Capítulo 3 |"Una oportunidad"

77 8 3
                                    


"Una oportunidad"


Al abrir mis ojos lo primero te veo es a mi hija desayunando. Miro hacia mi costado y Carlos no está.
Martina- Buen día mamá.
Silvia- Buen día mi amor.
Martina- Carlos se fue, me dijo que nos vería luego.
Silvia- Parece que dormí profundo.
Martina- me imagino que lo necesitabas.
Silvia- Si... Puede ser.
Martina- espero que no te moleste pero invite a Carlos a almorzar en tu casa.
Silvia- genial... No me molesta.
Martina- ¿Mamá nos podemos ir?
Silvia- Ahora voy a preguntar.
Martina- ven... come algo antes.
Silvia- no tengo hambre.
Martina- come mamá.
Me dice enojada, me levanto y camino hacia la puerta.
Silvia- Gracias pero no.
Tardo unos minutos en encontrar a el doctor pero cuando al fin lo hago me dice que puedo llevarla a casa pero que debemos volver al día siguiente para realizar unos estudios. Vuelvo a la habitación donde mi hija ya está sib el suero intravenoso pero de todos modos se mira por dónde estaba la aguja.
Silvia- ¿Duele?
Martina- si mamá... la enfermera fue muy brusca.
Sus mejillas se mojaron con las lágrimas que empezaron a caer, me acerco con cuidado porque a ella no le gusta que la toqué. Me sorprende que acepte mi abrazo, me abraza y llora. Creo que llora por algo más y no solo por el dolor en su brazo.
Silvia- mi chiquita... mi amor.
Ella llora mientras beso su frente. Los minutos pasan mientras ella se va calmando de a poco y luego nos alistamos para irnos a casa. Al salir del hospital mi auto está en el estacionamiento, agradezco a Carlos internamente y hago subir a mi hija con mucho cuidado. Partimos a casa, primero vamos en silencio luego ella me mira, yo también la miro y le regalo una sonrisa.
Martina- Discúlpame por no estar contigo cuando falleció mi abuelo. Mucho menos te dije que lo lamento.
Silvia- yo sé que a ti también te dolió perder a tu abuelo.
Martina- tenía que estar contigo y no fui por rencor. Lo lamento.
Silvia- no te preocupes mi amor, no me gustaría que me veas en aquel estado, estaba muy mal.
Martina- ¿Cómo te sientes respecto a eso?
Silvia- lo extraño mucho, me duele aún.
Martina- ¿mamá puedo recostarme en tu cama?
Silvia- si.
Martina- ¿Puedes acompañarme? ¿Puedes descansar conmigo?
Silvia- claro que sí... Llegamos a casa y dormimos un rato, luego tengo que cocinar.
Martina- Yo voy a llamar desde tu casa a mi papá avisando que me quedaré contigo.
Silvia- está bien.
Al llegar a casa lo primero que hace Martina es llamar a su padre pero parece que el no contesta, en su lugar responde una mujer.
Martina- Dile que me quedo por unos días con mi mamá. ¿Puedes decirle eso al menos?... Bien, gracias.
Ella deja el teléfono y se va hasta mi habitación. Camino detrás de ella y me visto con algo más cómodo mientras ella se recuesta en la cama. Me acomodo a su lado.
Martina- ¿Me abrazas?
La abrazo, acaricio su suave cabello hasta que se queda dormida, Luego sin pensarlo me duermo a su lado. Disfruto tener nuevamente a mi hija conmigo y de está forma.

Golpean la puerta, abro mis ojos y veo a Martina un poco más animada.
Martina- voy yo... Debe ser Carlos.
Silvia- ¿Dormimos mucho?
Martina- Si.
Corre mientras trato de arreglar un poco mi aspecto. Camino lentamente por el pasillo hasta llegar a la sala. Allí está Carlos con un traje impecable, se ve muy guapo.
Martina- Disculpa que te hicimos esperar pero estábamos dormidas.
Carlos- Lamento despertarlas.
Silvia- ya era hora de despertar... No tuve tiempo de cocinar algo.
El tiene unas bolsas en sus manos, me las acerca y siento un aroma exquisito.
Carlos- lo intui y compré comida.
Martina- genial... Mamá, ¿me llamas cuando esté la comida?
Silvia- Ve tranquila que yo te llamo.
Martina camina hasta perderse por el pasillo. Carlos se acerca más y besa fugazmente mis labios.
Silvia- ¿Estas loco?... Me confundes Carlos.
Carlos- nos debemos una conversación.
Silvia- así es... Estoy muy lastimada, no soportaría que me ilusiones y luego que me enamore de ti y me dejes. No juegues conmigo Carlos.
Carlos- Te aseguro que no lo hago... No quiero perder tiempo haciendo cosas que no me hacen feliz. Tú eres mi felicidad Silvia.
Silvia- Me parece muy extraño todo... Pero no voy a negar que me gusta que estés aquí. Tus besos me dan paz, tu presencia me calma.
Carlos- exactamente eso es lo que siento.
Silvia- ¿Me abrazas?
Carlos deja las bolsas de lado y me abraza. Luego se separa unos centímetros para volver a besar mis labios.

Narra Martina:

Mi padre cambio mucho conmigo, al principio era muy bueno, me dijo cosas de mamá que ahora no sé si creerlas, jamás le pregunté porqué él me lo dijo con lágrimas en los ojos. La anterior novia de papá era muy buena, me hacía el desayuno, me ayudaba con las tareas, jugamos juntas y hasta paseabamos cada tarde. Ahora tiene una novia llamada Lorena, ella es rubia, alta, muy hermosa pero malvada, me está alejando de mi padre, y a base de mentiras. Me duele que mi padre crea cada una de sus mentiras, me preguntó si debería decirle a mamá todo.

Mi padre fue por mi para llevarme al colegio, en el auto estaba Lorena. Ella me ofreció jugo de naranja, no me gusta la naranja pero mi padre insistió en que debía aceptar porque de lo contrario era hacerle una grosería. Bebí la mitad de la botellita y luego entre a el colegio y arrojé a la basura lo que quedaba. De pronto me empecé asentir mal y yo sabía que era por ese jugo, al principio pensé que era por la naranja pero en el hospital supe que ella le puso algo. No sé lo dije mamá, no sé lo diré.

Es la primera vez que mamá me presenta un amigo, la verdad se la ve distinta, tiene un brillo hermoso en sus ojos y eso me hace feliz. Odio ver mal mamá, me enoja que la hagan sufrir y que ella esté horas en la cama. Extraño observarla mientras se maquilla frente al espejo, peina su cabello y luego lo bate con los dedos para dejarlo al estilo " salvaje" como solía decir. Pasaron años desde que la vi feliz frente al espejo, había olvidado ver su sonrisa sincera.
Se perfectamente que mamá tiene derecho de tener una pareja, solo que me gustaría que sea feliz, no quiero que sufra. Me enoja profundamente verla en el estado en que la veo estos últimos años. Ya no la recozco. Mi papá tiene algo de culpa es eso. ¿Tendrá toda la culpa?

Escuché cuando hablaba por teléfono con papá, el le dijo algo, supongo que no le importa como me siento porque está con Lorena. Necesitaba tanto un abrazo de mi mamá. Bajaré las barreras que interpuce entre mi madre y yo. Al menos por ahora.

Dejo solos a mamá y a Carlos. Ví en ellos una química especial, la mirada de ambos se ilumina al verse. Sé que está mal escuchar conversaciones pero ahora me doy cuenta que mamá siempre esperó que Carlos la buscara. Yo sé que ella buscaba a alguien, debe ser el. Ella tiene miedo, yo también. No quiero que la dañen a mamá. La amo, aunque estoy muy confundida. Mi padre me dijo cosas de ella.

¿Por qué me mentiría?... El no haría eso.

Saco un poco mi cabeza para observarlos y veo que se besan. Mamá rodea sus brazos sobre el cuello de él. Se besan como si fueran los protagonistas de una hermosa telenovela, parecen la pareja que se aman y que por fin pueden disfrutar de su amor.

Ya no veré más novelas. Lo tengo prohibido.

Suelto una risita que ambos escuchan, se separan rápidamente mientras corro a mi habitación.
Silvia- Hija... mi amor.
Escucho a mamá preocupada, me escondo en el clóset. Ella entra y me busca por toda la habitación. Luego abre el clóset.
Silvia- Te lo puedo explicar mi amor.
Martina- no lo hagas.
Su mirada es de preocupación, toma de mis manos y me ayuda a salir.
Silvia- Perdóname.
Martina- mamá no importa. En serio no fue para tanto.
Silvia- hasta yo estoy confundida y supongo que tú también.
Martina-  si, pero lo que tú tienes es miedo.
Silvia- ¿Que?
Martina- tienes miedo y entiendo. Mejor no hablemos de esto ahora. Carlos está solo, ve y hazle compañía.
Silvia- está bien. Pero lo vamos a hablar.
Martina- si... Ve, a lo mejor quiere unos besitos. ¡iiuu!
Mamá sonríe y es eso lo que me hace tan bien. Es como un mimo al alma.

Jamás vuelvas a perder esa sonrisa mamá.

Me Haces FaltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora