Capítulo VIII

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Habían malos días en la casa, días en los que Matt no podía evitar estar enojado por lo volátil de su genio, a veces simplemente despertaba de mala gana y maldecía todo lo que podía. Pero este comportamiento irritable solo empezó en el momento en que Tord volvió a la casa, y aunque Matt jurase que no tenía relación con el noruego, la verdad es que todo lo tenía que ver.

Lo peor de los malos días de Matt, es que tenían que aguantarlos Tom.

Justo en ese momento el de cuencas se encontraba plácidamente dormido en su cama, pero Matt había forzado la cerradura y logró entrar, no tenía malas intenciones simplemente estaba enojado, cegado por una rabia que no entendía de donde venía. Quería ver respirar a su omega.

Tom suspiraba un poco cada tanto, profundamente dormido, sonreía bobo entre sus sueños.

...

El verano estaba llegando a la ciudad, y yo corría detrás de mis amigos, Edd y Matt siempre jugaban conmigo aunque fuese pequeño.

Lo que más me encantaba de estar con ellos, es que me cuidaban y no se enojada conmigo cuando lloraba. El timbre sonó y fuimos juntos a nuestra clase, era medio día y hacia calor.

Ese día llegó alguien nuevo al colegio, un niño extranjero estaba en nuestro curso, me sentí curioso por saber quién podría ser.

Abracé a mi teddy bear mientras miraba en primera fila al nuevo niño. Su peinado era raro, tenía cuernos como un demonio, pero su camiseta roja me gustó mucho.

    — Soy Tord, vengo de Noruega y espero poder llevarme bien con todos

Lo escuché presentarse y le sonreí desde mi asiento, el me devolvió la sonrisa y me puse muy feliz, porque tendría un nuevo amigo con el que jugar.

Las clases de esta vez eran sobre la pareja predestinada, me sentía un poco avergonzado y feliz, era muy linda la idea de que habría alguien destinado a estar conmigo sin importar que. También nos explicaron que dentro de una semana tendríamos nuestros exámenes para saber nuestro segundo género, Omegas, Alfas y Betas, ya era hora de saber sobre nuestros cuerpos, varios niños reían y molestaban tontamente por la explicación de la profesora.

Yo suspire imaginando como sería mi yo del futuro, ¿encontraria a mi pareja predestinada? ¿Sería posible que yo fuese un Alfa? Yo quiero ser fuerte, quiero poder cuidar a mamá y papá, quisiera ser como Edd y Matt, quienes siempre velan por mí.

Las clases acabaron, y Tord se acercó a mi, quería jugar conmigo y Teddy bear, yo le sonreí con timidez para responderle...

...

    — Tord... Si... Juguemos... —. Susurró entre dormido Thomas, siendo perfectamente escuchado por Matthew.

Sus pupilas miraron fijamente al menor mientras se levantaba muy despacio para llegar hasta la cabecera de la cama, era sigiloso.

Acercó lentamente y sin temblor sus manos hacía el cuello del menor.

Y lo ahorcó.

Fueron un par de segundos en los que las grandes y pesadas manos del pecoso aplastaban el cuello frágil del menor. Tom despertó asustado intentando recuperar el aliento y soltarse del violento agarre en su cuello, miró fijamente a su pareja cuando las lágrimas comenzaron a caer de sus cuencas, estaba asustado y apuntó de perder el conocimiento, hasta que Matt decidió soltarlo.

Tom empezó a toser y a tomar grandes bocanadas de aire, sollozando y tocando su propio cuello con suavidad, mientras que Matt se sentó al lado con una expresión llena de frialdad.

Le sonrió preocupado y algo decepcionado.

    — Lo siento... Es que estabas diciendo el nombre de Tord en tus sueños... No se que me pasó, ¿estas bien? D-de verdad lo lamento... —. Sus cejas estaban fruncidas y su rostro se veía algo preocupado, como si recién empezará a recomponerse de algún trance, ¿Qué había sido eso?

Tom por otro lado, estaba lleno de miedo, había visto el fin de su vida en los ojos de Matt, y estaba temblando, aunque escuchó lo que decía no pudo evitar llorar y sentir pánico por la imagen de el ahorcándolo.

    — S-sal, n-no me toques, por favor, ve-vete de aquí —. Sollozó con miedo mientras agachaba su cabeza para llorar sin dejarse ver del mayor.

Matt sintió rabia de que lo tratase así.

    — ¿Si ves como me tratas, Thomas? Yo ya me disculpe, ¡No sé que me pasó! ¡Deja de hacerte la jodida víctima aquí! ¿¡Estabas  soñando con el maldito noruego de mierda y no tengo derecho a enojarme!? ESTAS MUY EQUIVOCADO, THOMAS, JÓDETE, TODO ES TU CULPA —. Exclamó enojado Matt, alzando cada vez más la voz, haciendo que Tom se encogiera y lo mirase aterrado.

¿Era su culpa?

Matt salió del cuarto azotando la puerta, enojado y con la ira corriendo por su sangre. Tom por su lado estaba tan asustado que no podía dejar de llorar, era un día malo.

Era uno de esos días terribles en casa.

Tu Olor | Eddsworld | R18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora