A un año

13 0 0
                                    

El tiempo no podrá borrar de mi memoria la calidez de ese primer abrazo porque ahí me rompiste la melancolía, con un beso entendí que la utopía se estaba gestando y cuando me fui lo sentí tan posible. Ese día se tatuó en mi alma, junto al rincón donde están los sueños y las esperanzas, como si de un niño se tratará, yo estaba en mi tienda de caramelos.
La vida no me había preparado para que algo así me saliera bien pero agradezco a cada error, cada fracaso y cada llanto porque en cada uno de ellos encontré el camino que me llevó justito hacia ti. Y se que no soy una persona fácil, que tengo un grado de locura no muy convencional pero este loco que muchas veces es un imbécil te ama con cada latido de su corazón porque por vos he vuelto a usarlo.
Más que quererte, te amo, de un modo poco ortodoxo, sin rutinas, improvisando, planeando sobre la marcha, siendo feliz en cada sorpresa.
Dame la mano, sonreime, no digas nada y perdamonos hacia donde nadie va, caminemos lento, por favor, dejemos que la vida nos encuentre siendo felices.

Testimonios desalentadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora