Ya hace unos años desde que me convertí en Hokage, personalmente no era mí sueño, pero decidí serlo por los menos por un viejo amigo. La vida de los shinobi está llena dolor, aunque creo que la mía estaba maldita. Nunca pensé que ocurría algo bueno, pero como todo nos llega en el momento menos esperado.
—Me llegó.
Cuando el dolor te ataca directamente una y otra vez, la única opción que ve nuestro corazón es cerrarse. Intentar acabar con todo lo que te trae un simple recuerdo, porque en tú cara está escrito en rojo "Incompetente". Quizás lo veas todo cerrado y oscuro, pero definitivamente el único que no desea ver eres tú. Lo afirmo. Yo que soy uno de los sobrevivientes. Por ejemplo en mi oscuro camino, no había un principio, no había un final. Tampoco parecía pasar el tiempo y mi corazón cada vez latía con menos ganas. Pero nunca dejo de hacerlo. Podemos intentar convertirnos en una herramienta pero para nosotros nunca es demasiado o tal vez sí cuando lo pierdes todo.
Mi camino fue alumbrado con tres pequeñas y débiles velas que cualquiera pensaría que un simple viento apagaría. Pero fueron lo suficientemente constantes como para hacerme abrir los ojos. De repente comienzas a mirar a tu alrededor y te vas percatando del incendio que puede causar una vela, en ese bosque viejo y marchito en que te mantienes cuando crees que todo se acabó.
El tiempo pasaba y aquellas velas se iban multiplicando y quemando todo a su alrededor, podía ver claramente un futuro. Justo cuando comienza a llover, el cielo se vuelve a nublar y comienza apagarse el incendio. Zabuza intentaba acabar con aquello que los pequeños habían construido en mí. En ese momento te preguntas incluso después de quemarse este bosque quedará más triste cuando la lluvia acaba. Pero mi cuerpo se movió por instinto. No permitiría que esas pequeñas luces se apagaran. Jamás. Ya lo hice un vez no lo permitiré otra más.
Creo que de ahí fue donde saqué principalmente mi fuerza. Cuando todo estaba perdido me puse de pie porque siempre que me encontrara solo nuevamente podía ir debajo de aquel viejo roble, seco y testarudo a mirar las pequeñas luces que no pretendían rendirse ante nada.
Luego de tanto tiempo manteniédolas a flote me di cuenta de que ya no eran pequeñas. Me dió un poco de nostalgia. "Ya no son niños" me dije a mí mismo. Lo mejor es dejarlos avanzar pero siempre estuvo esa voz que gritaba:—¡Kakashi-sensei!—.
Y no podía negarme ayudarla, incluso cuando una de las tres luces comenzó a parpadear, me di cuenta que se encontraba en una situación similar a la mía. Una vida alimentada por el deseo de venganza no lo llevaría a ningún lugar. Prefería incluso apagarla yo que dejarla ir sola, pero hubo algo curioso. Las otras dos jamás dejaron de seguirla y yo tampoco.
El tiempo pasó y ahora. Soy sólo un viejo que alguna vez ellos quisieron como un padre. Me dedico en este aburrido lugar a firmar papeles, bueno también debo admitir que me gusta molestarlos, aunque al final es lo mismo que me hacían ellos. Hay algo que se llama "Karma".
Simplemente miro y sonrió. Aquello que alguna vez fue un bosque marchito y seco. Ahora se levanta fuerte y resistente, tupido a más no poder, lleno de pequeñas criaturas traviesas. Me dirigo igual que siempre al viejo roble que aún permanece intacto aunque quizás sea algo viejo y miró al cielo.
"Donde se encuentran tres luceros gigantescos que mantienen todo lleno de luz, acompañadas de un centenar de estrellas"....
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Team 7
FanficDespués de unos años Sasuke, Naruto y Sakura vuelve a reunirse y quién sabe la cantidad de aventuras nuevas que puedan tener. En especial cuando deciden devolverle a Kakashi sus bromas, los refuerzos de sus amigos no estarán de demás.