Borracha con las manos

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Gracias a Dios por su nueva determinación, se encontró pensando esa misma noche Lena, porque la invitación del viernes por la noche al bar de buceo de Al con el resto de los Superamigos aparentó ser la perfecta cortina de humo para un intento de Kara por eliminar todos los elementos restantes de la lista de una sola vez, y si no fuera porque Lena es exageradamente distante e imparcial, podría sentirse extremadamente afectada en ese momento.

Por suerte ella es, o no lo es, o como sea, está todo bien, realmente bien. Cajitas al interior y eso.

Todo comenzó con Kara tratando de enseñarle a Lena a jugar a los dardos. Lena había visto una buena cantidad de comedias románticas para saber exactamente lo que le esperaba en el segundo que la rubia lo sugirió. Como de costumbre, sus predicciones fueron acertadas. 

Ella terminó en un rincón oscuro con Kara apretándose contra su espalda, envuelta alrededor de ella como si quisiera que Lena la use como una chaqueta. Están de cara al tablero de dardos y Lena está tratando de pensar en la fuerza, la distancia y la trayectoria porque, diablos, ella no es exactamente una holgazana cuando se trata de física. Descubrir el secreto de un buen lanzamiento de dardos debería ser pan comido.

Lena estuvo tratando de pensar en física, hizo esfuerzos horribles para enfocarse y no pensar en los cálidos dedos de Kara envueltos alrededor de su mano mientras guía el lanzamiento de Lena, evitando ser consciente del inquebrantable agarre de la rubia en su cintura mientras estabilizaba sus cuerpos, o en la forma en que su trasero está perfectamente presionando la cuna de las caderas de Kara, y como siempre a Kara parece no importarle en absoluto.

No hace falta decir que Lena no consiguió pensar mucho en física.

Como resultado, fue absolutamente terrible en los dardos. No obstante, por la forma en que las manos de Kara suben para enmarcar su caja toráxica y mecerla de un lado a otro para celebrar la primera vez que Lena consigue clavar un solo dardo en el tablero, en lugar de en la pared o el suelo que las rodea, le hace pensar que a la rubia nunca le importó demasiado el juego de todos modos. Es decir, hasta que Kara anuncia con humor que le mostrará a Lena cómo se hace, desafiando a J'onn a una competencia y procediendo a limpiar absolutamente el piso con él con un aire de arrogancia segura de sí misma que no puede ser accidental por la forma en que se quitó la franela para jugar solo con una camiseta blanca sin mangas ajustada a la piel, el cómo flexionó los brazos como una especie de deidad, la forma en que sonrió y se pavoneó y apenas prestó atención mientras casualmente lanzaba dardo tras dardo justo en el centro de la diana junto con el modo en que siguió mirando para asegurarse de que Lena estaba mirando, lanzando sonrisas y guiños e incluso lanzando un beso mientras alineaba el tiro ganador, hicieron razonar a la pelinegra en que absolutamente nada de eso se sentía accidental y Lena piensa, bingo. Inmediatamente viene a su mente el punto dos: intentan impresionarte. No piensa en absoluto en cómo definitivamente podría estar funcionando.

A partir de ahí, la velada avanza como suele ocurrir cuando hay ron maldoriano en juego. Kara casi comienza una pelea con tres hombres separados, y una mujer, que tienen el mal juicio de pasar a llevar a Lena -y en alguna ocasión sonreírle- cada vez que se dirige al bar para comprar otra ronda para su mesa. Cada vez, Lena se limita a sonreír, alejando la forma gruñona de Kara de cualquier pobre alma desprevenida que no hubiera anticipado que su obertura coqueta casi los llevaría a ser golpeados en el espacio por la super heroína rubia posesiva con una cola de caballo y anteojos.

Número tres, piensa después de la cuarta vez que repiten ese pequeño baile. Te protegen.

Pronto, Kara pasa de ser una borracha alegre a una con actitud sombría y reflexiva, donde rodeando la muñeca de Lena con los dedos y arrastrándola hacia el aire fresco de la noche, la lleva a mirar las estrellas a través de la niebla de la contaminación lumínica. Quieren pasar tiempo a solas contigo, piensa Lena mientras la rubia se quita la franela y la coloca alrededor de los hombros de Lena, entrelazando sus dedos mientras señala las galaxias y constelaciones que ha experimentado de primera fuente y Lena se enamora un poco más. Sin embargo, esa última parte es irrelevante. Todo lo que hace Lena es recopilar datos. Imparcialmente. Eso es todo.

Ellos no te aman como yo te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora