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(Rosé)
Me encontraba en un avión rumbo a el país donde pasé gran parte de mi infancia.
Volver a Corea no era algo fácil para mí, después de haber superado esa fase de mi vida y haber hecho toda una vida nueva en Australia, volver sería como volver a ser la Rose que era antes.

Miraba por la ventana viendo la ciudad aparecer debajo de mi, "¿Seguirá ella en el mismo lugar de antes?... No, yo no debería interesarme por eso."
Minutos más tarde anunciaron que el avión había aterrizado, tomé mis maletas y bajé del avión.
Haber venido sin planeación previa podría no ser la mejor idea que pude haber tenido, pero después de salir corriendo de ahí, ahora no tendría otra alternativa que ordenar todo en este preciso momento.
Tomé un taxi y le pedí que me llevara al hotel más cercano al centro que conociera. Así termine frente a las puertas del gran "Cheer Up", hotel conocido por ser de los más prestigiosos de Corea. En la puerta me recibió un chico con facciones extranjeras, "Huening Kai" se leía en la placa en su pecho.

-Bienvenida al hotel "Cheer Up"- dijo al tiempo que abría las grandes puertas frente a mi.

Al entrar noté que los artículos sobre el hotel no exageraban, se podía notar el ambiente de lujo que había ahí; personas caminando con grandes maletas, la mayor parte de ellos caminando rápido y hablando por teléfono "empresarios" pensé al tiempo que me acercaba a recepción para pedir mi habitación.

Después de hablar con una chica con lindos dientes de conejo a quien identifiqué como Nayeon, finalmente obtuve mi llave y subí a mi habitación.
Mi habitación se encontraba en el décimo piso, al entrar lo primero que note fue la gran vista que había desde allí.
Toda la pared del fondo era un gran vidrio que permitía ver el centro de Seoul, a un lado había una cama y frente a esta había una gran televisión. El cuarto además contaba con un baño y una pequeña sala de estar.
Después de dejar mis maletas junto a la cama, tomé un baño me vestí con unos pantalones negros y una playera blanca con una gabardina encima, apenas eran las 3 de la tarde y no había comido nada desde que llegué y no tenía ganas de comer en el restaurante del hotel, por lo que decidí salir a recorrer las calles y encontrar un lugar para comer.

Termine comiendo Bulgogi en un restaurante llamado Hancook, había caminado por bastante tiempo dando vueltas por las calles hasta terminar en Yong sun-gu, donde se encontraba el restaurante.
Después de comer seguí caminando sin rumbo alguno.

Horas después comenzó a llover, por lo que termine refugiada frente a un café en Itaewon.

Estuve parada por aproximadamente media hora, cuando escuché el grito de una chica, al mismo tiempo que sentí algo golpear mis piernas.

- TE DIJE QUE CERRARAS LA PUERTA!- Exclamó una chica de pelo negro al tiempo que salía corriendo de una tienda y corría hacia mi.

-LO SIENTO OK? Esa bola de pelos es tan tierna que me distraje- exclamó otra chica de pelo rubio corto mientras salía de la tienda tras ella.

Volteé a ver hacia mis pies y me encontré con un pequeño perrito blanco con una mancha café en el ojo que le llegaba hasta la oreja. Lo tomé entre mis brazos y me lamió la cara entera.

- Lo siento! Espero que no seas alérgica a los perros, eso sería un problema- dijo la pelinegra al llegar a mi lado.

- No lo soy, así que viviré un día más- dije riendo mientras le entregaba al cachorro.

- lo ves Jisoo? al menos no mordió a nadie- dijo la pequeña rubia junto a la pelinegra.
Esta la miró con reproche mientras le entregaba al cachorro.

-Si, y agradece eso porque si no ya no tendrías trabajo, ahora ve y ponlo de vuelta en su casa. Y asegúrate de cerrar la puerta esta vez Chaeyoung!!- grito mientras veía a la pequeña rubia alejarse.
Nos quedamos en silencio unos segundos, luego se giro a verme y me sonrió, dejando ver unos pequeños hoyuelos en sus mejillas.

El sonido del silencio (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora