Cap. 12: Niños

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Narra Veronica:

Regresaba al Pembrooke en el auto de mi padre conducido por el chofer.

Me había despedido anteriormente de Betty, Kevin y Cheryl, y a escondidas de Archie, el chico pelirrojo de los del Sur.

Es realmente agradable, y me gusta pasar tiempo con él.

En estas dos semanas, he estado saliendo con él cuando nadie nos ve, y no lo hacemos por qué no nos queremos lo suficiente, sino porque cada uno está en su grupo, las Serpientes -a lo que me ha explicado- No pueden salir con alguien más que no sea otra Serpiente, ya sea un Diablo o alguien del Norte.

Los diablos creo que son otra pandilla como la de ellos, pero más maldosa, ellos solo se cuidan entre sí, son como una comunidad, y si, algunos fuman o toman, eso es cierto, pero no se meten con drogas ni robos.

Los diablos si, ellos roban, trafican drogas por todo Riverdale y sabrá Dios que otras cosas malas hacen.

Llegué a mi casa y solo pensaba pasarme una tarde para mi misma, tiene tiempo que no lo hago, y realmente me gusta.

Subí las grandes escaleras, cada vez más arriba, con más pesadez y lo primero que hice, fue que al llegar, arroje mis zapatos por alguna parte de la casa y me recargue contra la puerta ya cerrada.

Me dirigí a mi habitación, dejé mi bolso en el piso, Justo por la entrada.
Me quite mi vestido y me aventé a mi cama solo con mi ropa interior.

Estaba sola, mamá había salido a hablar con una de sus amigas sobre una nueva posible marca de maquillaje o algo similar.

Mientras que papi, él salió de viaje hacia Nueva York hace tres días, y no volverá hasta en una semana más, así que tengo el Pembrooke todo el día de hoy para mi sola.

Revisé mi teléfono para ver mis notificaciones de Instagram, no había mucho que revisar.

Si hubiera sido otro día, habría avisado a medio mundo que mi casa estaría sola y que vinieran para tener una fiesta, pero hoy no. Es todo lo contrario de lo que quiero, lo que me gustaría es solo pasarme un tiempo para mi, me tomare una dicha en la tina con algunas velas o algo así.

También, me pondré a leer mi libro favorito que he leído ya varias veces. Orgullo y Prejuicio, amo, literalmente amo con todo mi ser los romances de libros, soy muy amante del cliché y los finales felices.




Narra Betty:

Veronica, de mi alma y corazón, por que tenias que dejarme con estos dos chicos que no se soportan, mucho menos estar bajo el mismo techo, trabajando juntos y yo no puedo hacer nada para evitarlo.

Pero, supongo que esta es la vida que me toca.

Estábamos en mi casa, no conozco donde vive ninguno de los dos, no me gustaría ir a una cada desconocida con dos chicos que apenas les hablo.

Mi madre tuvo que trabajar hasta tarde y se llevó a mis hermanas, para que no estuvieran aquí, por qué no le gusta mucho la idea.

Teníamos que trabajar, y se supone que yo voy a hacer la tesis, pero para eso tendría que dejar haciendo a estos dos chicos el proyecto juntos, lo que en vez de verlo como un trabajo escolar, se convertirá en la tercera guerra mundial.

Y allá van otra vez, se pelean hasta por una hoja de papel blanca por si quien la tomo primero.

B: Basta -se las arrebate de las manos a ambos- saben,esto tiene que parar ahora, no se pueden pasarla vida peleándose.

J/N: Claro que sí -se miraron mutuamente por qué escucharon que el otro dijo lo mismo-. Oye, yo lo iba a decir, sabes que no es cierto -se quedaron mirando otra vez sin decir nada y luego volvieron a hablar los dos-. ¿Qué me ves? Si, sé que soy muy guapo, pero déjame, basta de decir lo mismo que yo, ¿yo? -se apuntó cada quien a sí mismo.

Al menos debía de haber algo gracioso, esto le quito el enojo a la situación.

J/N: Tú me estás copiando a mi, basta de hacerlo.

B: Miren, niños, si siguen así, le quitarán la gracia y no avanzaremos nada.

J/N: Es que él no me deja en paz.

B: Parece que se gustan y se quieren besar, si es así háganlo ya, yo no juzgo

J/N: Claro que no, jamás con él.

B: Entonces cambiaremos, ya que no se soportan. Newt, tú y yo trabajaremos en el proyecto, chico raro, tú en la Tesis.

N: Por mi está bien.

J: ¡¿Por qué yo tengo un trabajo solo y o él?!

B: Tu te lo buscaste, además, él nunca me trata mal, no está en contra mía ni tampoco llega por desprevenido a la fiesta de mi hermana a arruinarla.

N: ¿Qué hizo qué?

Sentí como se iba a acercar a Jughead con el puño cerrado, pero como estaba ya detrás de mi, pues me tuve je poner al centro d estos dos niños para que no siguieran discutiendo, lo sostuve del brazo antes de que avanzara más.

Me volteo a ver con enojo, yo solo negué con la cabeza dandole a entender que si lo golpeaba no solucionaría nada.

B: Nada, solo ve a trabajar, Jughead.

J: Púdranse, malditos del Norte.

Se va hacia la mesa en donde yo anteriormente había destinado para mi trabajo, pero ya no lo haría.

Ahora que lo pienso, hubiera dejado que lo golpeara, este chico ya me está hartando.

Del sur al norteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora