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El día en que nos reencontremos te pediré matrimonio

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El día en que nos reencontremos te pediré matrimonio.

—Ya estamos listos, Chōko-san

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—Ya estamos listos, Chōko-san. — los kukashi esperaban la orden de su superior para ir al lugar donde había ocurrido la pelea.

—Si, yo voy con ustedes. — los cuarto partieron rumbo al tren.

—No les debería de contar esto pero es mejor que se los diga ahora a que se enteren cuando lleguemos allí, Rengoku-san falleció en batalla. — suspiro con tristeza.

—Lo sentimos, Chōko-san. — le dieron su pésame.

—Gracias, no éramos muy cercanos pero era un integrante del escuadrón. — no dijeron nada más, caminaron en silencio a destino.

• • •

—¡Hana-chan! — apneas llegó a la escena, el rubio se lanzó a abrazarla mientras lloraba.

—Zenitsu. — lo recibió también abrazándolo —Encargase de los heridos por favor. — ordenó.

—Hana-chan. — sobo sus mocos y levantó la cabeza para observarla —Rengoku-san está...

—Lo se. — habló mientras acariciaba el cabello del chico.

—No hay heridos en el tren, Chōko-san.

—No puede ser. — se sorprendió.

—Cuando el tren se descarriló. — el rubio retomó su postura —Rengoku ejecutó un montón de técnicas diminuyendo la cantidad de heridos al mínimo. — explicó aún con lágrimas en sus ojos.

—Era de esperarse del pilar de llamas. — sonrió tristemente —Zenitsu. — observó al nombrado —Tengo que encargarme de algunos asuntos, ve con los kukashi ¿Si? — asintió, yendo con quienes le indicaba.

—Voy a encargarme de su cuerpo. — aviso a una de las chicas que la acompañaba —Ustedes vayan a la finca, luego los alcanzo.

—Como usted diga. — los tres kukashi cargaron a Inosuke, Tanjiro y Zenitsu para llaveros a la residencia Mariposa.

• • •

—¡Aaaah! ¡Zenitsu! ¡Perdoooon! — la pequeña Kiyo se lamentaba por haberle dando una cabezazo accidental.

—No, estoy bien, ¿Qué pasó? — su nariz sangraba.

—¿Por qué tanto escándalo? Estoy ocupada. — una enojada Hana salió de la habitación para ver lo que sucedía en los pasillos.

—Perdóneme señorita Chōko, es que Tanjiro desapareció. — Kiyo lloraba.

—Le dije que tenia que hacer reposo. — se notaba enojada.

—Además andaba entrenando a pesar de que todavía sus heridas no sanaron. — mientras lloraba, la pequeña intentaba parar con un pañuelo la hemorragia de la nariz de Zenitsu, causada por el golpe.

—Yo me encargo de Zenitsu, Kiyo. — tomó al chico —Anda a avisar que Tanjiro se fue a los demás para que cuando apenas llegue venga a la enfermería. — a pesar de todo su enojo sonrió.

—Si. — la pequeña asintió.

—Hana-chan, hana-chan. — el rubio deliraba con un aura floral.

—Kiyo tiene la cabeza más dura que Tanjiro, o eso parece. — río por las acciones del contrario —Ven vamos a curarte.

• • •

—Y, ya está. — terminó de colocar un algodón en la fosa nazal de chico.

—Muchas gracias, Hana-chan. — Zenitsu, totalmente rojo dio un rápido beso en la mejilla de la chica para luego salir rápido de la habitación, pero para su mala suerte, se choco con su compañero pelirrojo que era escoltado por Kiyo, Sumi y Naho.

La albina tocó su mejilla sorprendida por la acción del chico. Nunca pensó que el le devolvería aquel beso.

—¡Chōko-san! ¡Trajimos a Tanjiro! — hablaron las tres al unísono.

—Gracias chicas. — las miro con una sonrisa para luego dirigir la mirada al Kamado —¿Por qué saliste sin mi permiso, Tanjiro? — una vena se hizo notoria en su frente, sin embargo, seguía manteniendo su sonrisa.

—¡Lo siento, Hana-san! — hizo una gran reverencia —Sucede que debía hacer algunos pedidos que me había encargado Rengoku-san. — habló triste.

—Está bien. — suspiro, no podía retarlo por ello —Pero la próxima vez, avísanos. — acompañó al chico hacia la enfermería.

• • •

—Listo, pequeño — terminó de vendar la patita del gorrión —Trata de ser más cuidadoso. — le aconsejó mientras bajaba del árbol.

El pajarito voló hasta la cabeza de la chica, indicando que quería quedarse con ella.

—Si quieres puedes quedarte ahí, no me molesta. — comenzó a caminar entre las flores.

El rubio que se encontraba entrenando, vio a lo lejos a la albina. Se veía tan linda rodeada de mariposas y flores.

—¡Cuidado! — alcanzó a agarrar al gorrión que había intentado pararse en su cabeza, pero al tener la patita rota no pudo —Te dije que seas más cuidadoso, Chuntaro. — el bajo la cabeza apenado.

—¡Chuntaro! ¡Aquí estás! — se acercó con celos el rubio —Quería saber si tenías alguna nueva misión para darme. — tomó al gorrión en sus manos, para que no esté más con la chica.

—¿Así que ahora estás interesado en ir solo a las misiones? — interrogó la albina.

—N-no, bueno, ssi, porque se que tengo tu apoyo Hana-chan. — habló nervioso.

—Siempre lo vas a tener. — sonrió haciendo derretir el corazón del rubio —Cuida a Chuntaro por mi, debo de encargarme de algunas cosas. — aviso mientras se alejaba.

— バイ• 海

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— バイ• 海

RECUERDOS   |   Zenitsu AgatsumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora