➵CAPÍTULO ┊ 32

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Pareja peculiar, así nos habían nombrado los amigos de JungKook cuando decidimos salir con estos.

MingYu fue el primero en mencionar algo sobre mi altura, luego le siguió su novio, que por cierto no dejaba de mirarme y morderse el labio inferior, como si eso fuera atractivo.

JungKook le sonreía a una chica de su grupo, ella se veía igual de inteligente que él y también, muy tierna, pues era pequeña, al igual que mi novio, y de piel pálida y lentes redondos. Demasiado linda.

No sé si Kook se sentía bien en este lugar, pero la mirada penetrante de JiHoon, el novio de MingYu me tenía algo tenso y demasiado nervioso. El chico no disimulaba y me daba demasiado miedo ser comido con la mirada por alguien más que no era Kook.

La reunión terminó cuando el padre de Kook me llamó para pedir que llevara a su hijo a casa. Hice caso de inmediato y disculpándome con todos, me marché al lado de mi novio. Esa reunión hubiera sido más fácil y mucho más amena si ese chico no me hubiera visto todo el tiempo y tampoco me hubiera susurrado que lo llamara.

Definitivamente ese tipo de chicos no podían llamarse amigos.

JungKook tomó mi mano y entrelazándola junto a la de él, las metió en mi bolsillo, para calentarnos un poco durante todo el trayecto.

─A JiHoon le agradaste mucho.─ dijo él tras un largo, pero muy cómodo silencio.

─ Pues a mí no me agrada ni él, ni mucho menos MingYu, su novio.─ soy directo, esperando lo peor, pero Kook solo ríe y asiente.

─Lo sabía, estás celoso de MingYu.─ comienza a reír aun más fuerte y me quedo como un idiota. Él lo sabía.

─ ¡Lo sabías! ─ grito con mucha sorpresa y también, algo de enojo.

─ Claro que sí, tonto. Te conozco y por esa misma razón, no pienso volverte a traer a una salida con mis amigos. Prácticamente Mey te estaba anhelando mientras fingía no verte y JiHoon no dejaba de pensar en hacer cochinadas contigo. ─ la voz que emplea ahora es la que me asusta y la que demuestra enojo.

Solo rio y alejando mi mano de la suya, rodeo sus hombros y lo apego, a pesar de la diferencia de tamaño. Él se acomoda un poco, antes de rodear mi cintura y soltar un suspiro, que a mi parecer está lleno de satisfacción.

─Estaba pensando en que podíamos cocinar algo y ver películas mañana por la tarde. Mi padre tiene una reunión muy importante con los profesores de la escuela y mi madre irá con NamJoon a buscar un regalo para TaeHyung.─ JungKook está jugando con una de mis manos, le está prestando tanta atención que por un momento parece que está enamorado de estas y no de mí.─ Es una compensación por lo ocurrido después de los parciales. Sé que debí ser un poco menos exagerado y descansar, pero las cosas no se dieron así y podemos ver películas mañana.

Sonrio y me acerco para dejar un beso en su frente. En este momento no es necesario agacharme mucho, pues sus zapatillas de plataforma, a las que me estoy acostumbrando, son muy útiles.

─ Entonces nos vemos, mañana, cariño.─ él asiente y cuando pienso darme media vuelta, su brazo me sujeta y en menos de un segundo sus labios se encuentran encima de los míos. Es increíble la forma en la que parece que nuestros cuerpos no quisieran alejarse y mucho menos, nuestros labios.

Nos tardamos más de media hora en despedirnos, pues los labios de Kook se alejaban apenas un treinta segundos para respirar y luego retomaban el beso; mientras tanto, mis manos no dejaba de acunar su rostro y acariciarlo con mucha delicadeza, como si fuera el cristal más frágil que hubiera en este planeta.

─ Entremos... ─ susurró cuando nos separamos por décima vez. Sus labios no estaban encima de los míos, pero sí recorrían mi cuello.

─ T-tus padres... ─ susurré apenas, mientras trataba de no perder la cabeza con sus besos.

Él siguió insistiendo y creo que lo iba a seguir haciendo si no le decía que me faltaban preservativos y que mañana iría a comprarlos a una farmacia antes de llegar a su casa.

