Louis se levantó a las 6 de la mañana para poder tener tiempo de prepararse. Se fue a su baño y se metió a bañar.
Al salir se dirigió a la cocina y le preparó el desayuno a toda su familia. La energía que tenía aquel joven era demasiada. Aun con el pijama puesto decidió preparar café, tostadas y cortó mucha fruta.
Media hora después su familia apareció, sus hermanas tenían la ropa de la escuela y sus padres ya estaban listos para ir al trabajo.
Se sentaron todos en el comedor y comenzaron a comer mientras hablaban, reían y contaban que habían hecho el día de ayer.
Cuando el reloj marcó las 7, Louis se fue a su cuarto y comenzó a cambiarse para ir a la facultad. Su sueño desde siempre fue ser médico y finalmente estaba estudiando esa carrera.
Al terminar de prepararse, bajo por las escaleras y saludo a sus padres para luego irse. Antes de la parada del colectivo había algunos locales abiertos que él ya conocía por completo.
Desde que comenzó el año, Louis se propuso ser más amable con la gente, desearle los buenos días y siempre ser agradecido. Si bien para algunos es una tontería, a él le hacía bien ser así.
Mientras caminaba, recordó la primera vez que entró a la cafetería con una sonrisa en su cara y le deseo los buenos días al castaño, se llamaba Liam. Este se quedó en el lugar mientras fruncía el ceño sin entender nada.
Al otro día, Louis fue e hizo lo mismo, y al siguiente lo mismo, y así sucesivamente. Liam ya lo conoce perfectamente y cada mañana lo espera entrar por la puerta.
Ese día, camino hacia la cafetería y entró. En el mostrador había un joven sentado detrás del mostrador que estaba dormido. Louis trató de recordar de quien se trataba pero llegó a la conclusión de que no lo conocía.
Se acercó lentamente y le tocó el hombro, no obtuvo respuesta, lo hizo de vuelta, pero nada. Asique decidió recurrir a la última opción, pegar un golpe en la mesa.
Se dio cuenta de que no fue una muy buena idea cuando el joven se tropezó y cayó hacia el suelo. Louis, apenado por la situación, se acercó sobre la mesa para comprobar si estaba bien.
El joven luego de unos segundos se levantó y lo miro de arriba a abajo mientras se acercaba a la caja.
-¿Que vas a pedir?
-No voy a pedir nada, solo quería desearte lo buenos días -contestó louis como de costumbre.
El joven rizado se quedó en su lugar, típico. Las primeras veces Liam hacia lo mismo. Louis lo miro fijamente unos segundos y se dio cuenta de que en su mirada había algo raro. Sentía que su mirada estaba perdida, pero era la primera vez que lo veía asique supuso que estaba enojado por el susto de antes.
Al no contestarle nada, Louis lo saludó y se fue por la puerta dirigiéndose a la parada del colectivo. A Louis el rizado le pareció interesante asique a la mañana siguiente le preguntaría a Liam sobre este.
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Harry finalmente después de intentarse dormir demasiadas veces, alrededor de las 6 logró hacerlo. Ese día trabajaba por la tarde como siempre.
Luego comenzó a escuchar un sonido, sin entender nada agarro el celular de la mesita de luz y contestó a la llamada sin fijarse quien era.
-HARRY -se escuchó un grito del otro lado.
El rizado solo gruñó en respuesta ya que le costaba coordinar las palabras.
-Necesito pedirte un favor, me cambiaron los horarios de la facultad y ahora tengo que ir a la mañana. Hablé con el jefe y me dijo que te iba a pagar mejor si trabajabas a la mañana. ¿Qué opinas?
-emmm, si supongo que si. ¿Cuando arrancaría?
-Hoy, ahora, ya.
Harry al oír esto se sentó rápidamente en la cama logrando marearse un poco.
-LIAM COMO QUE HOY
-PERDON, es que me confirmaron todo ahora, te amo amigo pásala lindo en el trabajo chau.
El rizado estaba por responderle pero su amigo cortó. Se quedó unos momentos más en la cama y los ojos le pesaban, solo había dormido 45 minutos en toda la noche.
Otro día mas sin dormir pensó.
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Sonríeme una vez más
RomanceDonde Harry se siente constantemente en un pozo del cual no puede salir o Donde Louis está dispuesto a todo para hacer sonreír a aquel chico rizado que llamó su atención -Daría todo por ver esos hoyuelos una vez más