientras yo forcejeaba sin sentido, ellos eran cuatro y yo solo una.
—¡Quedate quieta! —me grita un encapuchado—.
—Sueltenla—escucho la voz de los López y siento como me sueltan—.
—¿Y estos payasos quienes son? —rie uno de los chicos y se quita la capucha—.
—Somos quienes te vamos a matar por tocar e intentar abusar de una dama—sonríe Ondreaz—.
—Quiero que lo intenten—sonríe y comienzan a pelear los seis—.
Narra Irina:
Los chicos comenzaron a darse piñas y a sangrar entre ellos, los López iban ganando. Por mi parte, decidí pegarle en la entrepierna a dos de los chicos para que fueran más vulnerables. Finalizaron de pelear y los cuatro chicos quedaron en el piso y sucedió algo que no esperaba.
—Nadie toca a lo nuestro, nadie—suspira Ondreaz y los dos López les disparan a los cuatro matandolos al instante—.
—Me sorprendo por su acción y los miró agradecida por haberme salvado del peligro—.
—Ellos se acercan a mí rápidamente y los abrazo—.
—¿Estas bien cariño? —dice Ondreaz algo preocupado—.
—Si, gracias por salvarme chicos—los miro algo asustada por lo que había ocurrido—.
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—No, claro que no—suspiro—pero ellos sabían mi nombre por alguna razón—.
—Entonces alguien los mandó para abusar de ti, alguien que está detrás de ti—dice Ondreaz—.
—Probablemente—respondo todavía algo exaltada—.
—Vayamonos de aquí, puede llegar la policía en cualquier momento—dice Tony y nos vamos los tres hacia la camioneta estacionada cerca de donde nos encontrábamos—.
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—El Plan del susto ha funcionado en parte—dice Maggie mirando las cámaras—.
—Si, fue una buena forma de empezar a asustarla y hacerla sufrir, lastima que no haya funcionado en su totalidad—sonríe Niklaus—.
—Creo que para no tener poderes estamos haciéndolo muy bien, ¿no crees?—comenta Maggie—.
—Claro que si Maggie, claro que sí, —sonrie Niklaus—cada vez estamos más cerca de nuestro objetivo, la muerte de la última Ivanov—dice Niklaus seriamente—.
—Ella va a morir padre, va a morir—rie Maggie de manera desquiciada mientras sale de la habitación—.
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