JungKook hizo un puchero, pero asintió, dejando un último beso en mis labios y alejándose de mi cuerpo. Esperé a que entrara a su casa para caminar hacia la parada de autobuses y regresar a mía. Tenía que empezar a realizar mis asignaciones y coordinar con otra chica, para realizar el trabajo final de otra materia más de la universidad.

Nadie me dijo que estudiar danza en una universidad iba a ser fácil, pero tampoco creí que iba a terminar tan cansado de bailar, cuando en realidad amaba hacerlo.

[♥]


Efectivamente tuve que pasar por una farmacia para comprar los preservativos. Decir que a la cajera poco le importó mi compra es mentira, pues aquella mujer no dejaba de verme el rostro desde que dejé los dos paquetes de condones en frente de ella.

─ Tenga una bonita tarde─ sonreí al final, esperando que ella respondiera por cortesía, pero su rostro serio me dio a entender que no lo haría y que tenía que marcharme antes de que me lanzara algún objeto.

También pasé por un minimarket antes de llegar a la casa de Kook, habíamos planeado cocinar y ver películas, pero al llegar a su casa, lo único que logramos "cocinar" fue palomitas y solo con ayuda del microondas.

Tanto él como yo éramos muy malos cocinando y aunque estábamos decididos a aprender esa misma tarde, terminamos utilizando ramen instantáneo y comiéndolo mientras mirábamos "Train to Busan".

Le había dicho a Kook que podíamos ver otra película, algo más animado, pues siempre terminaba llorando con ese filme, sin embargo se negó a poner otra cosa y tras una serie de besos, decidí dejarlo hacer lo que quisiera.

Terminé el ramen con rapidez e iba a proseguir con las palomitas, pero Kook golpeó mi mano y me dijo que lo esperara. Rodé los ojos, pero lo hice.

Esa tarde tuve que ver a JungKook llorar y también tuve que consolarlo. Literalmente ya no quería ver ni una sola película después de ver "Train to Busan" y aunque le dije que tal vez podríamos buscar alguna animación en internet para reírnos, él se negó y me gritó que era un desalmado, sin contar que casi termino siendo golpeado por almohadas.

Y ahora que lo pensaba bien, tal vez sí éramos una pareja muy peculiar, pues no solo nos diferenciamos por la estatura, sino también por nuestra forma de ser. JungKook era algo infantil, casi nunca tenía vergüenza de decir lo que pensaba y actuaba como quería, sin importarle la opinión de los demás, pero eso sí, al ser una persona que exponía sus sentimientos, también demostraba con mucha facilidad cuando se encontraba celoso o enojado.

Cualquiera diría que odia los celos o que estos son malos para una relación, pero para mí, todas las parejas sienten celos en algún punto, pero muy pocos son los que lo demuestran y aunque tampoco me gusten del todo, en JungKook lo veía algo normal.

Ahora, después de pasar mucho tiempo a su lado, entendía algo sobre el amor y eso es que cualquier defecto de la persona que amas puede pasar desapercibida si es que en verdad estás enamorado.
Yo no le encontraba ni un solo defecto a JungKook, por más que hayamos discutido algunas veces, o tal vez solo los dejaba pasar y no me concentraba en estos, pues el amor no se trataba de sacar en cara cada defecto de la otra persona, sino aprender a vivir con estos, tal vez mejorarlos y amarlos, tanto como puedes amar lo bueno de tu pareja.

Díganme idiota o tal vez, ridículo, pero estaba aprendiendo a amar con JungKook y aunque posiblemente me encuentre equivocado, amaba cada defecto de JungKook, cada sonrisa, cada cosa de él, por más mínima que sea.

Para cuando Kook dejó de llorar, las estrellas ya se encontraban en el cielo y aunque sus ojos se encontraban hinchados y algo rojos, lo convencí de sentarnos al frente de su ventana y observar el firmamento.

─Te amo. ─ susurró viéndome directamente hacia los ojos. Me quedé algo embobado, pero cuando salí de mi trance no hice nada más que besar castamente sus labios y contestarle de la misma forma.

─ También te amo.─ fue el último susurró que se escuchó esa noche, pues nuestros labios se encargaban de demostrar lo que nosotros no podíamos decir con palabras.

[♥]

Pequeño❃『PJM & JJK』┇ AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora