Capitulo 4.

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Pasamos la tarde recorriendo la zona, mirando hermosas casas, acariciando perritos y saludando a personas que se acercaban a presentarse.
Samantha tenía razón sobre la plaza, está a unas cuadras de casa y es hermosa. Con el césped cortado, bancos, pista para skaters, juegos para niños, aparatos para hacer ejercicio, y hasta una cancha de basquetbol.

Cuando fuimos había cerca de quince chicos jugando en la cancha, creo que todos eran más o menos de mi edad. Uno de ellos fue acompañado de su hermana, la que se hizo amiga de Thai en unos pocos minutos.

Estuvimos unas horas ahí, luego volvimos a casa a almorzar, e hice que jurara no decirle nada a mamá, ese podría ser nuestro fin.

Luego de comer ella durmió una siesta, creo que puede llegar a ser irritante vivir en Italia, hay una hora en que el país parece estar en pausa. Todos duermen siesta, podría ser llamada «la religión oculta» o «la hora del silencio». De cierta manera me enfada ¡Dejen de perder tiempo!

En ese tiempo (no)perdido, llegó un mensaje de mamá y descubrí que mi hermana tenía razón en otra cosa; Julia iba a tener turnos de once horas. Era algo que esperábamos, pero que no queríamos que sucediera. Ella siempre quiso darnos lo mejor, ahora más que nunca.

Ama su trabajo, pero ser enfermera a veces puede ser duro, sobre todo por los horarios, aunque trabajar más signifique ganar más dinero.

Samantha ha llegado a extrañarla mucho, esta no es la primera vez que mamá nos deja solas para ir a trabajar, y no es un reclamo, ella lo hace por nosotras. Pero tampoco le pedimos que lo haga, si tenerla aquí significa no tener otras cosas, sin dudas aceptamos el trato.
En conclusión, Julia llegó después de las nueve de la noche, justo para la cena y para ayudar a preparar las cosas de Thai para su primer día de colegio.

La esperé sentada en la cocina hasta que la vi bajar las escaleras.

-Pensé que ya estabas durmiendo, hija.
-Es que quiero hablar sobre algo contigo.- La uña de mi dedo pulgar derecho se clavó en la yema de mi dedo índice izquierdo debajo de la mesa, es algo que hago cuando estoy nerviosa o ansiosa. No llego a lastimarme, pero me ayuda a ver más tranquila.

-Dime.- Sirvió dos vasos de agua.

-Samantha y yo... hemos estado pensando.- Me miró tratando de comprender lo que quería decirle.- Ya sabes, tú trabajo. Ella quiere pasar más tiempo contigo, y creo que tiene razón. No es necesario que estés tanto tiempo fuera de casa, y yo quiero buscar un trabajo de medio tiempo, así no tienes una carga tan grande.

-Oh, amor. Ustedes no son una carga.

-Sabes que no es eso lo que quiero decirte.

-Sí, está bien.- Se paró a mi lado y me dio un tierno abrazo.- Si es lo que quieren, lo haré. Estaré más tiempo aquí, no quiero que se preocupen por eso.

-Gracias.

-No tienes que agradecer, conmigo siempre pueden hablar. Y eso del trabajo, no es necesario.

-Pero en verdad quiero hacerlo, no quiero depender de ti en todo.- Me miró y luego puso los ojos en blanco, después asintió con la cabeza.

-Vamos, ve a dormir. Que mañana tienes que estudiar ¿Quieres que te lleve al instituto?

-No, tranquila. Hablé con Theo e iremos juntos, me lleva en su auto.

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⏰ Última actualización: Jun 07, 2021 ⏰

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