Ser la hija secreta de Rosalind no es fácil.
Eso Elaine lo sabe muy bien
Una tragedia, un ¿conejillo de indias?, secretos, poderes, mentiras, amores...
Entra y descubre la historia de Elaine.
Esta historia está basada en la serie de Nerflix,
FATE:...
Se lo dijeron a Farah, que mandó a Riven a su cuarto y a Elaine a la ducha para despejarse. Tuvieron una pequeña charla de "madre a hija" que la tranquilizó por lo de los ojos rojos.
Pero lo que Farah pensaba (que era cierto) es que Elaine tenía la otra mitad de la Llama del Fénix, al igual que Bloom, el mismo fuego de los quemados, por eso los había sentido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ELAINE
Me había dado una ducha, pero ahí estaba sudando otra vez. Dándole al saco de boxeo de los especialistas.
-Te odio, te odio...- le decía al saco mientras de pegaba pensando en Rosalind, Farah, Stella, Sky....
Hasta que el nombrado apareció.
-¿qué haces?- dijo mirándome.
No contesté.
-Para, te vas a hacer daño- fijo acercándose un poco más.
Yo seguía dándole al saco sin mirarle, sin contestarle.
Sky me cogió de los puños que estaban llenos de pequeñas manchas de sangre.
-Suéltame Sky- dije intentando soltarme, haciendo fuerza, pero nada.
-Riven me dijo que tú encontraste el cuerpo del pastor- dijo él con ¿lástima?
-Sí, ¿y qué?-
-También me dijo que te mareastes, ¿cómo estás?-
-Pues bien, ahora vete-
Me solté de su agarre y mi intención era ponerme a darle golpes sin sentido al saco, como estaba haciendo antes de que él llegara, pero su voz me paró el seco.
-¿¡QUE COÑO TE PASA ELAINE¡? - me dijo muy alterado.
-¡NADA!- dije intentando apartar las lágrimas que se me acumulaban en los ojos.
-¡Entonces, ¿por qué Riven me dijo que eras un hada de fuego?-
"Porque mi madre es la puta de Rosalind..."
- ¡Se lo habrá imaginado! Se iba a fumar un cigarro, seguramente ya estuviera colocado - las lágrimas desaparecieron, pero se instalaron en la garganta en forma me nudo.
Me miraba extrañado, -de todas formas Ela, estas muy rara, ¿quieres hablar de algo?-
-Lo primero Sky, no tienes ningún derecho a venir aquí, a gritarme como un novio celoso exigiendo respuestas que no te voy a dar - las lágrimas amenazaban con salir otra vez - lo segundo, si quieres hablar hazlo, pero no conmigo, estoy segura de que Stella y Bloom te escucharán encantadas-
Me alejé de allí, en dirección a mi cuarto, dejando a Sky parado mirándome.
No podía llorar, no se podía, yo era la fuerte, pero eso se me olvidó, cuando entré al baño de mi habitación.
Me paré delante del espejo, mi pelo negro estaba despeinado en una alta coleta, mis ojos estaban rojos, mis labios temblaban y las mejillas estaban empapadas por las lágrimas que estaban saliendo de mis ojos.
Me miraba fijamente a los ojos, los que se iluminaron a un color amarillo brillante.
Cerré los ojos para pestañear y cuando los volví a abrir, el cristal estaba quebrado en miles de pedazos.
