Capitulo 3

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Sabia que él era producto de su imaginación, una consecuencia de su soledad autoimpuesta. Era cómo un alter-ego en su cabeza, solo que este se había materializado.

Lo que no sabia, era el por qué se materializo como el protagonista de su nueva novela.

Pero era una duda que solo la molestó la primera vez que lo vio. Demasiada perezosa para quejarse, demasiada ocupada para cuestionarse, solo lo dejo ser.

Solo dejo que Kakashi deambulara por su casa, hablando con ella y molestándola con aquella personalidad bien estructurada que ella había creado.

El jardín estaba descuidado. El otoño había llegado y las hojas de los arboles cubría como una manta el desolado lugar.

Aki observó todo aquello del otro lado de su ventana, sorbió su café con lentitud y parpadeó haciendo que sus ojos brillaran.

"Estas cansada" dijo Kakashi detrás de ella, no se tuvo que voltear para saber que ni siquiera había levantado su mirada perezosa del libro que estaba leyendo.

—Si mi abuela estuviera viva —respondió en lugar de sacarlo de su error sobre su cansancio —.Me daría un discurso. Ella amaba su jardín.

Kakashi bajo su libro y la miró con su único ojo perezoso.

—¿No deberías hacer algo al respecto? —dijo. Aki se volteó y lo miró vagamente. Colocó su vaso en el fregadero.

—Supongo que tienes razón —dijo. Kakashi se sorprendió levemente ante esto, mas su semblante estoico no lo dejo ver—. Después de todo, necesito un nuevo inquilino, la chica con su hijo que se fue me sorprendió.

El hombre no respondió y Aki se dirigió a su escritorio.

—Creo que hoy vendrá un nuevo inquilino.

Escuchó la voz perezosa de su creación, pero no se giró. Una pequeña llovizna los cubrió golpeando el cristal de su ventana.

—¿Cómo lo sabes? —pregunto distraída. Estaba escribiendo una escena en particular sobre las relaciones sociales de Kakashi, tenia a la amiga; una chica dulce, de buen corazón y de fortaleza innegable. La tenía creada, no obstante le faltaba un amigo, alguien que lo haga crecer como personaje.

Necesitaba un rival.

—Instinto ninja —respondió Kakashi, estaba leyendo un libro diferente. Kai le gustaba mucho la literatura diversa, por lo tanto, mas allá de colocarle el divertido libro erótico que siempre leía, decidió darle una variedad de libros para leer.

—Sabes que eso no existe, ¿verdad? —respondió incrédula. Ladeó la cabeza para mirarlo.

Kakashi sonrió con su único ojo.

—Por supuesto que si, sexto sentido lo llaman —dijo divertido.

Kai rodó los ojos y miró de nuevo a su computadora sumiéndose en la historia.

Se mantuvo en la misma postura, hasta que el cielo se pinto de negro y la llovizna se convirtió en un aguacero tempestuoso.

El sonido del teclado era lo único que se escuchaba, hasta que el tintinar del teléfono quebró el silencio.

—¿mmm? —murmuró Kakashi mirando el aparato sonar. Observó a Kai aún absorta en su escritura la llamó, no obstante la mujer no levantó la vista de la pantalla.

—Elisabeth —probó llamarla por su segundo nombre, en consecuencia ésta levantó la vista abruptamente medio perdida y lo miró parpadeando —- El teléfono esta sonando.

Kai salió de su ensoñación y bostezo dirigiéndose hacia el aparato. Seguramente era su editora, siempre la llamaba para que saber el progreso de su historia.

Aunque a Aki le gustaba contarle a una persona que entendía y le emocionaba al hablarle de su historia, no era lo mismo que hablarle a Ame. Su hermana entendía su amor hacia su proyecto, siempre le contaba cosas que nadie sabia, el porque verdadero de una escena y de donde se inspiró.

—Diga —dijo. Asintia mientras lo escribía en algún papel que seguramente perdería —¿A qué hora? aja, si ok, adiós.

Colgó y miró frunciendo el ceño al suelo con una mano en su cadera.

—¿Qué sucede? — preguntó Kakashi arrastrando las palabras.

—Una persona quiere ver la casa —respondió. Kakashi arqueó su ojo en una sonrisa simpática.

—¿Instinto ninja? — le dijo divertido.

Aki suspiró.

—Maldito instinto ninja.

...

Al otro día, Aki se levantó alrededor de las nueve de la mañana a darse una ducha, antes de que viniera la vendedora de bienes raíces con el tal vez nuevo inquilino.

Por supuesto, cuando terminó la llamada, la noche anterior se dirigió al departamento de arriba para ordenar y desempolvar un poco el lugar haciéndolo accesible.

Salió de la ducha con el vapor del agua caliente en su cuerpo, y se observó en el espejo. La palidez en su rostro era consecuencia de no dormir bien, junto a sus ojeras que crecían cada vez mas.

Lo opaco de su cabello largo tampoco era bueno.

Con un suspiro se cambió con un simple pantalón de pijama y una remera dos talles grandes.

Peinando su cabello se detuvo frente a su computadora, nerviosa tamborileo sus dedos contra su pierna.

Aún no tenía al rival de Kakashi, ni siquiera su personalidad.

Negó con la cabeza, por ahora no debía escribir sino siquiera le escucharía el timbre.

Aunque...

—Ni lo sueñes —le dijo Kakashi —Yo no te avisaré si el timbre suena.

Maldijo el haber hecho perspicaz al peligris, aún con aquellas mascaras ocultando su verdadera personalidad.

Salió de su ensoñación al escuchar el timbre sonar.

Abrió la puerta de su departamento y atravesó el pasillo hacia la puerta de entrada.

Kakashi caminó detrás de ella, y en cuanto abrió la puerta, el ninja asomo su cabeza por entre la de ella inclinándose.

Lo primero que vieron fue a la vendedora, una mujer de mediana edad que siempre usaba extraños atuendos que combinaba de un solo color, Kai se había inspirado en sus atuendos para su historia.

Hoy iba de rojo, que complementaba con el gris del día.

Si hubiera una tercera persona, diría que sólo era un hombre común de cabello negro al igual que sus ojos, lo único distintivo era la cicatriz en la mitad de su rostro.

Pero para Aki fue un regalo de inspiración del cielo, su mirada seria su aura de negrura.

Ya tenia un rival para su personaje.

—Aki-san —le dijo la mujer—. Uchiha-san quiere ver el departamento de arriba.

Aki asintió perdida.

La mujer miró al hombre.

—Aki-san, Obito Uchiha —los presentó. El hombre asintió en su dirección sin mas que decir.

—Que serio —dijo Kakashi sin darle importancia. Pero a Aki no le importó, lo único que pensaba eran sus dedos hormigueando, ansiosos por escribir y el haber podido haber hecho el departamento de arriba mas accesible.

El arte del kintsugi ||Naruto oc||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora