El directorio estaba reunido en la sala de conferencias, los jefes de área también estaban allí y él, era el asesor legal y la mano derecha del director saliente. El señor Ferreira se jubilaba, ya estaba muy mayor y el puesto de director era mucho peso para él. Ésta era una filial de una multinacional de las comunicaciones, y enviaban a una nueva directora desde Estados Unidos.
El señor Ferreira le dijo que era una mujer joven pero tenía fama de ser muy dura, bastante inflexible. A él no le hacía ninguna gracia, su actual relación con el director era casi de familia, lo sentía casi como un padre. Él y el hijo de Ferreira hicieron juntos la universidad, se hicieron amigos, el señor Ferreira le dio trabajo siendo muy joven para que pudiera pagarse los estudios y después de recibido, se volvió su asesor y mano derecha. Era un cargo de confianza pero que se lo había ganado con sus conocimientos y su destreza. Nada le fue regalado, se lo ganó todo palmo a palmo, claro que la ayuda del señor Ferreira fue fundamental. Lo alojó en su casa cuando lo necesitó y le dio trabajo, porque lo conocía bien, como un hijo, lo apreciaba mucho.
Y allí estaba, esperando una nueva jefa que cambiaría todo. Y su fama la precedía, así que estaba consciente que quizás ya no tendría este puesto de confianza en el futuro, quizás pasaría a ser alguien más del departamento legal y no un adjunto a la oficina del jefe.
El señor Ferreira entraba en ese momento. La nueva jefa fue recibida en su casa cuando llegó el día anterior, para que no parara en un hotel. Y así poder ultimar con ella los detalles pendientes de su transferencia de mando. Parece que ella compró un apartamento pero todavía no estaba disponible.
Tras el señor Ferreira entró la mujer y luego la secretaria. Pasaron al frente y el señor Ferreira hizo las presentaciones.
La señorita Nixman dijeron….y cuando la miró quedó congelado. No podía ser…..no…era otro apellido…. era imposible…
Ella tomó la palabra, se presentó brevemente, les comunicó que la línea de la compañía sería la misma y quizás hubieran algunas pequeñas reestructuras futuras y poco más. Era una mujer enérgica, con don de mando y se le notaba la autoridad y una personalidad que imponía. Miró uno a uno brevemente mientras hablaba y cuando llegó a él, sus ojos castaños se detuvieron un momento, hizo un breve silencio y continuó sin ninguna emoción aparente.
Lucas no tenía dudas, cuando sus ojos se encontraron…sí era ella…pero no era la misma, no era aquella adolescente risueña y dulce que conoció. Esta mujer era ella…pero a la vez no lo era.
Después de terminadas las presentaciones se disolvió la reunión. Lucas iba a retirarse pero el señor Ferreira le hizo una seña que se quedara.
-Señorita Nixman, él es Lucas Leight, mi asesor legal y mi mano derecha.
Ella estiró la mano y él aceptó. Era una mano cálida pero firme. Todo fue rápido, ella la retiró en seguida.
-Encantada señor Leight. El señor Ferreira me habló mucho de usted, espero que pueda trabajar a mi ritmo y seguir siendo mi asesor tan efectivamente como hasta ahora. -ni una mención de que ya lo conocía.
-Estoy a su servicio.
El señor Ferreira se retiró, ya era su despedida y ella lo acompañó hasta la puerta del salón, se despidió y se volvió hacia Lucas
-Me acompaña a mi oficina señor Leitch? Tenemos que ponernos al día.
Y sin más arrancó a caminar a su oficina, obviamente el señor Ferreira ya se la había mostrado cuando llegaron porque ella conocía el camino.
Él fue tras ella sin poder evitar apreciar sus curvas, era imposible no verla, la tenía delante.
Intentó apresurar el paso para abrirle la puerta, como cortesía pero ella no lo esperó, abrió por sí misma la puerta y entró. Era obvio que le tenía muy sin cuidado cualquier acto de caballerosidad de parte de él. Dejó claro que ella abría sus propias puertas…
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Miranda
RomanceMiranda sufrió mucho y eso la volvió una mujer fuerte. Ya no es la chica pobre que fue pisoteada, ahora es una empresaria poderosa. Qué pasará cuando se reencuentre con su pasado?