1, 2, 3 pequeños Potter, es igual a dos terrores.

Capítulo 1: Nacimiento, abandono y separación

31 de julio de 1980.

-¡AAAAAAAHHHHHHHHHHHH !

Durante dieciocho horas ya, Lily Potter había estado sufriendo el martirio en la cama de trabajo, luchando por dar a luz a su primer hijo. Su esposo, James, se había desmayado hacía mucho tiempo. Finalmente, sintió que su terrible experiencia estaba llegando a su fin y obedeció a la medibruja que le insinuó:

- ¡pujé señora Potter, pujé!

Lily pujó gritando de dolor mientras su hijo levantaba la cabeza para comenzar su nueva vida después de un último empujón... bueno, tres últimos empujones, ella dio a luz a un hermoso Jamesie, la copia de Lily, un igualmente hermoso Harry que era el retrato de James pero con los ojos de su madre y una adorable Leah Potter la mezcla perfecta de los dos, el pelo de su madre y los ojos de su padre. Trillizos, ella tuvo trillizos.

James lloró de alegría y cada merodeador tenía su ahijado, Jamesie a Peter, Lea a Remus y Harry a Sirius. Desde este nacimiento, la pequeña familia vivió feliz en Godric Hollow, Sirius y Remus jugando muy en serio su papel de padrino, Peter era menos padrino para él, de hecho, los merodeadores lo veían cada vez menos.

A pesar de esta distancia, los merodeadores todavía tenían confianza en él, por lo que fue un shock cuando, después de haberlo nombrado guardián del secreto, el infame Voldemort, de seis pies de altura y setenta y cinco kilos, campeón de todas las categorías en magia negra, maestro de la tortura y la crueldad, encontro su escondite

Esa noche, los padres Potter habían ido a una reunión de la Orden y habían dejado a los tres niños al cuidado de Tipy, su elfo doméstico. Elfo que no era rival para el infame Voldemort y bla, bla, bla... sin embargo, hubo un pequeño error. De hecho, cuando quiso enviar el Avada Kedavra en la primera cuna que perteneció a Harry, se encontró frente a una coalición de niños pequeños, porque Léa se había unido a su hermano para ayudarlo.

El mago negro tenía una sonrisa enfermiza, iba a poder matar dos mocosos por el precio de uno y lanzó el Avada Kedavra. El Señor Oscuro se rió maliciosamente, pero su risa quedó atrapada en su garganta cuando los dos mocosos inofensivos le devolvieron el hechizo con la ventaja añadida de un muro de pura magia. En un chillido poco masculino, el terrible, El malvado el infame, bla, bla, bla, bla, bla, Lord Voldemort desapareció, dejando solo una túnica negra de mago en el suelo y dos extrañas cicatrices en ambos mocosos. Leah tenía una especie de nube de tormenta en el pecho a la altura del corazón y Harry el relámpago que acabó con todo. Los dos niños exhaustos y magullados decidieron emigrar a la cama de Lea, que estaba en el lado opuesto del dormitorio, evitando así un trozo de techo que dejó una cicatriz en forma de triángulo invertido en la frente del tercero. El dolor lo hizo bramar como un becerro y a pesar de los agudos gritos, no despertó a su hermano ni a su hermana totalmente exhaustos por su acto de alta magia.

Cuando los Potter regresaron de su reunión, vieron horrorizados el ala izquierda medio derrumbada de la mansión Potter y humo saliendo de un agujero en el techo al nivel de la guardería. Asustados, todos corrieron a la habitación devastada y vieron los restos de aquel-cuyo-nombre-no-debe- ser-nombrado ensuciando el piso de roble de la habitación. También vieron y escucharon especialmente los gritos estridentes que solo Jamesie Potter podía expresar. Corrieron hacia él y encontraron a Lea y Harry durmiendo acurrucados juntos, sangre seca en su frente para Harry y sus ropas para Lea. Mientras los padres cuidaban a Jamesie, Remus se arrojó sobre Leah, Sirius sobre Harry y ambos los mimaron. Los dos niños abrieron los ojos y los dos hombres se asombraron, Lea siempre había tenido los ojos color avellana como su padre y el cabello rojo de su madre, pero ahora era el perfecto reflejo femenino de su hermano Harry, parecían gemelos.