Capítulo 3.

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Fui la primera de la casa en despertar. La ansiedad de estar aquí me comía por dentro anoche, y junto con el cambio de horario fue una bomba que explotó.
Llegamos a las dos de la mañana, y claramente no podíamos dormir, por lo menos no mamá y yo. Así que instalamos nuestras cosas en las respectivas habitaciones, no tocamos ningún objeto de Thai, si lo hacíamos, hoy sería el día de nuestra muerte. Terminamos por dormir a las cuatro, y hoy desperté a las siete.

Tres horas de sueño no son nada, pero no era una opción volver a dormir, mis nervios lo impedían. Julia tiene su primer día de trabajo hoy, pero su horario comienza a las once del mediodía, y Thai está completamente libre durante el día. Las clases comenzaron hace un mes aquí, pero como es domingo, mañana comenzaremos en los nuevos centros educativos.

Cómo dormir y hablar con alguien no era una opción en esa casa, aquí me tienen, caminando hacia el famoso café de Drake. Al principio había pensado en utilizar Google Maps para llegar, pero eso no sería una aventura digna del primer día en una nueva ciudad, luego de caminar por algunas calles escribí en el buscador de mi celular "Café Drake", en la sección mapa. Porque una aventura no es una aventura sin un café en tu mano/sistema.

Ahí está, en una esquina. Con sus grandes ventanales, promociones, cartel de wifi gratis, mucho olor a café, y un hombre de unos cuarenta años terminando de abrir algunas ventanas.

Supongamos que él es Drake.

-¡Buen día! ¿Está abierto?

-Oh, buen día.- Lo noto un poco sorprendido.- Eres nueva aquí ¿verdad?- Preguntó con una sonrisa, y eso explicaba su anterior reacción.

-Así es.

-Un gusto.- Estrechamos nuestras manos en modo de presentación.- Soy Drake, el dueño del lugar.

-El gusto es mío, soy Vanna. Bueno, Geovanna. El lugar es precioso.- Dije mientras miraba las paredes de madera y algunos cuadros con frases en italiano.

-Gracias, Vanna ¿Desayunas? El primero va gratis, ya sabes, la bienvenida.

-Esto de mudarme hasta me podría gustar.

Reímos y le pedí un café con leche acompañado de medialunas.

No comenzaron a llegar clientes al lugar hasta cerca de las ocho, primero algunas personas que de seguro se dirigían apuradas a sus oficinas, les siguieron algunas ancianas que se sentaron en mesas y sus órdenes llegaron sin necesidad de pedirlas, como si fuera una rutina diaria. Pero todos tuvieron un factor en común, yo. No importa cuan apurados estaban, los empresarios se detuvieron a presentarse, les sorprendió encontrar a alguien en la cafetería en la hora que siempre estaba vacía; las ancianas de las mesas se acercaron a preguntarme quien era, y a ofrecerme una invitación para ir a sus casas cuando lo deseara.

Drake reía cada vez que alguien se acercaba a mi, dijo que para ellos tener a alguien nuevo era como respirar un aire distinto, pero en el «ellos», no estaba incluido él. Le comenté que antes vivía en la zona, y después de pensarlo un momento recordó que conocía a mamá, incluso a mí cuando era pequeña.

-Hey ¿Capuccino con canela?- Pidió un chico mientras se sentaba a mi lado en la barra, no es como que tuviera más lugares en donde hacerlo, es una cafetería muy visitada.

-Sale en 5'.- Respondió Drake para desaparecer en la cocina.

-¿Nueva por aquí?- Esa pregunta nuevamente me obligó a apartar la vista del celular.

-Sí, en realidad vivía aquí hace muchos años. Pero es como si fuera un lugar distinto.- Respondí mientras observaba al pelinegro.

-Bueno, el hogar siempre es el hogar.- Pronunció con una sonrisa.- Soy Theo.- Levantó su mano para estrecharla con la mía, pero mis ojos se abrieron. No obtuvo lo que esperaba.- ¿Qué..?

Las huellas de tu partida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora